miércoles, 26 de febrero de 2014

Tocado por la pena





Uno sabe, y también teme, que a ciertas edades las malas noticias siempre serán  manifiestamente empeorables. Esta mañana cuando abro esta ventanita al mundo que es mi ordenador personal me entero de la muerte de Paco de Lucía. ¡Uff, vaya palo! Literalmente me he quedado de piedra. Tenía 66 años de edad y ha fallecido mientras se encontraba con sus hijos y nietos en una playa mejicana llamada Cancún.  Dicen que se sintió indispuesto y ya poco se pudo hacer por salvar su vida. ¿Qué puedo yo ahora decir o escribir de Paco de Lucía?  Quienes bien me conocen saben por reiterativo que sentía una verdadera devoción y admiración por el Genio de Algeciras. Para mi representaba al Artista más importante de toda la Historia del Flamenco. Su toque de acompañamiento, su faceta de solista y sus incursiones en otras disciplinas musicales fueron absolutamente magistrales. Hiciera lo que hiciese siempre sonaba flamenco por todos los poros de su piel. Sus dos referentes de la Guitarra flamenca fueron el “Niño Ricardo” y “Sabicas”. Se paseó con su inseparable sonanta por todos los escenarios de este planeta tan hermoso como sufrido llamado Tierra. Paco era mucho Paco. Andaluz universal se nos representa como el máximo exponente de la Guitarra flamenca y por ende uno de los más grandes músicos contemporáneos.  He sentido su muerte como algo muy personal y un síntoma inequívoco de que mi tiempo cultural y sentimental va cuesta abajo. La producción discográfica de Paco de Lucía es muy extensa y verdaderamente deslumbrante.  Él ya forma parte de la leyenda del Flamenco y yo de los eternos huérfanos de soles y lunas.  Se nos ha muerto Paco, el hombre, para de esta forma poder entrar en la inmortalidad de los grandes el músico genial. La perdida de Genios de la Música flamenca como Camarón, Morente y ahora Paco de Lucía se me representa mucha carga de orfandad para mi maltrecha espalda.  No hace mucho se nos fue Félix Grande (el mayor devoto de Paco de Lucía)  y ahora el Maestro se nos marcha para reunirse con su alumno más fiel. Te queremos Paco por lo que nos diste y las miles de veces que nos hiciste soñar con tu mágica sonanta. Pasado mañana es el “Día de Andalucía” y la bandera verde, blanca y verde llevará crespones negros por ti. Te seguiré escuchando mientras que el de San Lorenzo me siga concediendo nuevas prorrogas existenciales. Hoy, eso si, no pienso pisar la calle y me beberé mi pena de flamenco antiguo oyendo tu inigualable y hermoso toque flamenco. Dios te guarde Paco y gracias por ayudarnos a ser felices en clave flamenca y andaluza. Nos queda tu música que siempre será inmortal. ¡Gloria eterna al Genio de la guitarra!

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