Le sustraigo (el verbo sustraer está hoy tristemente de plena actualidad) y cambio el título a la excelente película de Sydney Pollak, “Danzad, danzad malditos” (1969). Esta excelente obra cinematográfica se basaba en un concurso de baile maratoniano, donde los concursantes debían bailar sin parar durante horas y horas. Dado que era una época donde en EEUU la mayoría de la población estaba “tiesa”, pues aún a riesgo de caer reventados en la pista, había que seguir bailando y bailando para conseguir el premio en efectivo, que ayudaría a los ganadores a paliar las difíciles y duras circunstancias por las que atravesaban. Repito, excelente película que como todas las obras maestras el tiempo no ha ha hecho más que engrandecer.
Pues en Sevilla no se trata de bailar sino de andar sin parar. A todas horas y en todas direcciones. Ya “nuestro” Ayuntamiento se está encargando de peatonalizar toda la Ciudad, para que no encontremos obstáculos en nuestro continuo caminar. “Caminantes del mundo unios” que diría el de la bandera republicana en su despacho. Andar haga sol, llueve o ventee. Todo sea en aras de mejorar nuestro sistema cardiovascular y sanear nuestras vías respiratorias (por aquello de la contaminación que provocan los perseguidos –pero rentabilizados con los impuestos- vehículos de motor). Hasta don Antonio Machado supo unir a su condición de extraordinario Poeta la de vidente en plan Nostradamus cuando dijo….”Caminante no hay caminos, se hace camino al andar”.
Pues eso, andemos todos. Jóvenes, jóvanas, ancianos, sanos, lisiados, currantes, parados y militares sin graduación. Aparquen los políticos sus coches oficiales y anden junto con la plebe. Abandone donmanué su búnker de la calle Jabugo y ande. Que se habiliten cintas transportadoras en los techos de los autobuses y en la Linea 1 del Metro para que la gente no pare de andar. Sólo nos estará permitido hacer algunas pausas para montar en bicicleta y utilizar los muchos kilómetros de carril-bici existentes en la Ciudad. Ignorantes de nosotros que no habíamos entendido el fondo social y político del “Pacto de Progreso”: era andar y pedalear como almas que lleva el diablo.
Organizen los cristianos marchas domingueras al Cerro de los Sagrados Corazones en San Juan. Los ateos todos en peregrinación a la Avenida de Carlos Marx. Los cofrades a la de la Palmera, que será propuesta como el próximo emplazamiento de la Carrera Oficial, y asi cubrir con garantías todas las medidas de seguridad del CECOP (empezaría en el Costurero de la Reina y terminaría en el Ruiz de Lopera, curiosamente la Hermandad del Cerro será la más beneficiada. ¡Quién se lo iba a decir!). De lo que se trata es de no parar en ningún momento.
Todos a replantearnos el verbo andar en todas sus conjugaciones. Los de Triana andarán hacia la Cuesta del Caracol e iran a Castilleja a por “las legítimas y acreditadas tortas de aceite de Inés Rosales”. Los de la Macarena hacia San Jerónimo y de paso comprobar si la Fasa Renault aún sigue abierta. Los del Cerro al antiguo Matadero a por menudo en el bar de enfrente. Todos a caminar y a pedalear que es de lo que se trata.
Al llegar la noche todos estaremos derrengados. Los de la “botellona” estarán tan cansados que se quedarán durmiendo como angelitos en sus casas. Los rateros no atracarán -vía palanqueta- ningún comercio por no poder con sus cuerpos. Los políticos estarán tan rendidos fisicamente que no tendrán ánimos de “pensar” en como mejorar esta Ciudad. Todos dormiditos y reponiendo fuerzas para volver a las calles al día siguiente. Allí nos esperan anhelantes las mismas sin humo de coches ni molestos ruidos. Con los carriles-bicis recien regados para ser utilizados a discreción. Con hermosos complejos deportivos con sus campos de césped artificiales. ¡Por fin la utopía soñada por muchos españoles hecha realidad en Sevilla!. La repera: ver y jugar al futbol a todas horas. Y todo gracias a un ATS reciclado en filósofo proletario. Todo se lo perdonamos a este benefactor de la Ciudad, incluso el que para decir (como decimos la plebe)…..”me parece que estoy un poquillo destemplao”, él diga:…”vengo alertando en mi organismo una cierta subida temperatural, posiblemente motivada por un cambio de sostenibilidad no prevista en el cambiante clima del Solsticio de Invierno”. Nada, pecata minuta y crítica de “fachas y carcas” resentidos que sólo piensan en pasitos y belenes.
Andemos pues como maratonianos olímpicos. No seamos duros de mollera con tantas criticas injustas. Es por nuestro bien “joé”. Aunque tampoco estaría de más que de cuando en cuando andemos listos para que no nos quiten la cartera. Con botines (como los del torito del recordado Fari), con zapatos del mercadillo del Charco de la Pava, con alpargatas costaleras, con sandalias nazarenas, descalzos o con botas de agua, pero siempre caminando hacia nuestro futuro de andarines irredentos. ¡Andad, andad malditos!
Nota (necesaria y rigurosa): Peatonalizar las ciudades es bueno en todos los sentidos y racionalmente necesario. Imprescindible el consenso con vecinos y comerciantes. Los carriles-bicis ayudan a realizar desplazamientos de cortos recorridos sin contaminar, y posibilitando el sano ejercicio físico. Los complejos deportivos ayudan sustancialmente a mejorar una parte del…”men sana in corpore sano”. Pero –claro que había un pero- esto debe ir unido a un Plan Integral de Sostenibilidad y Movilidad Urbana (hablamos de un buen y eficaz servicio de transportes urbanos y una red metropolitana global que abarque toda la Ciudad). Sin obviar que al eliminar plazas de aparcamientos callejeros es necesario la construcción de parkings (de los 17 programados y aprobados en Sevilla se han construido 3). Aparte de que una Ciudad, donde lamentablemente el vandalismo campa a sus anchas, y sin una verdadera Educación Vial, poco bueno podemos esperar. Andar, pedalear, tragar, votar y pagar –impuestos- es el quid de la cuestión. En definitiva: la Ciudad ideal sería aquella donde en el día a día no fuera necesario coger el vehículo privado para desplazarse. ¿Es esto hoy posible en Sevilla?. Un vecino de Pino Montano que trabaje en Bellavista, ¿como puede desplazarse sin coger su vehículo particular?. ¿En bicicleta o andando?. Difícil, muy difícil lo tendría al día de hoy.
Pues en Sevilla no se trata de bailar sino de andar sin parar. A todas horas y en todas direcciones. Ya “nuestro” Ayuntamiento se está encargando de peatonalizar toda la Ciudad, para que no encontremos obstáculos en nuestro continuo caminar. “Caminantes del mundo unios” que diría el de la bandera republicana en su despacho. Andar haga sol, llueve o ventee. Todo sea en aras de mejorar nuestro sistema cardiovascular y sanear nuestras vías respiratorias (por aquello de la contaminación que provocan los perseguidos –pero rentabilizados con los impuestos- vehículos de motor). Hasta don Antonio Machado supo unir a su condición de extraordinario Poeta la de vidente en plan Nostradamus cuando dijo….”Caminante no hay caminos, se hace camino al andar”.
Pues eso, andemos todos. Jóvenes, jóvanas, ancianos, sanos, lisiados, currantes, parados y militares sin graduación. Aparquen los políticos sus coches oficiales y anden junto con la plebe. Abandone donmanué su búnker de la calle Jabugo y ande. Que se habiliten cintas transportadoras en los techos de los autobuses y en la Linea 1 del Metro para que la gente no pare de andar. Sólo nos estará permitido hacer algunas pausas para montar en bicicleta y utilizar los muchos kilómetros de carril-bici existentes en la Ciudad. Ignorantes de nosotros que no habíamos entendido el fondo social y político del “Pacto de Progreso”: era andar y pedalear como almas que lleva el diablo.
Organizen los cristianos marchas domingueras al Cerro de los Sagrados Corazones en San Juan. Los ateos todos en peregrinación a la Avenida de Carlos Marx. Los cofrades a la de la Palmera, que será propuesta como el próximo emplazamiento de la Carrera Oficial, y asi cubrir con garantías todas las medidas de seguridad del CECOP (empezaría en el Costurero de la Reina y terminaría en el Ruiz de Lopera, curiosamente la Hermandad del Cerro será la más beneficiada. ¡Quién se lo iba a decir!). De lo que se trata es de no parar en ningún momento.
Todos a replantearnos el verbo andar en todas sus conjugaciones. Los de Triana andarán hacia la Cuesta del Caracol e iran a Castilleja a por “las legítimas y acreditadas tortas de aceite de Inés Rosales”. Los de la Macarena hacia San Jerónimo y de paso comprobar si la Fasa Renault aún sigue abierta. Los del Cerro al antiguo Matadero a por menudo en el bar de enfrente. Todos a caminar y a pedalear que es de lo que se trata.
Al llegar la noche todos estaremos derrengados. Los de la “botellona” estarán tan cansados que se quedarán durmiendo como angelitos en sus casas. Los rateros no atracarán -vía palanqueta- ningún comercio por no poder con sus cuerpos. Los políticos estarán tan rendidos fisicamente que no tendrán ánimos de “pensar” en como mejorar esta Ciudad. Todos dormiditos y reponiendo fuerzas para volver a las calles al día siguiente. Allí nos esperan anhelantes las mismas sin humo de coches ni molestos ruidos. Con los carriles-bicis recien regados para ser utilizados a discreción. Con hermosos complejos deportivos con sus campos de césped artificiales. ¡Por fin la utopía soñada por muchos españoles hecha realidad en Sevilla!. La repera: ver y jugar al futbol a todas horas. Y todo gracias a un ATS reciclado en filósofo proletario. Todo se lo perdonamos a este benefactor de la Ciudad, incluso el que para decir (como decimos la plebe)…..”me parece que estoy un poquillo destemplao”, él diga:…”vengo alertando en mi organismo una cierta subida temperatural, posiblemente motivada por un cambio de sostenibilidad no prevista en el cambiante clima del Solsticio de Invierno”. Nada, pecata minuta y crítica de “fachas y carcas” resentidos que sólo piensan en pasitos y belenes.
Andemos pues como maratonianos olímpicos. No seamos duros de mollera con tantas criticas injustas. Es por nuestro bien “joé”. Aunque tampoco estaría de más que de cuando en cuando andemos listos para que no nos quiten la cartera. Con botines (como los del torito del recordado Fari), con zapatos del mercadillo del Charco de la Pava, con alpargatas costaleras, con sandalias nazarenas, descalzos o con botas de agua, pero siempre caminando hacia nuestro futuro de andarines irredentos. ¡Andad, andad malditos!
Nota (necesaria y rigurosa): Peatonalizar las ciudades es bueno en todos los sentidos y racionalmente necesario. Imprescindible el consenso con vecinos y comerciantes. Los carriles-bicis ayudan a realizar desplazamientos de cortos recorridos sin contaminar, y posibilitando el sano ejercicio físico. Los complejos deportivos ayudan sustancialmente a mejorar una parte del…”men sana in corpore sano”. Pero –claro que había un pero- esto debe ir unido a un Plan Integral de Sostenibilidad y Movilidad Urbana (hablamos de un buen y eficaz servicio de transportes urbanos y una red metropolitana global que abarque toda la Ciudad). Sin obviar que al eliminar plazas de aparcamientos callejeros es necesario la construcción de parkings (de los 17 programados y aprobados en Sevilla se han construido 3). Aparte de que una Ciudad, donde lamentablemente el vandalismo campa a sus anchas, y sin una verdadera Educación Vial, poco bueno podemos esperar. Andar, pedalear, tragar, votar y pagar –impuestos- es el quid de la cuestión. En definitiva: la Ciudad ideal sería aquella donde en el día a día no fuera necesario coger el vehículo privado para desplazarse. ¿Es esto hoy posible en Sevilla?. Un vecino de Pino Montano que trabaje en Bellavista, ¿como puede desplazarse sin coger su vehículo particular?. ¿En bicicleta o andando?. Difícil, muy difícil lo tendría al día de hoy.
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