martes, 22 de septiembre de 2009

Hermano Sol, Hermana Luna y….!Hermana Basura!


Decir que atravesamos y vivimos en una época extremadamente difícil puede resultar una banalidad. Años difíciles fueron los que atravesaron nuestros padres –y no digamos nuestros abuelos-. Hoy lo triste es comprobar como el personal dilapida su tiempo libre en cuestiones inútiles, falsas y banales. Nuestros mayores no disponían del mismo, dado que todas las horas y los días había que emplearlos en tratar de solventar el duro día a día. Analicen lo que vieron en sus familias o les contaron sus antepasados más recientes y saquen sus propias conclusiones.

Esto no es óbice para afirmar rotundamente que corren malos tiempos para la lírica y no digamos para la supervivencia del sentido de la decencia, la dignidad y el orgullo. Las gentes que atesoran buenos principios –empeñadas en potenciarlos- hoy son manipuladas y marginadas. No hablamos de personas de orden, para evitar connotaciones con reminiscencias dictatoriales. Simplemente se trata de crecer -y hacer que crezcan los tuyos- abonando el campo del esfuerzo, el trabajo bien hecho, la bondad, la solidaridad y el saber conjugar deberes con derechos. Que se te reconozca -en definitiva- a ti y a tu familia como personas decentes, participativas y trabajadoras. Algo que no debía ser tan difícil empieza a estar camuflado bajo el enorme montón de basura que desde todos los frentes caen sobre nuestras cabezas. Hoy existen dos especies en vías de extinción en nuestro país: el lince ibérico y el librepensador independiente.

En la actualidad ya tenemos política-basura; sindicalismo-basura; contratos laborales-basura; sexualidad-basura; películas y libros-basuras y evidentemente a la cabeza de todos por su enorme impacto sobre el personal: la telebasura.

Dada mi condición de sociólogo frustrado nada de lo que acontece en la Sociedad que me ha tocado vivir me resulta ajeno. Veo –eso sí a pequeñas dosis- algunos ratos de la llamada tele del “corazón” y otros programas encuadrados dentro de los denominados como de telebasura. Debo reconocer que por encima de otros sentimientos negativos prevalece en mí el del aburrimiento. Comprobar como siete sesudos “periodistas” discuten acaloradamente sobre si es verdad la versión de Belén Esteban de que Jesús (Jesulín de Ubrique) no llamó a su hija Andreíta el día de su cumpleaños, solo me provoca perplejidad y el mayor de los bostezos. Dicho esto y para no pecar de esnobismo, debo manifestar mi respeto a la ingente cantidad de personas que se entretienen sobremanera devorando esos programas. Allá cada cual.

Curiosamente, tengo un amigo Profesor de Universidad y de una sólida formación cultural, profesional y humana, que no tiene reparos en reconocerme que cuando se siente muy estresado, digiere una dosis de telebasura y se queda más fresco que una lechuga. Misterios del ser humano que nunca nadie logró desentrañar del todo.

Hace muy pocos días empezó una nueva versión (ignoro que número) de GH. Para mí estamos ante la cima de la telebasura y la que más juego (dinero) le da a la Cadena que lo programa. A pesar de que Mercedes Milá (por cierto que es -perdón era- una excelente periodista de raza, con grandes reportajes en su historial. Lástima que solo sea recordada en el futuro como la que animaba a la gente a disfrutar del placer de mear en la ducha y, a la que Francisco Umbral, le metió una bronca de mil pares de co……) nos quiera convencer de que estamos ante un Programa sociológico/psicológico/cultural de enorme calado, y digno de estudiarse en las mejores Facultades universitarias españolas. Mal lleva esta periodista catalana que en la Prensa seria la pongan a parir.

GH es un puro camelo y un montaje tan manido como previsible. Un Equipo de ideólogos –de indudable talento- escogen dentro de una multitud de aspirantes a una serie de personas carentes de escrúpulos, y sin más ambición que llegar por la vía rápida al bien pagado Clan de los frikis. Ellas soñando con ser en un futuro próximas portadas de Interviú, y ellos de tertulianos televisivos del Corazón poniendo a caer de un burro a quién se les ponga por delante. Todo sea por la fama y la “pasta”.
Las coordenadas sociales y ambientales de GH son más que sabidas. Se les encierra en una casa donde no existe ninguna posibilidad de algún entretenimiento formativo/informativo/cultural. No hay prensa, ni tele, ni radio, ni música, ni libros (si es que leyeron tan solo uno en sus vidas), ni cine, ni teatro, nada de nada. Solo una convivencia basada en el más atroz de los aburrimientos, y donde los programadores van creando distintas ocasiones para que salte la chispa y la pelea correspondiente. Los groseros/as puros/as y duros/as siempre lo tendrán más fácil que los recatados/as para llegar a la ansiada Final. Conforme avancen los días las situaciones se volverán más soeces y explosivas para general regocijo de la millonaria audiencia (en el primer Programa obtuvieron un “share” del 25,3. Es decir: hablamos de 3,5 millones de telespectadores). Luego los magazines de mañana y tarde de la Cadena estarán llenos de apasionadas tertulias sobre el comportamiento de mengano o zutana.

Por eso, admirada –en otros tiempos- Mercedes Milá lo que usted presenta es un Programa de telebasura en estado puro. Estoy convencido de que con el tiempo no será recordado como de lo mejor de su Curriculum profesional. Dentro de un año, o quizás dos o tres, considerarán los ejecutivos de la Cadena que su figura al frente de GH ya está amortizada y le buscarán un sustituto/a. Así funciona este circo. Si observan que la gente ya no se ríe con el payaso de turno lo cambian rápidamente por otro. La clave está en que no se aburran y se vayan al circo de al lado. Después estoy seguro –tiempo al tiempo-, que usted escribirá un libro relatando sus experiencias en GH, y sacando a relucir una serie de trapos sucios que hoy los ve tan inmaculados como el paño de la Verónica. Si le pagan bien y se encuentra cómoda en “su Programa” pues adelante. Nada que objetarle, estaría bueno. Tan solo rogarle que no nos venda la moto con que los españoles que pasamos olímpicamente de este excelente “tratado práctico de sociología televisiva”, somos unos arcaicos resentidos a los que se nos paró el reloj en “Cesta y Punto”.

¡Visca el Barca!, uy perdón quise decir: ¡Viva er Beti Güeno!.

P.D. Un inciso: no se pierdan en el blog de mi amigo y hermano en sentires candelarios, Rafael Fernández ( www.nocogeventaja.blogspot.com/ ), su excelente artículo “Siembra vientos….y cómprate un abrigo”. De verdad que ha “estao sembrao”.

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