Pasamos la vida entre dimes y diretes preguntándole cada
día a la mañana si ella sabe donde se oculta la luna. Vamos de nuestro corazón
a nuestros asuntos hablando donde debíamos callar y callando donde debíamos
hablar. Vemos como la parca atrapa a
algunos de los nuestros y entramos en los hospitales con visitas tan fugaces
como solidarias. Tenemos, no pocas veces, la sensación de que nuestro mundo se
evapora cada día un poco más. Observamos como los ateos tienen a Dios (para
negarlo) permanentemente presente mientras
que los creyentes (para reafirmarlo) rezan susurrando enredados entre
las dudas y las certezas. Comprobamos que para una minoría dos y dos son cinco
y para la inmensa mayoría simplemente son tres. Escuchamos atentamente
intentando inútilmente distinguir las voces de los ecos. Leemos sin comprender
el significado de las palabras en libros que siempre permanecen abiertos.
Buscamos a nuestra perdida juventud recontando estrellas en las noches de
verano. Cerramos los balcones para que la luz se distribuya por las ventanas
del alma. Temblamos de emoción cuando el Arte
se hace Cultura y la Cultura
se hace Arte. Soñamos navegando por
los mares de los sueños en barcas de remos compartidos. Pactamos con Dios y el
diablo buscando siempre los caminos menos tortuosos. Volamos las cometas de
cañas que siempre quedan varadas en la última playa. Estamos.....todavía.
Juan Luis Franco – Viernes Día 16 de Junio del 2017
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