Llevas prendido con
alfileres
el tiempo del
tiempo que se fue;
por los cordeles de
las azoteas
se cuelgan gozosos
tus amaneceres
mientras la luna
espera agazapada.
Una canción de
juventud suena
prendida entre
ilusiones compartidas,
tus mañanas huelen
a vida derramada
entre el futuro y
el ayer presente todavía.
Te mueres
lentamente cada día soñando
con un manto de
estrellas fulgurantes;
te vas por entre
los pliegues de las faldas
de muchachas con
abanicos bamboleantes
que sueñan con tus
dulces atardeceres.
Cruzar las lindes
de tu ancho territorio
es buscar a Dios
por estrechas callejuelas,
llevas la luz
sevillana prendida a tu cintura
entre espadañas y
persianas del alma.
Juan Luis Franco – Viernes Día 30 de Junio del 2017
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