“Lo sorprendente no
es que una
persona inteligente
diga una
estupidez sino que
un estúpido
diga algo
inteligente”
Procesando que es gerundio. Vivimos una época donde la
información nos llega desde fuentes muy diversas y llevando implícita su pronta
fecha de caducidad. El “notición” de un lunes a las diez de la
mañana a las seis de la tarde ya será amortizado y el martes será carne de
hemeroteca. Intentar procesar todo cuanto
nos llega y distinguir lo verdadero de lo falso se nos presenta una tarea
arduamente compleja. Lo positivo y lo negativo se entremezclan en el difuso
campo de las ideas. Somos demócratas en una democracia secuestrada por
corruptos y falsos legisladores. Los referentes morales y/o intelectuales que
toda sociedad necesita son obviados y marginados de manera sistemática. Gente con inquietudes culturales dentro de una
Cultura que confunde lo falsamente
transversal con el verdadero vanguardismo y lo obsoleto con lo tradicional. Fabricantes
de dioses hechos a la medida de sus espurios intereses nos lanzan proclamas
donde poco –o nada- interesan las vidas de las personas. Ateos que se llevan
más tiempo hablando (mal) de Dios que
los propios creyentes. Nos hicieron
colgar nuestros principios en el perchero de la historia para demostrarnos que sin “ellos”
la vida se vuelve más placentera. La verdad tiembla dentro del territorio de la
mentira que han instalado en nuestras vidas. Procesamos cuanto nos llega a
salto de mata y los “buenos” y los “malos” se
confunden en la nebulosa de los días. La
“Teoría del caos” hace tiempo que
marcó en nuestras vidas sus implacables pautas de comportamiento. Buscamos inútilmente la justicia en la
legalidad y la decencia entre los mercaderes del todopoderoso dinero. Pero,
como buenos gladiadores, no abandonaremos el “circo” sin vender cara nuestra derrota. España antes olía a pueblo
y hoy huele a fibra óptica y a mentiras programadas. Estuvimos, estamos y
estaremos procesando la vida que nos ha tocado vivir. Confundidos en un laberinto
sevillano de claveles, rosas, setos de mirtos y cipreses. Nadie hablará (bien)
de nosotros ni estando ya en el reino de los ausentes.
Juan Luis Franco – Viernes Día 2 de Junio del 2017
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