A mi hija Margarita y mi nieta Lola béticas radiantes de soles y lunas
Tenía 8 años de edad cuando mi tío Antonio me hizo socio del Betis. Los domingos de partidos cogíamos el tranvía en la Pasarela y a la vuelta nos veníamos andando (la senda de los elefantes). Cruzábamos por el Parque hasta desembocar en la Puerta de la Carne. Éramos un grupo del Barrio compuesto por hombres y chiquillos. Los hombres caminaban detrás charlando de sus cosas. Los niños jugando a regates imposibles con las naranjas esparcidas por el suelo. Íbamos a Gol Sur y veíamos los partidos de pie (entonces detrás de las porterías no había asientos). Recuerdo una temporada que no ganábamos casi nunca. Aquel domingo jugábamos contra el Jaén y, para no perder la costumbre, también perdimos. Recuerdo que a la vuelta y a la altura del Puesto de los Monos le hice a mi tío la pregunta del millón: “Tito, ¿aquí cuando ganamos?”. Se quedó un momento pensativo y me contestó: “Aquí ganamos poco por eso las victorias nos saben a gloria”. Como se percató que me quede dubitativo me apostilló : “Ten presente que los béticos tenemos un plus de sufrimiento que seguro sumará para poder entrar un día en el Cielo”. ¡Me dio la clave del beticismo para toda la vida! El “Manquepierda” no significaba un canto al conformismo ni una manera de abordar las derrotas con pesimismo. Todo lo contrario. Se traducía en un canto a la resistencia ante las duras adversidades. ¿Perdemos? Signo inequívoco de que seguimos existiendo. ¿Existimos? Señal evidente de que lo bueno siempre estará por llegar. Una filosofía de vida que se configura como un árbol genealógico que mueve sus ramas (verde que te quiero verde) entre abuelos, padres, hijos y nietos. Es un planteamiento existencial que se mueve como la “Navaja de Ockham” buscando las victorias por entre los restos del naufragio. El Betis siempre fue un gran especialista en “resucitar muertos deportivos” y un claro ejemplo de surrealismo sevillano. No se le puede considerar ni mejor ni peor que nadie es simplemente distinto. Ocurre como con los aficionados al gran torero Curro Romero. Aquel aficionado que después de una tarde aciaga del Faraón de Camas le gritó desde los tendidos: “Curro, la próxima vez va a venir a verte tu p... madre y……yo”. Igual ocurre con el socio del Betis que ante un partido nefasto decide romper su carnet y luego busca desesperado los cachitos por el suelo para poder pegarlos. Racionalizar el beticismo resulta una tarea imposible. “Locos de la cabeza teñidas de verdiblanco”. Se lo dijo un amigo de mi tío a su hijo: “No me des más la vara con el Betis si querías un Equipo que ganase siempre haberte hecho del Real Madrid”. Ese plus de sufrimiento que esperamos que un día nos cuente en el haber de nuestro currículo existencial. Ahora Betis ahora.
1 comentario:
Las vivencias que has tenido con el Betis son auténticas y esa época en la que era tan complicado todo... Ser bético o mejor dicho la afición del Betis, no es sólo eso, una afición como la de otro equipo cualquiera, es un sentimiento, una pasión y en el caso de los béticos es un sufrimiento que viene adjunto con las trece rayas tengas o no tengas el carnet.
Vemos un buen partido y a pesar de todo, perdemos, porque cuando pierde el Betis no perdemos por culpa de los jugadores, ni del entrenador, perdemos todo los aficionados y te vas del campo o apagas la tele con un sentimiento de impotencia de haber tenido en tus manos los 3 puntos y haberlos dejado perder. Pero en el siguiente partido ahí están todos los Béticos para empezar de nuevo, con las ilusiones renovadas en cada partido.
Es un sentimiento que como en el mismo campo se lee va "de padres a hijos y de abuelos a nietos" en mi caso en particular y creo que se puede generalizar, no se es bético porque tu padre o madre te lo inculquen, sino que es un pellizco en el corazón que o se siente o no se siente y los béticos sentimos, porque como bien tu has dicho con el emblema manquepierda, superamos al de "hasta el de la muerte" porque nosotros ni muertos dejamos de ser béticos. Mis sobrinos teniendo padre sevillista, han salido los dos béticos, por elección propia y con pasión, Lola pidió por reyes una camiseta del Betis, sin esperarselo nadie y Rafa tiene activado los avisos del betis en el movil, para que le vaya diciendo los resultados y cuando juegan, lo dicho béticos de corazón.
O si no que le preguntes al aficionado que estuvo llevando a su padre al betis en un tetra brick, y miles de anecdotas que tienen los aficionados del Betis.
Y si no, que alguien me explique porque hay aficionados del Betis repartidos por todo el mundo, salen llevando la camiseta del betis en Juego de tronos, en los san fermines, en vídeojuegos,donde menos te lo esperas.
Y no sólo eso tenemos jugadores que quieren jugar en el betis por encima de todo, que se bajan su caché y que demuestran ser béticos de verdad, de corazón.
Y encima tenemos un equipo que está luchando en cabeza por el medio ambiente, que han sacado la primera camiseta hecha con algas invasoras chinas, ahí es ná y es que el betico es muchas cosas.
¿Hay algo mas bonito que tener la suerte de nacer en Sevilla y ser del betis?
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