La pregunta que da titulo a este Toma de Horas cuajada de sentimiento verdiblanco entiendo que está mal planteada por mi parte, debíamos mejor preguntarnos: ¿estuvo el Betis alguna vez vivo y libre durante el largo mandato “del Lopera”? Sinceramente lo dudo y los acontecimientos conocidos (y los muchos que quedan por conocerse) así lo confirman. Doña Mercedes Alaya y Rodríguez, juez (¿o se dice jueza?) del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla es la que nos ha devuelto la vida al beticismo. Ha dado lo que ya se conoce en Sevilla como el “alayatazo”. Puso a “donmanué” en sus sitio a través de una serie de medidas cautelares de sobras conocidas por todos. Que este señor, que tanto quería a las “criaturitas” béticas, utilice su derecho a recurrir dichas medidas cautelares me parece absolutamente legítimo. Faltaría más. Pero, lo que resulta evidente, es que la reja del beticismo ya está abierta y, cerrarla de nuevo será bastante complicado. Que vendrán tiempos difíciles, muy difíciles, es algo más que previsible. Pero: ¿a los beticos no van a asustar con tiempos dificultosos? Con los años estoy convencido que el Betis más que un sentimiento es un sufrimiento. Muy de tarde en tarde nos dan un alegrón gordo para ir tirando. Seguro que tienen que llegar tiempos mejores. Poco a poco iremos borrando todas las huellas de la larga andadura por el Betis de don Manuel Ruiz de Lopera (la primera devolver el nombre del Campo a su legítimo dueño: don Benito Villamarín, o en su defecto ponerle el nombre de la jueza Alaya), y de que los “mamporreros” ocupen su triste y patético lugar en la Historia del Equipo de las trece barras.
Los que han quedado del actual “Consejo de Administración” tenían una oportunidad de oro de resarcirse ante el beticismo. Podían, “cogiendo el toro por los cuernos”, demostrarle a la afición betica que cuando los denominaban “los cucharas” (que ni pinchaban ni cortaban nada) no era del todo cierto. Ahora tocaba remangarse y remar fuerte para llevar al Betis a buen puerto. Para nada. Intentan poner al frente de la nave verdiblanca a don Luís Oliver al que “donmanué” le “vendió” su paquete accionarial, y seguir ellos pendientes de las instrucciones que dimanen del “teléfono rojo” (en este caso verde). El señor Oliver recién aterrizado en nuestra Ciudad muestra una pasión por los colores verdiblancos digna de alabanza. ¡Pedazo de betico don Luís Oliver! Para él “su Betis” –y sus problemas- ya están incluso por encima de los suyos personales o profesionales. Todo este sainete en versión fontanalesca está inmerso en una maraña de intereses que el tiempo –siempre juez inapelable- se encargará de desentrañar. No se si terminaremos jugando en Segunda B, pero entretenidos por los acontecimientos que se avecinan que nadie dude que estaremos a tope. Miedo ninguno. Incertidumbre menos. El Betis dispone de media docena de cabezas pensantes, que no han podido hasta la fecha liberar al Betis porque sencillamente el Betis no se quería –o no se podía- vender. Lo dicho, Dios le guarde muchos años doña Mercedes Alaya y Rodríguez. Creo que sería de recibo que a partir de ahora y, en atención a su Juzgado, el número 6 no debía de figurar en ninguna camiseta verdiblanca. Ha conseguido Vuestra Señoría que muchos beticos veamos al final de este largo y tortuoso túnel algo de luz. Se merece que la camiseta con el 6 le pertenezca a perpetuidad. Sabemos que este proceso todavía será largo en el tiempo y con algunas sorpresas por depararnos. Pero, que nos quiten lo bailao (digo lo gozao). Nota mamporrera: Resulta patético comprobar en la web del ya afortunadamente ex vocero de Radio Betis una crónica de un partido amistoso que el Sevilla disputó en Rota. ¿Se nos habrá vuelto imparcial? Eso si, allí se siguen difundiendo los comunicados de Lopera. Dentro de poco veremos abandonar el barco del loperismo y comentar: “¿yo?, si yo era tan antiloperista como el primero”. Tiempo al tiempo.
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