martes, 13 de julio de 2010

Sobre angeles futboleros y arcángeles flamencos


Era un sábado día 3 de julio. Un buen día para dejar de fumar. Eran las diez y media de la noche y España acababa de mandar al correoso equipo paraguayo para Sudamérica. Esa tarde-noche aparecieron dos ángeles futboleros en la que llaman “la Roja” (aunque ese día vestía de azul). Uno, al que apodan “el guaje Villa” consiguió no sin grandes dificultades perforar la meta de Paraguay. El otro, al que apodan “San Iker”, consiguió con dos paradas excepcionales que su puerta y el casillero sudamericano estuvieran a cero. Quien definió a este excelente cancerbero madrileño como el mejor del mundo no iba desencaminado. El portero madridista ha tenido que soportar en este Mundial una presión añadida. Se hizo novio de un bellezón deportivo que responde al nombre de Sara Carbonero y le han culpado hasta de la eliminación de Ghana. La prensa deportiva de media Europa (se libró “por los pelos” del fantasma de Tele-5, ya que esta tenía adquiridos –junto al Canal Plus- los derechos televisivos de los partidos de la Selección española y no era plan de “hacer sangre” con uno de sus componentes) achacaba al influjo amoroso ejercido sobre Casillas por esta bella muchacha, como la causa y el origen de que España jugara por debajo de su nivel. “San Iker”, que tiene la cabeza tan bien amueblada como sus seguras manos, ha pasado olímpicamente de esta legión de cotillas que solo buscan titulares a costa de lo que sea. Para que nos demos cuenta que el cotilleo no conoce fronteras ni es un producto típicamente hispano.

Salgo najando esa mágica noche nada más dar el árbitro el pitido final. He quedado citado en la Puerta de la Carne con mi amigo del alma, Eduardo Pérez López (de clara ascendencia rumana como su nombre indica). Vamos a asistir en el Patio de la Diputación –asómate y verás como está el patio- a un recital del cantaor Arcángel. Con cantaores tan esplendorosos como este jilguero onubense los aficionados podemos dormir –y soñar- tranquilos: el futuro del Cante Flamenco está más que asegurado. Arcángel al igual que Miguel Poveda, Guillermo Cano, Estrella Morente, Marina Heredia, Miguel de Tena, Argentina, Esperanza Fernández, Mayte Martín o Sonia Miranda, entre otros/as, configuran una más que excelente hornada de jóvenes cantaores/as que hubieran sido figuras en cualquier época del Flamenco. Evidentemente todas las artes tienen una Edad de Oro y la del Cante Jondo viene marcada por una donde coincidieron en el tiempo las egregias voces de: Marchena, Vallejo, Pastora, Tomás, Caracol, Mairena, Pepe Pinto, Porrinas, Carbonerillo, el Sevillano……un autentico aluvión de arte flamenco diversificado en voces y estilos diferentes, pero complementarios a la vez. Eran distintos en su manera de interpretar y concebir el Cante, pero estaban unidos por una desmesurada afición y siempre con la creatividad a flor de piel. Todos en las lindes de los dos caminos trazados en el Cante Flamenco por Manuel Torre y don Antonio Chacón. Empezó Arcángel su recital en el Patio de la Diputación pasadas las once de la noche y lo hizo con un cante por Toná. Luego con la magnifica sonanta de Miguel Ángel Cortés hizo un recorrido por distintos estilos, que como todo lo bueno nos supo a poco. Le he escuchado en noches mejores, pero lo que es rotundamente cierto, es que este cantaor onubense nunca defrauda. Su entrega y los extraordinarios matices flamencos de su voz así lo determinan. Esta generación que les comento hace cosas nuevas sobre los pilares del Cante flamenco más ancestral. Los artistas de cualquier género son consecuencia y resultado de la época que les ha tocado vivir.

Ni todo lo antiguo es bueno por añejo, ni todo lo nuevo es malo por el simple hecho de ser moderno. Cada cosa en su sitio y cada sitio en su cosa. Se canta como se vive o mejor: se vive como se canta.

El devenir de nuestra Selección de fútbol ya es de sobras conocido. Ganamos un Mundial con un juego deslumbrante y acobardando a los adversarios. Fuimos de menos a más y se consolidó una generación de futbolistas irrepetible en la Historia del fútbol español. El juego del balón elevado a su enésima potencia. Donde se pongan los claveles que se quiten los tulipanes. Hace muy poco el simple hecho de llevar un distintivo con la bandera de tu país tanto en el coche como en la correa del reloj, eran signos inequívocos de militancia en el facherío más casposo. Ahora con los éxitos de “la Roja” ya la bandera nacional está presente hasta en los rollos de papel higiénico. Es la fuerza sociológica del fútbol que consigue–transitoriamente- que la gente encuentre la felicidad diluida en el mundo de la “pelota”. Los políticos –sobre todo en épocas de crisis- se frotan las manos con esta dispersión colectiva de sentimientos patrios. Dirán:“mejor es tenerlos entretenidos y gozosos con los éxitos deportivos que dándonos el “coñazo” todo el día”. Pero no nos elevemos a través de falsas poses intelectuales. ¿Quién no salta de contento con los goles de Villa o las paradas de Casillas? Un servidor si lo hace, sin tener que rezarle cada noche un padrenuestro al “Dios” de la cordura y la racionalidad. Un poco de sana locura colectiva nunca viene mal. Por benditas circunstancias uno ha tenido la suerte de nacer sevillano, andaluz y español que, desde cualquiera de sus variantes más sentimentales, viene a ser lo mismo. Por tanto valorar y celebrar como propios los éxitos deportivos de tus compatriotas, tiene y cobra sentido. La algarabía que se produce con las victorias de nuestras selecciones de fútbol y baloncesto y, con los triunfos conseguidos individualmente, por Pau Gasol, Fernando Alonso o Alberto Contador, está más que justificada. Mención aparte la imparable carrera de un joven mallorquín ejemplo de superación y deportividad, al que conocerán los tiempos con el nombre de: Rafa Nadal. Que todos ganan un “pastón” bien cierto es. ¿Pero cuantos hay que se lo llevan “calentito” y por la cara sin dar satisfacciones a cambio? Las gentes de mi generación nos criamos convencidos que todo lo bueno venía de fuera y, que aquí, solo había sitio para la mediocridad y la chapuza. Craso error. Si de algo ha servido la apertura de fronteras y mentes es para comprobar que lo bueno, y sobre todo lo malo, están muy repartido por el ancho mundo. Spain is different (España es diferente) y también lo son a su manera: EEUU, Alemania, Francia, Italia, Rusia, Bélgica, Colombia, Costa Rica……. Por el momento gritemos gol y digamos ole. Fútbol y Cante unidos por la pasión de sentirnos vivos. Vivos y españoles que no es poco.

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