“Desdeño la romanza de los tenores huecos / y el coro de los grillos que cantan a la luna / a distinguir me paro las voces de los ecos……”. El Poeta de la dulce melancolía lo dejó escrito y es difícilmente mejorable. Una vez instalado en el Poder municipal don Juan Antonio Zoido – me presumo que va a ser por muchos años- aparecen por esta Ciudad una cohorte de aduladores desde todos los ámbitos sociales. Gente que se considera encuadrada en su selecto de grupo de amigos, conocidos y adeptos, que a no dudar, siempre confiaron en su aplastante victoria electoral. Configurada está, aunque todavía en fase embrionaria, la Fundación sevillana de: “Amigos Íntimos del Padre de Fernandito” (hasta tienen ya su Presidente de Honor). Los llamados popularmente “Zoidistas”. Esta Ciudad siempre fue más Corte que Villa y su Historia es un claro ejemplo de oportunismo político (franquistas del ayer reciclados en izquierdistas de toda la vida. Cuando los socialistas dejen de gobernar comprobaremos como se reciclan en “centristas”). El pueblo, el de verdad, no se arrima al Poder sino que espera que sea este quien se arrime a sus acuciantes problemas cotidianos. En época electoral, y cuando no estaba claro quien iba a dirigir nuestro Ayuntamiento, se movían en el difuso y ambiguo campo del apoliticismo. Decían: “A mí me da igual quien gane, siempre que mire por los intereses de la Ciudad”. Dicho en castellano: “Vamos, que esperaré los resultados para saber si tengo que sacar del cajón la bandera azul o la roja”. Reconozco con satisfacción que estos días, en sus primeros compases, la Canción de Zoido me gusta, tanto la letra como la música. Quiere aplicar sin demora las tres A (no confundir con la temible triple A argentina). A saber: Austeridad, Auditorias y A tomar por c... el Plan Centro”. Insisto: no esperemos milagros ni cambios de rumbos vertiginosos. Simplemente pedimos que se nos gestione desde la seriedad, el rigor, la honestidad y la transparencia. Siempre con la verdad por delante y que Sevilla, nunca más, vuelva a ser un pastiche con ínfulas de República bananera. Luego habrá medidas que nos gusten mucho, otras muy poco y algunas incluso nada. El ejercicio de gobernar consiste en ordenar y priorizar los problemas, buscando siempre el consenso y, aplicando formulas tendentes al desarrollo del bienestar de todos los ciudadanos (con especial preferencia, lógicamente, a los más desfavorecidos). Los perdedores de IU en la Ciudad han hecho una autentica demostración de “fair play” democrático: no comprenden como se puede votar a la derecha en vez de a ellos que tanto han hecho por la Ciudad. Eso si, hacen un encendido llamamiento a la “Lucha” y al “Combate”. Algo así como: “Marisqueros del Mundo uníos….y traernos pa las trincheras las gambas”. Ahora en la Ciudad todas son felicitaciones para don Juan Ignacio y lo despiden con el latiguillo: “No solo ha ganado usted sino que también ha ganado Sevilla”. “Ojana” en estado puro que dirían los del color bronce que inventaron la Siguiriya allá por el arrabal trianero. Me consta, que ya algunos de los “Depositarios de las Esencias de la Ciudad”, se están quitando las pinturas de guerra con algodones empapados en alcohol. Guardadas están ya las hachas del periodismo de opinión (político) y, ahora toca entrar de lleno en el placido jardín del costumbrismo bucólico. ¿Cuánto les durará la luna de miel (antes de hiel)? Imprevisible. Pero desde que escuché hablar por primera vez a Juan Ignacio Zoido –al que ni conozco ni nunca he votado- tuve la percepción de que era largo de continente y contenido.
No les resultará fácil manejarlo. Tiempo al tiempo. Pena, penita, pena, de que Pilar Sánchez y la “Niña de Salvador el del Cerro” no hayan logrado sus escaños (por mí no quedó). Con ellas y Juan Espadas en la Oposición tendríamos cubierto un espectro político interesante a más no poder. Los grillos, eso sí, seguirán en torno a la Huerta con su monótono “crip,crip,crip,crip….”.
Solo espero que el dueño de los tomates –el señor Zoido- nunca olvide que muchos sevillanos le prestaron el agua de sus albercas para que tuviera una buena cosecha. Convencido estoy que hará un buen uso de su Huerta y no dejará ninguna mesa sevillana sin fruta. Que gobernará para todos es algo de lo que estoy completamente seguro. Ha sido juez antes que alcalde.
La corte de “plumillas” aduladores no va a faltarle, y este magistrado en excedencia sabe que contentar la vanidad humana es relativamente fácil. Lo difícil será contentar a los que –victimas de la desesperanza- ya nada esperan de los políticos.
Ayer escribían que los sevillanos éramos una cohorte de “carajotes” manipulados por el “Régimen socialista”. De otros que eran unos “pesebreros” agradecidos por las prebendas recibidas. Hoy, y después del vuelco electoral, ya somos los “electores” más listos de Europa. Estos no aman la Ciudad quieren solo a “su” Ciudad. “Cesar –digo Zoido- guárdate de los idus de Mayo”. No olvides que por estos lares conviven Sevilla, Triana, el Betis y…. ¡Ricardo Corazón de Gambón!
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