Unas pocas horas más y empezarán a correr los días del Agosto sevillano. Mes tan ligado a mi existencia como que nací a la vida y a luz de Sevilla el Día de San Lorenzo. Mi madre siempre me contó que me parió sobre las cinco de la tarde (hora muy taurina por cierto). Según me decía me tuvo en nuestro modesto “cuarto” del Corral de Vecinos y hacia un calor terrible. La parteo Pepita, una matrona de la calle Doncellas y, la ayudaron a parir mi abuela Teresa y Lola Montes, la recordada madre del Poeta sevillano, Antonio Fernández Montes. Mi padre estaba trabajando y cuando llegó le contaron la buena nueva: “Rafael, ha tenido usted un bético, pero eso si algo aflamencado”. Un día después (11 de Agosto) pero algunos años atrás, fue vilmente asesinado en la Carretera de Carmona sevillana el Padre de la Patria Andaluza, don Blas Infante Pérez de Vargas. Agosto en el calendario sevillano ya no es lo que era: antes los establecimientos cerraban por vacaciones y ahora lo hacen por venta a traspaso. Esa diáspora que se producía en la Ciudad estos días agosteños, dejándola los fines de semanas con un aspecto fantasmal, la ha borrado la Crisis. La gente va y vuelve a la playa en el mismo día. Cada domingo los veo aparecer desde mi terraza cuando ya la tarde muere. Vienen en fila india con aspecto cansado y cargados con todos los bártulos playeros. Un domingo en la playa es el camino más corto para ir reventao el lunes al trabajo (quien todavía lo tenga). Agosto y Febrero son los dos meses más insustanciales del calendario sevillano. Se nutren siempre de la espera y, avanzan lentamente inmersos en la simplicidad de las cosas inocuas. Sevilla se mueve a golpes de su calendario sentimental. Agosto se salva en su ecuador con la salida de la Virgen de los Reyes. Breve paréntesis agosteño para recordarnos que en pocos días todo volverá a renacer. En Septiembre es cuando los cambios municipales deben tomar cuerpo y forma. Ya tocará saber, en su capítulo de intenciones, cuanto de positivo ha tenido el “Zoidazo”. Ahora toca esperar y no entrar en críticas oportunistas que hoy carecerían de fundamento. Tiempo habrá de analizar y criticar sin ambigüedades, aquello con lo que mostramos nuestra disconformidad. De todas formas que nadie espere recetas milagrosas para los numerosos problemas que aquejan a la Ciudad. Austeridad, transparencia, honradez y eficacia en la gestión deben –o debían- ser suficientes para constatar que las cosas han cambiado para bien. Si Dios lo quiere por aquí andaremos dando nuestro modesto testimonio. Nos vamos y esperamos volver el 5 de Septiembre. Estos Toma de Horas se reciclan en Relojes de Arena para soñar Sevilla desde la distancia. Sed felices en vuestros distintos destinos agosteños. Que nadie nos robe –aparte de nuestro presente y el futuro de nuestros hijos- también la alegría de sentirnos vivos. Vivos y palpitando bajo el manto amoroso de la Ciudad. Gracias a los que os molestáis en visitarnos y gracias, como no, a quien pone en marcha cada día el engranaje de este Reloj sevillano: Salva Gavira. Un abrazo y hasta Septiembre. Sed felices o al menos poned cuanto podáis de vuestra parte.
viernes, 29 de julio de 2011
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