Son ahora los días señalaitos de Santiago y Santa Ana. Fiesta grande en Triana abierta de par en par para el conjunto de los sevillanos. Triana nunca tuvo más frontera que aquella que siempre rechazó el fundamentalismo. Son ya muchos los años que no piso la Velá (y más todavía que no lo hago en la Feria de Sevilla). Este año estrenan Alcalde, don Curro Pérez, y posiblemente poco habrá podido hacer en tan corto periodo de tiempo para rescatar lo que otros han abandonado. Estoy plenamente informado, a través de mis amigos trianeros en Internet, de los problemas que aquejan a este Barrio tan singular. Cosas que se han hecho mal y cosas necesarias y urgentes que se han dejado de hacer. Posiblemente la clave esté en que tenemos los políticos que nos merecemos, como castigo a nuestro endémico pasotismo. Por nuestro “lao del río” Sevilla sangra por sus heridas como un toro en su agonía. La Iglesia de Santa Catalina, una de las joyas de la Ciudad, está sumida en un triste abandono. El Convento de San Leandro se nos cae a pedazos junto a su impresionante testimonio de Arte Barroco. Santa María la Blanca, (gran desconocida para muchos sevillanos), se arregla pero no se arregla, y sus cimientos se mueven al ritmo de la poca vergüenza de algunos. Pero hoy toca hablar de Triana y de su Velá. Tiempo de encuentros de viejos vecinos; de amigos fraternales y, de brindar al cielo por los ausentes. Tiempo de vida callejera que en Triana siempre supieron elevar al terreno de los afectos sublimes. La lentitud del tiempo cobra especial significado, cuando amigos del alma charlan de sus cosas, con sus lineales reflejos proyectados en los vasos de las tabernas. Triana de eso sabe mucho y así da testimonio el transcurrir de su Historia. Vayan –yo lo hago con frecuencia- una mañana de sábado a su Mercado y sin prisas observen como discurre la vida en toda su grandeza. Nadie se siente extraño y, lo más importante, nadie es más que nadie. Ahora estamos en tiempos de Velá y el calendario sevillano nos insta a cruzar el Puente. No solamente con el ánimo de pasarlo bien y “ponernos ciegos”, sino para abrir los ojos del alma de par en par y con la Esperanza de volver redimidos para la otra orilla. Bebernos a sorbos los resquicios de unos Cantes que en Triana tomaron cuerpo y alma. Adentrarnos lentamente por Pureza para constatar que Ella vela por nosotros desde dentro. Y luego, de madrugada, volver, volver, volver…. a los nidos donde habitan los pájaros heridos por el amor de las cosas que se nos fueron. Hoy es 25 de Julio. Hoy es día grande en el Arrabal, lo que equivale a decir: Fiesta Mayor de la Hija más excelsa de Sevilla. Pongamos que hablo de…. ¡Triana!
lunes, 25 de julio de 2011
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