El Movimiento de los justamente llamados “Indignados” ha ido creciendo no solamente numéricamente sino, lo más importante, en la conciencia adormecida de la gente. Padres de familia en paro con serias dificultades para mantener a los suyos. Mayores atribulados por comprobar que con su corta y congelada Pensión poco más pueden hacer para ayudar a hijos y nietos. Jóvenes con carreras universitarias terminadas o formaciones profesionales consolidadas sin futuro y escuchando las “cantos de sirena” de que se vuelvan emprendedores (¿). Ciudadanos, en definitiva, desayunándose cada día con un nuevo caso de corrupción o, padeciendo medidas judiciales que separan radicalmente lo legal de lo justo. Todo enmarañado en una Democracia, seriamente adulterada y, alejada peligrosamente del sentimiento democrático de sus ciudadanos. No nos engañemos: los sistemas democráticos con todas sus imperfecciones son la unica salida racional que tenemos los humanos para vivir en paz y libertad. La Democracia, en sus aspectos más perversos, la podemos corregir tomando parte activa en su desarrollo y denunciando sus desviaciones. En las Dictaduras son ellas las que no corrigen a nosotros para eliminar nuestra capacidad de pensar. Conviene no equivocarse motivado por nuestro actual desencanto: Democracia siempre; Dictadura nunca. Pero no podemos negar que nuestra Democracia –junto a gran parte de la europea- está bajo mínimos y con una imponente carga de desprestigio. Quieren desde las esferas del Poder (Oposición incluida) que cada persona represente solamente el valor de un voto (evidentemente teledirigido) cuando ellos nos “programen” las Elecciones. Sufrimos una insoportable carga de cargos (valga la redundancia) “públicos” que, en demasiadas ocasiones, se dedican a emular en sus rapiñas a los “Piratas del Caribe”. No solamente es verdad que no nos representan sino que solo lo hacen con sus intereses más espurios. Raro es el día que no nos desayunamos con un nuevo y escandaloso caso de corrupción que, a la postre, siempre quedan impunes y soslayado por una Justicia implacable con los débiles y sumamente complacientes con los poderosos. 5.000.000 millones de parados representan un dato estadístico (negativo lo suelen llamar) para políticos y sociólogos y, una ruina personal y/o familiar para cada una de las personas atrapadas por el Paro. Así funciona la Sociedad actual: para los políticos el Paro es, como mucho, motivo de preocupación y para muchas familias motivo de no poder siquiera subsistir. La Izquierda de este sufrido país ha considerado más rentable resucitar los “fantasmas del pasado” antes que encarar urgentes soluciones a los gravísimos problemas que padecen los trabajadores. La Derecha, en un supremo ejercicio de oportunismo político, continúa vertiendo gasolina en el fuego de la Crisis para terminar de quemar a los que hoy ocupan el Poder. España no está todavía vertebrada políticamente (lo de Bildu es tremendamente escandaloso). Se encuentra desmembrada socialmente y, hundida económicamente. ¿Catastrofista? Sinceramente, es la realidad quien se empecina en sembrar nuestras vidas de pesimismo. Políticos de gran prestigio internacional como Felipe González hablan sin tapujos de aligerar –eliminado o reestructurando- la enorme, costosísima e inútil carga administrativa que padecemos (Diputaciones, Senado, Comunidades Autónomas…..). Los banqueros son “El Gran Hermano” de nuestras maltrechas vidas y haciendas. Nadie parece dispuesto a ponerle freno a esta cadena de abusos. Manejan las vidas de las personas bajo el implacable yugo de la usura.
Indignarse está bien, y es necesario, pero si no le añadimos una plasmación practica a través de la Rebelión (siempre de forma pacifica) será como clamar en el desierto. Indignación igual a Teoría. Rebelión igual a Acción.
España ya no podía esperar más la convocatoria de Elecciones Generales. Urgía programarlas cuanto antes, pues ZP y su “Candidato” estaban tan caducados como los dos yogures de piña de mi “frigo” (ahora por cierto los tiraré).
Cambiar unos políticos por otros es sola una parte de la solución y, sería como cambiar las macetas de ventana pero dentro de la misma casa. Hay que modificar ya, sin tapujos y en profundidad, el contexto social y político que ha configurado que en la actualidad España sea una pesadilla que se nos eterniza en el tiempo. No están las cosas como para “paños calientes”. Intentarán tomar medidas que consistirán en cambiar algo las formas para que en el fondo todo siga igual. Tiempo al tiempo.
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