Ya han transcurrido los primeros cien días de la “era Zoido” en el Ayuntamiento sevillano y, podemos sacar algunas conclusiones sobre sus primeras intenciones. Evidentemente, estos primeros días han estado mediatizados por la época estival, entendiendo que todos los Cursos empiezan en Septiembre y el Municipal no iba a ser una excepción. El Verano es inhábil a casi todos los efectos y en la política las cosas se ralentizan hasta la llegada de las “calores del membrillo”. Ahora será en definitiva cuando la máquina diseñada por Zoido (donde se ha priorizado la valía de las personas antes que su fiel militancia) empiece a funcionar. Como era más que previsible, han aparecido algunos “flecos” pendientes del anterior Gobierno Municipal que, no han hecho más que llevar al limite, una situación económica ya de por si insostenible. La “roncha” heredada es de la que producen vértigo. Pero esto era “vox populi” en la Ciudad y Zoido sabía de antemano lo que se iba a encontrar en las exhaustas arcas municipales. Hay que tirar “pa´lante” con la “herencia” recibida e intentar reconducir la situación (tarea enormemente complicada, pues sin medios económicos los proyectos terminan durmiendo el sueño de la utopía). La Ciudad, a que negarlo, se muestra de momento ilusionada y el “baño de popularidad” que le suministró a Zoido en la Procesión del Corpus fue sintomático. Evidentemente y dada la ancestral novelería de esta Ciudad, si el vencedor hubiera sido Juan Espadas le hubieran aplaudido igual. Aquí lo importante es subirse al carro de los vencedores que el de los vencidos siempre va vacío y sin rumbo. Lo verdaderamente ilusionante es que en el Ayuntamiento sevillano hay motivos para la esperanza. Zoido y Espadas garantizan, en los preámbulos de su andadura municipal, que las cosas van a ir por derroteros bien distintos a los padecidos anteriormente. Buena pinta, muy buena pinta, tiene el perfil político de Juan Espadas, símbolo inequívoco de por donde debía ir la necesaria renovación del PSOE. Ellos sabrán. Los primeros plenos municipales televisados no hacen más que confirmarnos que aquí hay partido y, que a no dudar, la gran beneficiaria será la Ciudad. Los anteriores plenos eran un canto al Esperpento. Zoido se ha convertido en un valioso activo del PP a nivel autonómico y nacional (hoy los Partidos más que activos tienen “castigos” en los perfiles de sus dirigentes) y eso en los primeros meses le va a distraer de sus principales obligaciones al frente de la Ciudad. Su Partido –el PP- lo va a utilizar como principal aval de referencia para que Javier Arenas conquiste ¡por fin¡ la ansiada Presidencia de la Comunidad Andaluza. Arenas, por si solo, está demostrado que no le gana a nadie. El político de Olvera tiene una mala consideración en el sentir generalizado de los andaluces (ahí están las encuestas donde difícilmente consigue el aprobado) y es, a que dudarlo, uno de los mayores responsables de la larga permanencia de los socialistas andaluces en el Poder. Ahora tiene la ansiada fruta al alcance de la mano pero va a necesitar dos elementos claves para conseguirla: 1) Que los socialistas sigan hundiéndose victimas de sus errores. 2) Contar con la inestimable ayuda de gentes como Juan Ignacio Zoido. Sevilla va a tener que vivir con sus problemas aparcados hasta las próximas convocatorias electorales. Zoido tendrá que rentabilizar, de manera preferente, su sonado triunfo electoral para darle a Javier Arenas la necesaria cobertura. Curiosamente y, como prueba inequívoca de aquí nadie se chupa el dedo, el PSOE junto a IU han conseguido aprobar en el Parlamento andaluz la incompatibilidad de cargos. ¡A buenas horas mangas verdes!
Dicen –precisamente ahora que han perdido- que no se puede estar en misa y repicando. Estos ejercicios de sectarismo político difícilmente dejan de pasar factura electoral. De todas formas, Zoido tendrá que emplear una parte nada desdeñable de su tiempo en darle cobertura política a alguien de un perfil tan bajo como Javier Arenas. Espadas va marcar los tiempos de este más que posible desmarque temporal de Zoido.
Lo difícil será que él mismo Espadas pueda mantener durante cuatro años a su más que interesante Equipo. Hay personas independientes, altamente cualificadas, que han abandonado temporalmente sus profesiones y -cosa lógica por cierto- no pueden perder tiempo y dinero sentados en la bancada de la Oposición.
Es más que previsible que Juan Espadas, ante el aparcamiento “Zoidista” de los problemas de la Ciudad, crezca en su futuras expectativas políticas. Omito de manera intencionada las posibilidades municipales de futuro de IU en el Ayuntamiento sevillano.
Siguen sus dos ediles encastillados en la soberbia y Espadas se ha encargado de recordarles que el “Pusilánime” ya no está para darles cobertura. El sectarismo siempre se suicida con su propio veneno.
Posiblemente desde la entrada de la Democracia nunca estuvo el Ayuntamiento en mejores manos (Gobierno y Oposición) y los próximos meses serán cualquier cosa menos aburridos. Hay nivel, mucho nivel, y lo más importante: un firme deseo de sacar a Sevilla del atolladero donde la habían metido una pandilla de inútiles. Atentos al juego que puede que el resultado, en los próximos años, este todavía en el aire. Posiblemente, a la tradicional y manida dualidad de Sevilla haya que añadirle otra, la de: Zoido o Espadas; Espadas o Zoido. Al loro que esto promete.
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