El pasado 26 de Julio, Día de la Señá Sant´Ana, se presentó en el Abba Triana Hotel, un excelente libro dedicado a la Historia de la Velá (abarca desde sus orígenes en 1280 hasta 1948). Todo gracias al tesón y el talento de quien, de manera acertada, se nos configura como el mejor cronista trianero actual y, testaferro del legado que en su día dejó el recordado y añorado Manolo Macías. Les hablo naturalmente de Ángel Vela Nieto. Allí estaba la flor y nata de la infantería trianera más noble y que, una vez más, confirma mi vocación frustrada de trianero no nacido en el arrabal. Ángel Vela presentó una síntesis del contenido de su libro como solo él saber hacer las cosas: con temple torero y la sabiduría heredada de los que prestan sus oídos a cosas interesantes y, su tiempo, a las causas impregnadas de nobleza. Dijo algo que me llenó de satisfacción. Ni más ni menos que anda en la actualidad gestando un libro que nos aclare, de manera rigurosa, la importancia vital y fundamental de lo que ha representado Triana para el Flamenco (prioritariamente para el mundo del Cante. Aunque en el Baile tampoco les ha ido mal). Ahí esta la Cuna y quien no la quiera ver así será inducido por motivaciones subjetivas o condicionado por enunciados fundamentalistas. Triana, Jerez y Cádiz se nos configuran como los rincones andaluces fundamentales para que el Flamenco encontrase “Parada y fonda”. ¿Y Sevilla? Pues le dio todo cuanto demandaba en majestad y grandeza. Sevilla no crea Cantes crea Cantores/as. Sevilla, se nos presenta como una hermosa pulidora que consigue labrar sobre preciosos metales en bruto, artesanales e imperecederas joyas para el lucimiento del Flamenco. No existe una Soleá de Sevilla y al menos hay tres o cuatro en Triana. Tampoco hay una Siguiriya sevillana y en el arrabal los “Cagancho” crearon más de cuatro. Nadie conoce una Toná específicamente sevillana pero si existen a ritmo de fragua en Triana. ¿Tiene Sevilla un cante por Tangos? No consta, pero Triana tiene unos majestuosos llamados del “Titi”. ¿Qué representa por tanto Sevilla para el Flamenco? Lo representa todo. Aquí vieron su primera luz nada menos que: Vallejo, Pastora, Tomás, Caracol, el Carbonerillo, Antonio “el de la Calzá”, el Sevillano, el Pinto, Escacena, Centeno, Niño Ricardo, Antonio Ruiz Soler…… ¿seguimos? Aquí se hicieron grande cuando nos llegaron de Jerez genios del Cante como: Chacón, Manuel Torre, el Gloria, Cepero, la Paquera, Chocolate……Innegable resulta la presencia de todos los grandes cantaores buscando la verdad del Cante por todos los rincones de Triana. A Sevilla venían a “Torear” y a Triana a ver la verdad del “Toro” en noches plateadas de dehesas. Sevilla y Triana; Triana y Sevilla forman parte de un mismo armazón ideológico, cultural y sentimental. Pero las peculiaridades de Triana la hacen tener unas señas de identidad propias. Contextualizar solamente a Triana como un Barrio de Sevilla es minimizar las verdades históricas. Lamentablemente desde una Sevilla de “charanga y pandereta” se ha querido vender la imagen de una Triana “graciocilla”, variopinta y con mucho “arte” (no obviando que muchos trianeros han contribuido bastante a esta imagen desnaturalizada de Triana). Esperamos ilusionados el libro de Ángel Vela sobre “Triana y sus Cantes”. Vivimos tiempos de reivindicaciones de todo tipo y, no estaría de más, que reivindiquemos también el rigor de las verdades objetivas. Cuanto hagamos en ese sentido será el mejor patrimonio que podamos dejarle a las generaciones venideras. Hagámonos eco de las voces –quejíos- que nacen de las montañas y obviemos el efímero rumor de las olas. Como decía Machado: “Todo necio confunde valor y precio”.
viernes, 9 de septiembre de 2011
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