lunes, 21 de mayo de 2012

Un Maestro, un Señor y un Amigo: Frédéric Kanouté


Después de un más que exitoso periplo sevillista se nos marcha de la Ciudad un grande del Fútbol y de la vida: don Frédéric Kanouté. Abanderado de la mejor etapa del Sevilla FC se nos configura –siempre con permiso de Juan Arza- como el mejor jugador de la Historia del Equipo de Nervión. Grande, entre los muy grandes, este futbolista francés hijo de padre maliense y madre francesa. Llegó a la Ciudad sin haber “explotado” todavía el enorme jugador que llevaba dentro. Provocó en sus inicios muchas dudas entre la afición sevillista. Desgarbado, lento y sin todavía quedar definido si era un punta o un media-punta parecía que aquí no iba a cuajar. Craso error, evidentemente. Muy pronto iba a demostrar cuantos valores atesoraba y que han terminado por causar la admiración y el respeto de propios y extraños. Se va dando las gracias a sevillistas y béticos. Kanouté gozaba –y gozará eternamente- del profundo cariño de la afición sevillista y, del respeto y la admiración, de la que piensa, sueña y padece en verdiblanco. Señorial en su comportamiento fuera y dentro de los terrenos y profundamente solidario con los niños más desfavorecidos (su Fundación es absolutamente modélica en ese sentido). Cuando alguien logra –cosa que no es fácil- penetrar abiertamente en las arterias sentimentales de la Ciudad ya será nuestro para siempre. Kanouté ya forma parte integrante de la cultura sentimental de Sevilla y esto por estos lares siempre fueron palabras mayores. Toda la suerte del mundo para este bondadoso y extraordinario “pelotero” allí donde quiera que vaya. Aquí siempre tendrá su casa. Gente así engrandece el maleado mundo del Fútbol y, lo más importante, ennoblece la vilipendiada condición humana. Desde mi condición de bético nada fundamentalista me inclino ante personajes de esta magnitud deportiva y humana. Sevillista o bético; bético o sevillista se nos antoja, en casos como el de Kanouté, irrelevante. En una sociedad plagada de personajillos y mangantes de toda índole y condición gente así nos redime y reconforta. Enhorabuena a los sevillistas por haberlo tenido entre sus filas. Su paso por el Sevilla FC queda plasmado en las vitrinas de trofeos de la Entidad de Nervión. Enhorabuena también a la Ciudad por haberlo agregado a la excelsa nómina de sus Hijos más ilustres. Suerte, mucha suerte don Frédéric, y créame si le digo que fue un placer tenerlo viviendo entre nosotros. Un Maestro; un Señor y un Amigo: Frédéric Kanouté. Hasta siempre amigo. Nervión y la Ciudad ya no serán lo mismo sin vuestra augusta presencia.

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