miércoles, 8 de octubre de 2014

Veinticuatro escalones




A Salva Gavira, Eduardo Pérez y Santi Pardo amigos leales y
Hermanos del Señor de Sevilla.

Son veinticuatro los escalones que se precisan sentir bajo los pies para subir y bajar a la Gloria sevillana. Aquella que nos lleva a depositar manos, labios, ruegos y penas en el talón del Señor de Sevilla. Veinte escalones blancos con un ribete negro en sus bordes. Blancos como la Esperanza que en el último tramo nos espera con un azulejo en la pared y negros como el filo de la pena entre las astillas de una Cruz de antiguas procesiones. Recorrido emocional que se cumplimenta con cuatro escalones de mármol rosado situados y, sobre todo, garantes de que donde termina la Cruz del Señor empieza a germinarse la fe del pueblo de Sevilla. Lozanas muchachas que alegres suben y bajan hacia el encuentro con Aquel que todo lo puede. Estrenan escalones, esperanzas e ilusiones. Personas mayores que agarradas a la barandilla de madera avanzan lentas y pesarosas pero seguras de saber a donde van y lo que les espera. Son muchos años del mismo trayecto sentimental como para llamarse a equívocos existenciales. Están cerca del reencuentro definitivo con Él y lo afrontan inmersas en un ejercicio de noble sevillanía. Niños recién nacidos a los que sus madres apoyan amorosas en el talón del Nazareno de San Lorenzo. En Sevilla la vida es una Semana y veinticuatro escalones.  Menta, incienso, clavo, cera, clavel y canela en un recinto espiritual donde se quedó anclada para siempre el alma de la Ciudad.  “Son veinticuatro escalones / donde nace la semilla / son veinticuatro estaciones / hacia el alma de Sevilla”.  Siempre dependerá de Él cuantas veces nos quedarán seguir escalando hacia su divina espalda.  Son veinticuatro escalones los que se precisan pisar para sentir el antídoto que palia la Soledad de soledades. En la Plaza de San Lorenzo está escrita en clave sentimental lo que entiende el pueblo de Sevilla por Teología.  Son, nada más y nada menos, que veinticuatro escalones que nos llevan en volandas hacia la Gloria.  ¿Sevilla?...una Semana y veinticuatro escalones.

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