Este cuarenta de mayo hubo que volver a ponerse el sayo por vía de urgencia. El día amaneció de un otoño subido que daba vértigo. Fuerte viento, frió, lluvia de la gruesa y, para que todo fuera completo, un montón de paraguas “de los chinos” descuajeringados junto a los contenedores. Todo más propio de “febrerillo el loco”, o de cuando el Viernes Santo el Cachorro se va a acercando a la Iglesia de la Magdalena. Días –a quienes sus obligaciones se lo permitan- de guarecerse en las cuevas y “matar” el tiempo entre lectura, música, videos y, asomándose de vez en cuando a las ventanas, para ver la titánica lucha de la gente con sus paraguas.
Esta tarde vi llover,
vi gente correr;
y no estabas tú.
Tiempo pues de guardar la cada día más vacía agenda en un cajón y llevar a rajatabla aquello de: al mal tiempo buena cara. La mañana –hasta el copazo de manzanilla de mediodía- la cubrí terminando de leer “El Manifiesto Negro” de Frederick Forsyth. Luego un papeo liviano para no perderles el hilo a los metro sexuales y, después de una corta cabezada, a enganchar en el video -¡que buen invento!-un doble capitulo del CSI Miami. Posteriormente, empiezo a zapear por esas teles de Dios y me encuentro de bruces en la 2 del Canal Sur con el “Debate del estado de la Comunidad”. Si trasladamos ese “estado” a lo civil no sabría decirles si nuestra Comunidad es soltera, casada, separada, divorciada o posiblemente lo que mejor la defina sea la viudedad. Está en el uso de la palabra don Javier Arenas, y a pesar de que hace tiempo desistí de entrar al trapo en estos “circos” de la política, hago de tripas corazón y aguanto un rato la terna. Habla el señor Arenas (por cierto: ¿alguien cree que este hombre ganará alguna vez unas elecciones en Andalucía? Si el PP hubiera presentado a Manuel Pimentel o a Amalia Gómez a las elecciones autonómicas, don Manuel Chávez llevaría bastante tiempo en la bancada de la oposición) y hace una pormenorizada exposición de los males endémicos que afectan a nuestra tierra. Paro creciente y galopante; falta de inversiones; graves problemas estructurales en sanidad y educación y, la urgente necesidad de recortar gastos en una Administración súper inflada y a punto de reventar. Hecho de menos propuestas concretas para mejorar este -más que evidente- lastre que arrastra nuestra castigada y abandonada Andalucía. Le contesta el señor Griñán –del que esperaba que no fuera más de lo mismo- y lógicamente cuestiona los datos negativos aportados por el político de Olvera. El paro ha disminuido porcentualmente (¿); las inversiones superan a las de otras comunidades gobernadas por el PP; en Sanidad y Educación estamos que nos salimos (el riguroso Informe PISA suspende a España y le otorga a Andalucía las peores notas) y, que de hecho, Andalucía será la Comunidad donde mas recortes se hagan en la Administración Pública (¿han pensado seriamente alguna vez en eliminar las Diputaciones Provinciales y el dispendio de altos cargos y gastos superfluos?. También se comenta una historia sobre las bolsas de plástico de un solo uso (algo así como los preservativos de King Kong). Luego llega el turno de don Diego Valderas, y ya mi ejercicio diario de masoquismo no da para más. Habla de neoliberalismo; de pactos por la izquierda; de confraternidad entre PSOE y PP; de Socialismo del siglo XXI; de…..la mismas retahílas de siempre. La respuesta del señor Griñán no tiene desperdicio pues le termina recordando el Pacto Germano-Soviético firmado el 23 agosto de 1939 (¿).
Las dos preguntas que me surgen al desconectar la tele son: ¿cuántos andaluces estarán siguiendo estos debates tan “importantes” para la Comunidad? ¿Cuántos conocen siquiera su existencia? Los políticos –y bien que lamento agruparlos- han caído en barrena en su credibilidad popular. Han hecho verdad aquello de: “del dicho al hecho va mucho trecho”. La gente los asume como un mal menor y con una cierta resignación pesimista. La Democracia se vértebra sobre –y con- los partidos y sus distintas maneras de concebir la política dentro de un marco constitucional. Pero si no está armada la sociedad civil en un sentido crítico y participativo la Democracia siempre será de cartón piedra. Luego pasa lo que pasa: que la Clase política –según todas las encuestas- representa el tercer principal problema para los ciudadanos. Huelga decir que los dos primeros son el paro y la situación económica. ¿Catastrofismo?, posiblemente, pero que cada uno saque sus propias conclusiones y después actue en consecuencia. ¿Democracia?, siempre, pero con verdaderos demócratas y no con algunos personajillos de tres al cuarto.
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