martes, 3 de enero de 2012

La primera en el….alma



A “Melchor Chico” portador de los inigualables genes de Enrique.


No ha hecho más que empezar este desosegante 2012 y ya los flamencos tenemos que sacar de nuevo nuestro ropaje de negro luto: se ha muerto el guitarrista marchenero Enrique de Melchor. Cuando son las 18 horas de este tres de enero me llama un amigo madrileño para darme la mala y triste noticia. Abro presuroso Internet y ya el luctuoso acontecimiento ocupa las páginas de la mayoría de las ediciones digitales de los periódicos. Omitiré, por sobradamente conocidas, las extraordinarias cualidades musicales de este genio criado –artística y humanamente- a la sombra de su padre, el gran “Melchor de Marchena”. Configuraba junto a Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Víctor Monge “Serranito”, el “Cuarteto de Alejandría” de la guitarra flamenca contemporánea. Incuestionable es que, de los cuatro, era Enrique quien mejor acompañaba con su esplendida sonanta al buen Cante. Caracol; Menese; Lebrijano; Antonio y Manolo Mairena; la Perla de Cádiz; Chiquetete; Pansequito; Camarón; Morente; Fosforito…. y, un largo compendio de primeras figuras del Cante, representan un fiel testimonio de nuestra rotunda afirmación. Enrique tenía 61 años y llevaba ingresado unos días motivado por la reproducción de un cáncer del que fue operado hace unos años. Alternó sus actuaciones con tareas de producción y con algo de lo que se sentía especialmente orgulloso: su Tienda de Guitarras en los Madriles de sus amores y desvelos. Luto grande en Marchena; luto grande en Andalucía; luto grande en España y, luto insufrible en el alma de los buenos aficionados. Cuantos tuvieron la suerte de conocerlo dan fe de que junto a un artista inconmensurable habitaba una extraordinaria persona. Insisto, mal empezamos el año con la desaparición de este marchenero universal. Su toque de acompañamiento, “mamado” de la escuela única e imperecedera de su inmortal padre, nos reconciliaba con el mejor de los Cantes soñados. Era todavía joven y con muchos acordes por enseñar a las generaciones venideras de futuros guitarristas. En el más noble rincón de mis recuerdos flamencos, una noche en el Festival de Mairena, donde los duendes de la Soleá de Alcalá afloraron en la garganta de Manolo Mairena y el toque de acompañamiento de Enrique. Como diría el Poeta de Orihuela….”Temprano levantó la muerte el vuelo”. Llore Marchena; llore Andalucía; llore España y, lloren por las esquinas de los pueblos andaluces las mujeres enlutadas portadoras de la pena amarga. ¿Qué mal hemos hecho para que Dios nos quite los Enriques flamencos a pares? Existen días en que uno ya no sabe que decir y mucho menos que escribir. Estamos –y vivimos- a salto de mata entre pena y pena. Dios te guarde amigo Enrique y marcha tranquilo a los Cielos portando tu magistral guitarra enfundada. Nosotros la sacaremos cada vez que necesitemos escuchar como debe sonar una sonanta para acompañar al buen Cante. Mi abrazo solidario a tu gente y a Marchena. Mañana me dirá mi espejo si mi edad espiritual coincide ya con la física. Sinceramente, me estoy temiendo lo peor.

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