miércoles, 8 de abril de 2015

Justicia para todos






La Justicia es el último bastión que tenemos los ciudadanos decentes para frenar las tropelías y el saqueo a que muchos políticos han sometido nuestras vidas y haciendas. Los políticos siempre han tratado de controlarla para tenerla a su entera disposición y al servicio de sus espurios intereses. Desde el Gobierno repiten machaconamente: “Hay que dejar trabajar a los jueces” o bien “Tenemos todos que ser respetuosos con las decisiones judiciales”. Pero cuando los jueces los apuntan con el dedo ya la cosa varia considerablemente. Los atacan de manera implacable e intentan quitarse de encima aquellos que nos son proclives a sus dictados. Aparte, claro está, que para nada atienden las justas reclamaciones de los jueces para que mejoren, con medios técnicos y humanos, sus difíciles condiciones de trabajo.  Son cualquier cosa menos tontos. Creo firmemente en la Justicia española e incluso, en un ejercicio bucólico, creo hasta en la Justicia divina.  No nos engañemos: la Democracia funciona y se salvaguarda cuando también lo hace el Poder que dimana de una Justicia razonable y eficaz.  Los jueces están cansados de que se les ningunee y la dimisión en diciembre pasado del fiscal general del Estado-Gobierno (excelente cinéfilo por cierto) don Eduardo Torre-Dulce es ilustrativa al respecto. Cuando un pueblo pierde la credibilidad en su Justicia quiere decir que las cosas están ya en una situación preocupante. Es un pulso que siempre mantiene –y mantendrá- el Poder político contra el Poder judicial.  Reclamar Justicia para todos siempre será el mejor aval para que nuestra Democracia no se resquebraje. Si nos fallan los jueces solo nos quedará ya encomendarnos a todos los santos del cielo. Confiemos, esperemos, observemos y actuemos. No nos queda otra.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 8 de Abril del 2015

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