Suena la guitarra de Paco en esta hermosa y luminosa tarde de
farolillos, capotes toreros y volantes. Suenan los primeros acordes de “La Cañada” y es de esos días
donde todo cobra –o al menos debía cobrar- sentido en la primavera sevillana.
Los servicios informativos –valga la redundancia- nos informan que el mar se
abre inmisericorde para tragarse por cientos a los más pobres entre los pobres.
Aquellos que, por no tener, no tienen ni una patria que los defienda, ni un Dios
que los ampare y, tampoco, una casa donde cobijarse. Los ricos desde sus
despachos discuten que medidas tomar para seguir haciéndole falsos y desgarrados
trajes a la pobreza más extrema. Un Francisco nacido en Argentina clama al
cielo contra los desmanes de los poderosos. Nadie parece querer escucharlo como
tampoco escucharon al que llegó hace ya dos mil años. Otro Francisco, Paco
entre los Pacos, parido por una
portuguesa y oriundo de la Baja Andalucía
nos hace soñar con los tremoles de su inmortal sonanta. Lo escuchamos desde el
recogimiento y el fervor de las almas agradecidas ante tanta belleza musical. Gracias
a estos pequeños artilugios que se mueven deslizando un dedo se que ahora mis
nietos están en una caseta apoyados en su barandilla. Están, aplicando su
inquietud de ilusionados niños, viendo pasar los caballos del Real. “Pasa caballo cartujo / que en tu grupa va
sentada / lo que aquí llaman embrujo”. Ya sabemos que por esta amada y
maltratada Piel de Toro los ladrones de guante blanco y conciencia negra son
legión. Se instalan con el dinero ajeno en el lujo más obsceno y desmedido
mientras que muchos niños de “su” país se mueren de hambre. Hoy le han dado el
Cervantes a Juan Goytisolo uno de los grandes, muy grandes, escritores de
lengua hispana. Mi amigo Cristóbal, el farmacéutico
del Barrio, me da un eficaz remedio para los males de las vías respiratorias
altas (mi médico me había recetado que tomara tres caramelos diarios). “Anda
ve y dile al maestro / que te ha enseñao
a querer / que te devuelva el dinero / que no te ha enseñao bien”. Suena Paco y estoy convencido que después del
Cid Campeador nadie ganó más batallas después de muerto. Fran Silva hace
guardia esta tarde junto al Señor de la Pasión y es difícil imaginar una vigilancia más
placentera. Suena armoniosa la guitarra de Paco. Dios asiente con la cabeza y
dice para sus adentros: “Esa es la música que yo soñé para Andalucía”. La
armonía encuadrada en los encajes de las olas que se orillan.
La tarde empieza a flaquear mientras a lo lejos las luces del Aljarafe
empiezan a mostrar el esplendor de los atardeceres de esta tierra. Suena Paco y
“La Cañada” es
un sendero luminoso que me lleva en volandas por los mares de los sueños. “Mírala cara a cara que es la primera”. La primera, la segunda, la tercera y la
cuarta. La belleza sevillana mejor por
partida cuádruple.
Juan Luis Franco – Jueves Día 23 de Abril del 2015
1 comentario:
Y es que hay Pacos que son irrepetibles, únicos. Saludos,Juan Luis
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