Caso de que Dios cante, cosa que creo a pie juntillas, no es exagerado
decir que Rocío Márquez canta como Dios. Esta hermosa muchacha nacida por
tierras choqueras es un auténtico regalo para los sentidos de las almas
sensibles del Flamenco. Poseedora de una excelente formación musical y
humanística se presentó de sopetón en el 2008 en el Festival del Cante de las
Minas de la Unión. De
allí salió portando la “Lámpara Minera” y los cuatro primeros premios. El
Flamenco, de tarde en tarde, nos obsequia con nuevos valores que consiguen que
los viejos aficionados volvamos a aventar la llama del Flamenco. Su última
grabación dedicada a don José Tejada Martín “Niño de Marchena” se titula “El
Niño” y resulta obvio saber a quien le rinde tributo flamenco. Un homenaje que
Rocío Márquez le dedica al Maestro de los Maestros del Cante Flamenco. El mismo
que fue ninguneado históricamente por
unos posicionamientos “filosóficos” ultramontanos y sectarios felizmente superados por el tiempo y la Historia. Este tributo flamenco
a Pepe Marchena solo podía venir de esta universitaria onubense por dos razones
fundamentales que los empareja: voces prodigiosas y un irrenunciable sentido de
la libertad en el Arte y en la vida. Escuchar hablar a Rocío Márquez en una
entrevista es una manera de redimirnos con lo que un día fuimos en nuestra
lejana juventud. Sabe lo que quiere,
sabe de donde viene (de niña se iba con su padre a escuchar cantar por las
Peñas Flamencas de Huelva) y, lo más importante, sabe a donde va. “El Niño” se
me representa como una de las mejores grabaciones flamencas de los últimos
tiempos. Me la regaló un amigo de sentires flamencos y ya supera la docena las
veces que la he escuchado. Lo dicho:
caso de que Dios cante no es exagerado decir que Rocío Márquez canta como
Dios. Escuchémosla que bien merece la
pena (y sobre todo la alegría de escucharla). Se llama para el Flamenco y la
vida Rocío Márquez. Rocío bien vale una
Feria.
Juan Luis Franco – Jueves Día 9 de Abril del 2015
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