-La lengua que no tiene “feis”
no existe. El “feis” son las nuevas
tablas en las que Moisés
esculpiría
hoy los Diez Mandamientos.
- Manuel Vilas -
Sinceramente y sin negar sus enormes posibilidades comunicativas (más su
innegable vertebración social) estoy al margen de esto que llaman las Redes Sociales. Personalmente no
encuentro muchas ventajas (más bien ninguna) de incorporarme a este tinglado y
pido disculpas a los amigos que, de vez en cuando, me piden la incorporación a
tal o cual grupo de Facebook o Twitter (perdón si no los escribo
correctamente). Me valgo y tengo primordialmente a Internet como una herramienta valiosísima e imprescindible para
poder informarme y seguir formándome.
Hace poco me incorporé a esto que llaman Wassap y esto si me ha proporcionado un gran cúmulo de
satisfacciones. Recibo fotos de mis
nietos en directo y mantengo una comunicación permanente con el pequeño círculo
afectivo que comparten conmigo gozos y sinsabores. Una manera extraordinaria de
estar al día de cómo les va a la gente que verdaderamente quiero y me
preocupan. Una de las cosas que me llama poderosamente la atención de las Redes Sociales es como, de tarde en tarde, se destapa al friki y a
la personalidad oculta de muchos personajes de nuestra vida política, social,
artística y/o cultural. Se intercambian mensajes o generan comentarios donde
predomina la estupidez más supina sin percatarse de que las Redes Sociales son ventanas abiertas al
mundo. Sin cubrirse las espaldas se vierten
opiniones de todo tipo a las que con posterioridad se ven obligados a
retractarse por medio de disculpas y perdones. Los enjuagues de los corruptos
se manifiestan con toda su crudeza mostrando el verdadero rostro de los que le
roban a todos los españoles. También aparecen desde los “compi-yoguis forever de la muerte” hasta los “Luis se fuerte. Hacemos lo que
podemos”. No se libra nadie y en un
ejercicio de perversidad suprema se dice hasta cuantos judíos cabrían en el
cenicero de un coche. ¿Para esto sirven las Redes
Sociales? Estoy seguro de que no es así
y muchos padres podrán hablar (viéndolos) en las distancia con sus hijos que
“disfrutan” de la “movilidad exterior”.
Lo que si es verdad es que un carajote con coche no deja de ser un tonto
al volante. No podemos echarle la culpa al coche del nivelito del conductor del
mismo. ¿Redes Sociales?…. ¡No gracias!
Juan Luis Franco – Miércoles Día 6 de Abril del 2016
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