“En la vida hay amigos íntimos,
amigos,
conocidos, adversarios, enemigos,
enemigos mortales y…compañeros de
partido”
- Giulio Andreotti -
Era más que previsible que para el 26
de junio estábamos irremediablemente abocados a una nueva Convocatoria Electoral. Todos los intentos negociadores llevaban el
marchamo del fracaso en el ADN de los
partidos políticos. Posiciones
irreconciliables donde todos (algunos de forma descarada) daban prioridad a
catar el Poder en primera persona. Eso
que llaman el bien común o los intereses generales de los ciudadanos no dejaba
de ser para todos la “excusa perfecta”. Lo realmente sorprendente es como los
recién llegados se parecen cada vez más a los mismos que abiertamente
critican. Dada que mí condición es
bastante proclive a manifestarme en completa libertad y de manera directa y
responsable diré que el acuerdo (Pacto)
al que llegaron PSOE y CIUDADANOS me sonaba bastante bien (tanto
en la música como en la letra). El problema es que numéricamente (131
diputados) no daba para poder formar gobierno. Pedirle la abstención a quienes
(legítimamente por otra parte) solo quieren catar el poder enfundados en
chándal venezolano no dejaba de ser un ejercicio de suprema inocencia. Derecha o Izquierda son términos que hoy, en no pocas ocasiones, quedan
difuminados por comportamientos contradictorios. España vive una situación alarmante en cuanto a derechos sociales y
laborales se refiere y la diferencia entre ricos y pobres cada día se agranda
más. El PSOE-A lleva gobernando en
Andalucía desde ¡1978! y esto no ha
impedido que nuestra tasa de paro sea con diferencia la más alta de España (con
un paro juvenil de auténtica vergüenza). Los múltiples casos de corrupción
acaecidos en el seno de los “populares” (todos mal gestionados desde la cúpula)
y su manera de gobernar castigando a los más desfavorecidos pide a gritos una “travesía en el desierto”. La repetición
de las Elecciones supone un verdadero
fracaso y presenta unas expectativas ciertamente preocupantes. Aunque resulta
obvio resaltar que siempre será preferible votar dos veces que no poder hacerlo
ninguna por así mandatarlo un sistema político dictatorial. Gastaremos una
millonada en la Campaña Electoral y
este dinero haría falta para cubrir necesidades básicas y elementales de una
parte considerable de la población española. Por otra parte es más que
previsible que diputado arriba o diputado abajo los resultados sean bastante
parecidos. ¿Volveremos entonces a poner a cero el contador de las negociaciones
para posibles pactos? ¿Quiénes dirán sí
donde antes dijeron no? Un verdadero
laberinto democrático donde al final todos saldrán con las caretas sin las
gomillas. España es hoy un coche en punto muerto donde nadie quiere ponerlo en
marcha sin que “los suyos” estén sentados al volante. Veremos si esto arranca
de una vez.
Juan Luis Franco – Jueves Día
28 de Abril del 2016
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