“Y en el aire flotaba una
duda razonable de si Dios
creó a Bach o si fue Bach
quien creó a Dios”
Dice el maestro Caballero Bonald
que tan solo los estupidos y los fundamentalistas están exentos de dudar. El Papa Francisco argumenta que una fe sin
un cierto margen para la duda no es una fe verdadera. Cada día nos empecinamos en darle la razón a
don Antonio Machado cuando decía que
en España la Religión
era una mezcla de fanatismo y superstición milagrera. Siempre las formas
mandando sobre el fondo de las cosas.
Intentas atrapar la vida y al final es la vida quien te termina
atrapando a ti. La duda existencial del ser humano va íntimamente ligada a su
capacidad de pensar y sentir. No tengo claro que definitivamente haya soltado
de la mano al agnóstico de mi juventud.
Busco a Dios en la Madre Naturaleza , el Arte, la Cultura
y, sobre todo, en la bondad y la solidaridad de los seres humanos. Lo encuentro
en la soledad de una capilla sacramental pero también en la muchacha que, sin
conocerlo, ayuda a un anciano a cruzar
una calle. No me considero oveja de
rebaños donde, en no pocas ocasiones, los pastores dejan mucho que desear. Me muevo en todos los ámbitos entre dudas y
certezas y nunca elevo nada a la consideración de definitivo. Mi fe me ayuda a
vivir en paz con Dios y los hombres.
Se de donde vengo y se donde estoy pero ignoro donde navegará mi barca con los
vientos del mañana. Me siento incomodo en una Sociedad donde la gente tiene a la Religión
como una póliza de seguros que le salvaguarde a ellos y los suyos de los males del infortunio. Pocos se paran ya a distinguir las voces de
los ecos. Manda la parafernalia. Creemos en Dios
pero…… ¿creerá Dios en nosotros?
Juan Luis Franco – Lunes Día 4 de Abril del 2016
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