“Dale a un lerdo una batuta
y la usará para espantar las moscas;
dásela a una persona sensata
y terminará formando una orquesta”.
Los políticos al igual que los árbitros si consiguen pasar desapercibidos y, de manera colateral, que no se acuerden de su familia, pues mejor que mejor. Cuando un día consigamos superar la etapa “zapateril” seremos conscientes de por donde transitaba la política española de los últimos años. Nos tocaremos la ropa con los ojos como búhos para comprobar que efectivamente estamos ilesos y respirando. Este socialista, sin socialismo en sus alforjas, llegó al poder de rebote y gracias a una torpeza coyuntural del PP, que tomó por tontos al conjunto de la Sociedad española. Lo pagaron bien caro y su necio comportamiento propició un espectacular vuelco electoral, que contradijo abiertamente las previsiones de todas las encuestas. Mucho se ha escrito sobre el particular como para seguir ahondando en la materia. Lo cierto es que llegó don José Luís a la Moncloa, aunque previamente tuvo que preguntar en que sitio de Madrid estaba. Resultando evidente que su nefasta gestión política –reconocido así en privado por antiguos dirigentes socialistas- ha ido de mal en peor. Al PP un político socialista como el señor Zapatero les vino como anillo al dedo. Cambiaron el “tiro al plato” por “el tiro al zapato”. Evidentemente, su comportamiento opositor ha generado muchas dudas entre una parte de la ciudadanía española, pues no se puede culpar a Zapatero hasta del terremoto de Japón (si no lo han hecho seguro que no les habrán faltado ganas). Lo cierto es que se ha abierto de nuevo un peligroso y ancestral “frentismo” español que, a menos que lo resuelvan políticos sensatos (de todos lo partidos), esto tiene pinta de ir de mal en peor. Al crearse “La Ley de la Media Memoria Histórica” se reavivaron las llamas que siempre calientan, de manera prioritaria, a los fundamentalistas de todo signo y condición. Aquellos en definitiva que se aprovechan de las ventajas de la Democracia, pero que se encuentran incómodos asumiendo los postulados que dimanan de la misma (lean con detenimientos la Historia de la II República y comprobarán que la dinamitaron aquellos que hoy reivindican la III). Con el aborto ocurrió más de lo mismo. Cuando existían unos supuestos legitimados por la lógica y que tanto PSOE como PP dejaron sin alterar en sus fases de gobierno, pues a alguien se le ocurrió que había que ampliar dichos supuestos abortivos. La mejor manera de “ayudar” a las menores era propiciando que pudieran abortar, sin necesidad de permiso ni tan solo del conocimiento de sus padres. Pero como ocurre con las medidas disparatas, le dejaban al médico (¿) que en caso de duda tomara la decisión de avisar o no a los padres. Un autentico disparate demostrativo de en manos de quien estamos. Pero como sus cabecitas no paran de cavilar ahora les ha tocado el turno al tema de los apellido (¿cuándo se ocuparán de verdad del Paro, la Educación, la Sanidad, los abusos, la vertebración del país y otros temas, para ellos secundarios?). Nada, hay que seguir avanzando en la igualdad entre hombres y mujeres y ahora se plantea una falsa polémica con el orden de los apellidos. Es la eterna teoría de “dar gato por liebre”. En vez de equiparar, bajo el imperio de la Ley que nos hace –o debía hacernos- a todos iguales, se dedican priorizar las ramas sobre las raíces.
Equiparar a hombres y mujeres en salarios, derechos, deberes y prestaciones sociales, no parece interesarles. Les resulta más útil manipular al personal con “desvíos de llamadas”.
Como no saben como salir del atolladero del orden de los apellidos, tiran por la calle de en medio: que sea ¡el encargado del Registro! quien tenga la última palabra. ¡Manda huevos!, que diría el otro.
Nada, puestos a gastar, no estaría de más crear un “Ministerio para el Ordenamientos de los Apellidos”, (MOA). Por muy caro que resulte, no lo será tanto como uno que el tiempo se ha encargado de demostrar su inutilidad. ¡Que país!
Nota: Un primo mío murió en las Torres Gemela así que Bin Laden como mejor está es muerto. Aquellos izquierdistas, cuyo basamento procede del estalinismo, bien harían en no hablar mucho de los Derechos Humanos. Los Archipiélagos Gulag prenden sobre sus conciencias. Si por este comentario los fundamentalistas atentan contra este modesto “relojero” sevillano que lo hagan con una sobredosis de gazpacho.
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