Hay que autoanalizarse
constantemente,
me miro al espejo y es una de las
cosas
más difíciles que hay, pero es un
proceso
del que se puede aprender mucho”
- Oliver Stone -
Creo recordar que fue el añorado actor Juan Luis Galiardo a quien le
leí que a ciertas edades más que acicalarse de lo que se trata es de someterse
cada día a un proceso de restauración. Saltas de la cama buscando el cuarto de
baño y después de encender la luz te miras en el espejo a ver si la noche te ha
dejado secuelas. Mientras lo que veas no te asuste todo va bien. Te recomiendan cremas que anuncian en
televisión personas que por su juventud y lozanía poco o nada parecen necesitarla.
Te halagan cuando te dicen –puede que hasta con total sinceridad- que te mantienes
muy bien para tus años. Por lo visto de eso se trata: de mantenerse. Lo hacemos como si fuéramos tablones flotando
en la mar serena procedentes del naufragio del barco de la juventud. El mismo
en el que un día ya lejano navegamos a todo trapo contra viento y marea. Soy de
los convencidos (salvando la abismal distancia y la petulancia por mi parte)
junto a Arturo Pérez Reverte que, a ciertas edades, contra menos fotos nos
hagamos mucho mejor. La decadencia física no se esconde pero tampoco se exhibe.
Quiero recordar a mi madre cuando aún era joven y cantaba “María de la O” mientras lavaba en el patio
del Corral de vecinos donde vivíamos. Lo que me encuentro para recordarla son
fotos de una señora muy mayor, sentada en un carrito y con la mirada triste y
ausente. ¿Qué tienen que ver esas imágenes fotográficas con lo que fue y era mi
madre? A partir de los cincuenta años
hay que huir como alma que lleva el diablo de los miles de cámaras que hoy (con
los móviles) nos acechan por las esquinas.
Ahora, con la moda de los selfies, la gente se hace fotos ellas mismas. Cuidarse es elemental para que la salud no se
nos resquebraje y, aparte de por nosotros mismos, no ser una carga añadida para
aquello/as que bien nos quieren. Seguiremos pues sometiéndonos cada día a este
proceso de restauración que, a base de cremas y potingues, consigue retrasar
momentáneamente los estragos inevitables que provocan los años. Restauraciones con olores a Aloe Vera. Las
cremas antioxidantes y antiarrugas al poder.
Juan Luis Franco – Lunes Día 26 de Octubre del 2015
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