sábado, 30 de enero de 2016

Calle Don Remondo





Hay calles que quedan marcadas para la Historia por algún acontecimiento de tal magnitud que ya todo lo concerniente a dicha calle queda en un segundo plano. La calle Don Remondo ya siempre figurará para los anales de la Historia sevillana (y española) como el trágico marco donde fueron vilmente asesinados Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García Ortiz (Alberto y Ascen para su numeroso grupo de amigos y allegados). Este horrendo crimen que conmovió a la sociedad española en general y a la sevillana en particular ocurrió un 30 de Enero de 1998 (hoy se cumplen pues 18 años de tan cruel asesinato).  Volvían por la calle Don Remondo paseando tranquilamente y a pocos metros de su casa unos pistoleros de ETA los acribillaron a balazos. Los tres hijos de esta joven pareja sevillana dormían placidamente sin saber que una banda tan cruel como inmisericorde los acababan de dejar huérfanos de por vida. Aquel tremendo asesinato provocó en la Ciudad una conmoción general como yo pocas veces he conocido.  La manifestación de repulsa que se produjo posteriormente fue de tal magnitud que las calles se veían incapaces de acoger a tantos miles de personas.  Si la memoria tiene verdaderamente sentido es para, entre otras cosas, recordar aquellos momentos donde la solidaridad más noble consiguió ganarle la partida al terror perverso. Quienes tuvieron la suerte de conocer a esta joven pareja sevillana coinciden, independientes de ideologías, que eran unas personas llenas de bondad, solidaridad y tolerancia. Mis grandes amigos trianeros siempre me han comentado que el paso de Alberto Jiménez-Becerril por el Distrito de Triana dejó una huella indeleble e imperecedera. Ha sido el político más comprometido con los problemas y la grandeza del arrabal trianero. La implacable y asesina banda terrorista ETA ya ha sido derrotada y hoy no pocos de sus miembros se disfrazan con pieles de corderos en instituciones democráticas (aunque para algunos el sanguinario que llevan dentro duerme bajo las mesas de sus despachos). Bienvenidos sean cuantos gestos y acciones sirvan para que los humanos vivan en paz y en armonía pero nunca olvidemos a aquellos que dieron su sangre por la conquista de las libertades. Calle Don Remondo, Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz unidos para toda la eternidad sevillana.


Juan Luis Franco – Sábado Día 30 de Enero del 2016

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