David, Cristina y Pepe. Tres nombres propios donde podemos asegurar que
el orden de los factores si altera el
producto. Los tres y por distintas consideraciones han sido portada de los
medios informativos en las últimas horas. Uno, a escala planetaria. Otro (otra),
más bien a escala nacional y el tercero a efectos meramente locales. David
Bowie se nos configura como uno de los mayores iconos del último tercio del
siglo XX. Clasificar a David Bowie se nos presenta algo tan tremendamente
complicado como dilucidar el sexo de los ángeles. Pero todos, desde su legión
de admiradores a lo no menor de sus detractores, reconocen en David Bowie una
deslumbrante personalidad y ser uno de los mayores elementos
artísticos-culturales del pasado siglo XX. Ha tenido que fallecer para terminar de
convencernos de que era humano y mortal como cualquiera de nosotros. La muerte, como siempre, termina por
igualarnos a todos. La Infanta
doña Cristina se sentó el pasado lunes día 11 en el banquillo de los acusados
por el ya famoso “Caso Nóos”. Lo hacía junto a su esposo don Iñaki Urdangarín
por, supuestamente, haber cometido alguna serie de posibles delitos. Dios me libre de prejuzgar a nadie que para
eso ya están los jueces. Ha causado, eso sí, una gran extrañeza que de todos
los imputados (creo que son 19) la
Abogacía del Estado, la Fiscalía y, lógicamente, el abogado defensor
hayan pedido solamente de manera unánime que se deje al margen de este proceso
a la Infanta
doña Elena. Lo cierto es que la foto de la Infanta en el banquillo ya
ha dado la vuelta al mundo y eso, para lo bueno y lo malo, ya es irremediable.
Su hermano, el Rey Felipe VI (a quien Dios guarde muchos años y de paso a todos
nosotros), seguramente estará pasando sus peores momentos desde su llegada al
trono de España (por cierto: tremendo error no haber recibido en audiencia a la Presidenta del
Parlamento catalán. Parece ser que aquí nadie quiere privarse de seguir
llenando de combustible el tanque de los independentistas). Por último y previo
despido se ha producido la salida por segunda vez de don José Mel Pérez del
Real Betis Balompié. Esta si creo que ya será la definitiva. Al bueno de Pepe Mel le confeccionaron una
“Plantilla” que no se la habría planificado ni el peor de sus enemigos. Pero
resulta evidente que ir por la vida de “jardinero fiel” tiene a posteriori sus
efectos colaterales. Cuando las plantas
no terminan de crecer ya no vale decir que el abono que te han traído (el mismo
al que tú distes en principio el visto bueno) es bastante deficiente. Tres nombres en definitiva, David, Cristina y
Pepe, que por distintas razones han sido noticia en las últimas horas. Solo desear que Dios acoja en su seno al
primero; la Justicia
en el suyo a la segunda y el Mercado futbolero al tercero.
Juan Luis Franco – Martes Día 12 de Enero del 2016
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