viernes, 29 de enero de 2016

Karl Benz




Tal día como hoy, 29 de enero, del año 1886 un ingeniero alemán llamado Karl Benz creó el primer vehículo de combustión del que se tiene noticia.  Fue a través de una solicitud de patente (la número 37.435) que el señor Benz le hizo al gobierno alemán para la construcción de un vehículo de tres ruedas. Empezaba por tanto con este invento una alocada carrera automovilista que no ha parado hasta el día de la fecha. Vehículos cada día más potentes, rápidos y confortables que nos llevan, de aquí para allá, a una velocidad de vértigo cruzando como posesos las autopistas y carreteras de nuestra Piel de Toro. Corremos, corremos y no paramos de correr aunque, en no pocas ocasiones, el precio que paguemos por ello sea tan alto como poner un fin abrupto a nuestras vidas (o a las de los demás). Todo aquello que a través de la modernidad y sus avances tecnológicos haya servido para acercar a los pueblos siempre debe ser bienvenido. En la España profunda de olivos y casas de piedra con chimeneas sin leña existían no hace mucho pequeños pueblos inmersos en su soledad y perdidos por la serranía. En los mismos, a pesar de estar separados a poca distancia de otros pueblos adyacentes,  se morían sus habitantes sin conocer a sus vecinos. No existía más posibilidad de desplazarse que mediante la tracción animal y esto, debido a las inclemencias del tiempo, no siempre era aconsejable. El coche y los vehículos mecánicos en general solucionaron mucho de los problemas de comunicación que padecía una parte importante de la España ancestral.  Pero llegaron las grandes urbes y lo hicieron para poder recorrerlas con los grandes coches a toda pastilla.  Con ellos llegó una contradictoria  combinación de luces y sombras.  La gente, al principio, acudía a sus quehaceres cotidianos en poco tiempo y de manera confortable. Pero, como todo en la vida, llegó la saturación y nacieron en las sociedades modernas los grandes atascos circulatorios más la omnipresente y grave contaminación. En ciudades como Pekín o México DF la gente se ve en la actualidad obligada a salir a la calle con mascarillas. Hace unos días se prohibió todo tráfico rodado por la ciudad de Milán. Incluso en Madrid con la famosa “boina” se han visto obligados a serias restricciones circulatorias. Los seres humanos teledirigidos por los ideólogos del Poder siempre se encargan de envilecer los grandes inventos de la Humanidad.  Todos, al final, intentan que todo redunde en su propio beneficio.  No podemos culpar a Karl Benz con su gran invento de los graves problemas que los vehículos  acarrean en no pocas ciudades del mundo.  Dios cuando dijo “Hágase la luz” no contaba tampoco con los facturones que nos iban a endosar las Compañías eléctricas.  Al César lo que es del César.


Juan Luis Franco – Viernes Día 29 de Enero del 2016

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