domingo, 7 de junio de 2015

Los sonidos del silencio




“Hacer de la vida religión
y religión de la vida”
- Giner de los Ríos -

Desde que fue nombrado Arzobispo de Sevilla a don Juan José Asenjo Pelegrina le escucho dos homilías al año. Ambas se producen en mi Hermandad de Pasión. La primera durante la Función Principal de la Novena Anual al Señor del Salvador. La segunda cuando, cada Lunes Santo, se produce el mágico y emotivo momento del traslado del Señor de la Pasión a su Trono de Plata. Me agrada sobremanera cuanto dice este hombre y la manera como se expresa. Lo hace de una manera pausada como quien le habla a un amigo que necesita consuelo y busca salidas vitales dentro de los laberintos de la existencia humana. Esta manera de expresarse denota un amplio bagaje cultural y el haber leído una ingente cantidad de libros. Tiene que haber atracado su barca en muchos muelles para poder adoctrinar, como lo hace, desde la mesura y la reflexión. Nos habla siempre en clave machadiana de la necesidad de no confundir las voces con los ecos y rebuscarnos en nuestro interior a través del silencio. No se refiere a un silencio cómplice que se produce desde las trincheras de la cobardía y desdeñando la posibilidad de rebelarse ante los abusos de los poderosos.  Sustituye el “quien calla otorga” por el “quien calla piensa”.  Nos habla de un profundo silencio reflexivo donde desde la introspección toma forma al compromiso y  la acción cívica, cristina y solidaria.  Vivimos en una época convulsa y zafiamente ruidosa. En nuestra Sociedad prima lo banal, lo superficial, la basura mediática y la corrupción en todas sus perversas variantes. Este buen hombre nacido en Sigüenza un 15 de Octubre de 1945 rige los destinos de la Iglesia sevillana con mano firme y corazón blando. A pesar de la severidad que desprende su rostro quienes lo conocen de cerca me hablan de una persona extremadamente amable, educada y cercana. Como pasa siempre en esta Ciudad habrá que esperar que el tiempo pase para poder situarlo en su justo contexto.  Aquí para ser profeta hay que hablar en vida hasta debajo del agua y quien propone el silencio como remedio para el alma lo tendrá siempre crudo. Tengo pendiente a través de un amigo la posibilidad de visitar a don Juan José Asenjo y poder hablar con él personalmente. Siempre es de agradecer que en época tan ruidosamente estéril exista alguien que invoque los sonidos del alma.


Juan Luis Franco – Domingo Día 7 de Junio del 2015

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