Recuerdo una genial viñeta de Mafalda
del no menos genial Quino. Un
profesor termina una clase y pregunta a sus alumnos si tienen alguna duda sobre
la misma. Manolito levanta la mano y
el “profe” le pregunta que no ha entendido a lo que le responde Manolito: “Desde septiembre hasta hoy
nada”. En los estertores del franquismo
se empezaron a abrir poco a poco una serie de ventanas (fundamentalmente en el
Cine) proclives a ir calmando nuestras ansias juveniles de libertad. Veíamos en la Sala de Arte y Ensayo de la calle Trajano o en los ciclos del Cine Club-Vida una serie de películas
extranjeras que más que gustarnos o no es que no lográbamos entenderlas. Ciclos
de cine checo o ruso donde salías de la sala buscando desesperadamente un par
de optalidones. Además, con el agravante de que la mayoría eran
subtituladas. Después de la lectura de
un libro o la visión de una película lo normal es que te guste mucho, poco o
nada. Pero, ¿y cuando no te enteras de que va la cosa? Si además el libro en
cuestión o la “peli” viene avalada por una buena critica, ¿cómo le dices “al
personal” que no te has enterado de nada? Recuerdo una vez, hace ya muchos años, que
coincidí con un poeta sevillano en un acto cultural. El último libro que había
sacado al mercado disfrutaba de muy buenas criticas e incluso le habían dado un
Premio de Poesía de cierto renombre. A mí había algunos poemas con los cuales
no terminaba de aclararme y, después de felicitarle, así sinceramente se lo
expuse. Me dijo que cuales eran y se los mencioné a continuación. En un
ejercicio supremo de sinceridad me dijo: “Lamento no poder ayudarte pero yo no
tengo ni puta idea de lo que significan”.
Creo recordar que uno de ellos decía más o menos lo siguiente: “La nieve abría su surco de soñada primavera
/ por entre las dunas de las caballerizas / formando un triangulo amoroso / por
donde se colaba el sol del mediodía”. ¿Nieve
y primavera?; ¿arena de dunas?; ¿caballos, amoríos y calor? Hace ya muchos años
que un amigo pintor me enseñó (mejor me educó) a saber visualizar el arte
abstracto o de vanguardia sin tener que contextualizar lo que se expone. Dada
mi condición de zoquete integral me resulta un tanto desesperanzador cuando un
amigo te deja una película loando sus grandes virtudes y, después de verla en
dos o tres ocasiones, al final no te enteras de nada. Cuando se la devuelves
como le dices que si no le importa te la explique. Lo que me dijo el poeta aquel día: no tener
ni puñetera idea.
Juan Luis Franco – Domingo Día 21 de Junio del 2015
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