lunes, 9 de noviembre de 2015

Cruzando el Puente





“Pasé por Triana un día
y vi a la Torre del Oro
que campanas no tenía”

La retroalimentación sentimental-cultural de Sevilla y Triana es reciproca. Son partes de un mismo cuerpo que se necesitan para darle sentido a sus existencias. Imposible imaginar Sevilla sin Triana o viceversa. Para muchos Triana es la niña bonita y preferida de Sevilla. Para otros Sevilla es la Madre redentora que amamanta los sentimientos de un arrabal que nació para demostrarnos que Dios de vez en cuando acierta plenamente. Triana es muchas cosas a la vez.  Un Barrio, un Pueblo o ¿una República independiente de no se sabe bien qué? Sin renunciar a mis raíces nunca he negado mi condición irrenunciable de trianero vocacional. Me gusta más si cabe una Triana de antaño a la que cada sábado visitaba de niño. La de ahora, sin los Corrales de vecinos, para lo bueno y lo malo es menos reconocible. Cuando ya ando sobrado de tiempo necesito al menos una vez a la semana cruzar el Puente (Sevilla  tiene muchos puentes pero “el Puente” es el Puente). Me paseo por su Mercado y me gusta perderme sin rumbo fijo por sus callejas más señeras.  No tengo reparos en reconocer que junto a mi paseo de cada lunes por los aledaños de San Nicolás y la visita a mis nietos de cada jueves la incursión a Triana forma parte de mi mayor aliciente semanal. Una Triana que se refleja allá por la calle Pureza en las lágrimas de cristal de una Virgen morena que llora por Soleá.  Con un Cristo que nunca termina de morirse pues ningún trianero de nacencia o querencia querría irse de Triana para siempre.  Allí el Cante Flamenco se hizo verdad a golpes de fragua y al fragor de los hornos de los alfareros. Ángel Vela le ha regalado al Flamenco y a la Historia de Triana unas páginas impagables para que todo quede tallado para siempre en los anales de la Historia. Triana por encima de cualquier consideración estética tuvo siempre su mayor valor en la calidad humana y artística de su gente. Un sitio donde poder perderse y, lo más importante, donde poder encontrarse.  Basta con cruzar el puente con el alma en bandolera. Triana de San Jorge y de la Señá Santana.  Un Barrio único creado para soñar.


Juan Luis Franco – Lunes Día 9 de Noviembre del 2015

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