viernes, 27 de noviembre de 2015

Días de Noviembre





“Si una persona dice que ha encontrado
a Dios con certeza total y ni le roza
algún margen de incertidumbre, algo
no va bien”
- Papa Francisco -

Avanzan los días de Noviembre y su lento discurrir de atardeceres levemente sombreados lleva implícito la nostalgia por los eternos ausentes y el calor del hogar de los paraísos perdidos. Comenzó este mes de Dolorosas enlutadas con un recuerdo a los que ya se fueron para siempre y un reconocimiento a todos los que se ganaron en vida la gloria eterna a través de la santidad.  Santos y Difuntos; Difuntos y Santos, como paradigma de la existencia humana. Hasta la bondad se nos configura como algo con fecha de caducidad en el tiempo. Las mañanas de Noviembre son contradictorias y variopintas enfundadas en los dulces amaneceres soleados o ennegrecidas por los tonos grises de los días donde el cielo llora sobre la Ciudad.  Nunca como ahora nos supo tan reconfortante el primer café mañanero y nunca valoramos más las apacibles lecturas hogareñas en tardes de mesa-camilla. Vemos a través de los cristales como la calle va cambiando su tonalidad malva de novela de misterio por una oscuridad pespunteadas por la tenue luz de las farolas. Tiempo de introspección donde Bach, Bécquer y Valdés Leal alcanzan las cotas máximas de sus esplendores. Placeres de Noviembre plasmados en un humeante café, una yema de San Leandro, un buen libro y una copa de oloroso con un hombro cerca donde apoyarse.  Días de Noviembre que, a través de la nostalgia, nos retrotrae a nuestros orígenes. Somos de donde venimos y nunca hacia donde iremos. Avanzan sus horas los días de Noviembre, y las almas, presentes y ausentes, se confabulan para que en Sevilla  todo quede plasmado en el talón del Señor de la Ciudad.  Noviembre avanza y con él el año, los años, empiezan a extinguirse. Son los días de Noviembre.


Juan Luis franco – Viernes Día 27 de Noviembre del 2015

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