miércoles, 20 de mayo de 2015

Talento y tesón





“Los dos momentos más importantes
en la vida de una persona es cuando
nace y cuando descubre para que
ha nacido”
- Mark Twain –

Hace ya algún tiempo veía con verdadero deleite un documental dedicado a la genial bailarina, coreógrafa, profesora y alma mater del Ballet Nacional de Cuba,  Alicia Alonso. Un delicioso ejercicio narrativo donde se nos mostraba su talento y su espíritu de sacrificio para conseguir su gran meta de ser una primera bailarina mundial. Empezó a bailar desde niña (curiosamente danza española) y ya el baile sería el soporte donde se cimentaría su hermosa y productiva vida y su ya eterna leyenda.  A los veinte años y motivado por un desprendimiento de retina perdió casi la visión de los dos ojos. La obligaron por esta gravosa circunstancia a guardar casi un año de absoluto reposo. Pues bien contaba Alicia Alonso que incluso ni en aquel periodo de absoluta inactividad dejó de bailar. Lo hacia con la mente ensayando pasos de manera permanente. Movía los dedos sobre la almohada como si fueran sus piernas. La vitalidad que esta primera dama de la danza internacional desprendía en el citado documental era apabullante. Sentada glamurosamente en un sillón encima del escenario de un teatro gesticulaba con las manos para mostrarnos los movimientos que procedían en cada momento de la danza. Una auténtica lección de talento inconmensurable. Siempre vivió apasionadamente y nos mostraba un camino lleno de espinas y rosas donde al final, cuando se mezcla el talento con el esfuerzo, las metas aparte de alcanzables son hartamente fructíferas. Parece ser que casi todos hemos nacido para algo en particular aunque muchos nunca lo encuentren por no buscarlo siquiera. Alicia Alonso sin querer perder nunca su condición de cubana llevó la danza hasta las cotas más altas jamás soñada. Cuando uno vive intensamente para lo que ha nacido la existencia humana cobra su auténtica dimensión. Con el talento se nace pero para desarrollarlo se necesita un fuerte componente de sacrificio. Hoy prima la ley del mínimo esfuerzo para conseguir el máximo beneficio.  No labramos nuestro camino tan solo buscando el “medalleo” y la complacencia ajena sino para dotar a nuestra vida de un verdadero sentido existencial. Gente como Alicia Alonso nos dejan meridianamente claro que el triunfo en muchas ocasiones está en la plena satisfacción por el trabajo bien hecho. Tesón y talento; talento y tesón.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 20 de Mayo del 2015

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