lunes, 7 de septiembre de 2015

La noche tiene un precio





Era una noche del pasado julio cuando los calores diurnos le tenían perdido el respeto a un inexistente relente. Hacia una noche de un calor sofocante y hasta la luna parecía sudar por sus costurones plateados. En la calle no se movía una hoja y el silencio nocturno solo era interrumpido por los zumbidos monocordes de los aparatos de aire acondicionado.  En el ordenador se oía la voz de Dolly Parton cantando su inmortal canción Jolene. ¡Que sería de nosotros pobres mortales de almas errantes sin la magia de la música!  A mis nietos los imaginaba durmiendo a pierna suelta derrotados por el cansancio de un día de playa. Magnifico eslabón sentimental este donde poder agarrarse para que al final todo cobre sentido. El Kichi, gaditano chirigotero y alcalde de la Tacita de Plata, se había comprado traje y corbata para oficiar la boda de una pareja de gaditanos. No pasa nada por romper de cuando en cuando los uniformes antisistema. El hábito no hace al monje pero el monje si hace al hábito. Me encuentro por aquellos días a Fali Fernández  por la calle San Eloy (calle siempre con olores a jamón serrano y a fonda antigua). Venía de comprarse un traje para estar elegante en la boda de su hijo que se casaba en agosto. A ver si ahora con traje nuevo consigue que le enseñen la nueva Casa Hermandad de La Candelaria. ¿Kichi en Cádiz y Fali en Sevilla estrenando trajes en verano? Algo huele a lana (¿fría?) en la Baja Andalucía. Preámbulo, a que dudarlo, de que se avecinan tiempos nuevos. En Sevilla, por no pocos corrillos, se hablaba de la tenacidad de un Hermano Mayor para no dejar de serlo. Con esa actitud se le hizo un flaco favor a la Hermandad y, fundamentalmente, a sus hermanos. Sospechosamente sospechoso (sin que valga la redundancia) el “silencio” escrito y hablado de los “depositarios de las esencias de la Ciudad”. Eso pasa por escribir con una foto enmarcada de los “buenos” en la parte derecha de la mesa del ordenador y otra, de los “malos”, situada a la izquierda. ¡Objetividad cuantos desmanes se comenten en tu nombre! Fueron días de cierta dureza para los defensores de las tradiciones y buenos para los militantes del ateísmo de salón. En Barcelona quitaron en el Ayuntamiento el busto de Juan Carlos I y, parece ser, dejarán el hueco hasta que puedan poner el del Presidente de la III República. Mejor entretener al personal con las formas que con el fondo. A falta de pan bueno son bustos (retirados). El Betis, con una plantilla ligeramente mejorada (con el feliz retorno de Joaquín su hijo prodigo) a la que nos llevó a  Segunda División, alcanzó los ¡cuarenta mil socios!  ¿Dónde llegaría este Equipo de mis amores y desvelos si alguna vez fuera gestionado eficientemente? La noche ya era madrugada cerrada y en el ordenador seguía sonando la voz de Dolly Parton.  A la lejos se escucha el sonido de una sirena que posiblemente transporte a un enfermo al que le esperan horas de pasillo en un hospital.  Nos venden una ecuación que se nos presenta altamente contradictoria: baja el paro (cierto) y suben los pobres (más cierto aún). Lo dice don Mariano: “España va bien” pero… ¿y los españoles?  La noche avanza y con ella se abre la posibilidad de saludar a un nuevo día. Es verdad que al final, incluyendo a la noche, todo tiene un precio.  Valor y precio o, más bien, el precio del valor.


Juan Luis Franco – Lunes Día 7 de Septiembre del 2015

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