La muerte, a ciertas edades, se no representa como un lento tren sin
retorno que se para en cada estación para ir recogiendo pasajeros que nunca nos
serán devueltos. Cuando de nuevo se pone
en marcha toca el pito y nos nubla los ojos con su nube de carboncillo y sus olores a orfandad.
El mismo día que nos enteramos del fallecimiento del grandísimo actor Carlos
Álvarez (inmortal en su papel del “vecino” de la gran película “Solas” de
Benito Zambrano) nos llega igualmente la triste noticia de la muerte de Paco
Reyes “El Paquiro”. Francisco Liñán
Reyes, nacido en el Barrio sevillano de San Román, ya deslumbraba desde niño
con sus grandes dotes para el Arte Flamenco. En sus comienzos era conocido como
“El Bizco de San Román” y podemos afirmar que sus fandangos producían el mismo
escalofrío que los que cantaba por la Macarena Manolo
Vega “El Carbonerillo”. Paco Reyes,
primero con el trío “Los Paquiros” y después en su fructífera etapa en
solitario, siempre gozó de una gran fama en una Ciudad que como Sevilla siempre
sabe elegir a sus artistas más señeros.
Los años setenta lo elevaron a sus cotas de popularidad más alta. Los
discos grabados por “El Paquiro” superan la treintena y todos con una excelente
acogida. Nos deja temas inolvidables que siempre formarán parte de la memoria
sentimental de la gente. Tales como: “El preso número 9”; “Carmen”; “No te enamores”;
“Tu hora de amor” o “Volverás conmigo”. Unía a sus dotes artísticas una depurada y
exquisita sevillanía y una bonhomía verdaderamente admirable. Forma ya parte
irreductible de la memoria sentimental de una Ciudad que cada día se nos va
quedando más huérfana de referentes como Paco Reyes “El Paquiro”. Aquellos que
con su arte hicieron felices y soñadores a los pueblos siempre serán
eternos. “El Paquiro” fue uno de ellos.
Juan Luis Franco – Miércoles 23 de Septiembre del 2015
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