“Que bonita estará Sevilla el día
que
¡por fin! la terminen”
Parece ser que independiente de quien gobierne esta Ciudad todo se
mueve entre la vanagloria del pasado, el ninguneo del presente y los grandes proyectos
que se programan para el futuro. Lo bueno siempre es algo que está por llegar/nos.
El recién estrenado gobierno municipal de Juan
Espadas (diré de antemano y para no
pecar de ambiguo que, como pensaba de Zoido,
puede ser un buen alcalde para la
Ciudad ) vuelve a poner sobre la mesa los sempiternos
proyectos que más pronto que tarde nos sacarán de nuestro ancestral
subdesarrollo. La Ciudad de la Justicia , el uso de las Atarazanas, el dragado del río (problema sevillano que arranca
desde que un trianero dijo ¡Tierra! por
Soleá y desembarcaron en Sevilla barcos y galeones de todo tipo) la Fabrica de Artillería, Altadis, la ubicación de
la excelente colección de Bellver y,
¡como no!, las líneas dos, tres y cuatro del Metro. Mientras, que quieren que les diga, la Ciudad en la actualidad
deja bastante que desear y todo queda supeditado a ir tirando contra viento y
marea. Juan Ignacio Zoido hizo en su día una oposición modélica pisando
cada día una barriada de la Ciudad. Se
acercó a los problemas reales y cotidianos de la gente y esto posibilitó que
consiguiera una abrumadora mayoría. Lo que pasó después ya forma parte de lo
que pudo haber sido y no fue. Dilapidó su capital político dejándose querer por
“los cantos de sirena” de la dirección del PP
andaluz donde don Javier siempre
muestra el camino de las derrotas. Ahora, sin lugar a dudas, corren nuevos
tiempos para todo y la gente no está dispuesta a asomarse permanentemente a
ventanas y balcones para ver si divisan a lo lejos el porvenir. Mal le iría a Juan Espadas y sobre todo a la Ciudad si todo se reduce a proyectos, proyectos,
proyectos…. Creo que existen mimbres para confeccionar un buen cesto. El tiempo dirá y pondrá a cada uno en su
sitio. Mientras, una vez más, toca seguir esperando que lleguen tiempos de
bonanza. Proyectos, proyectos, proyectos…. Lo bueno, nos dicen, llegará pronto.
Pero, dado que esto ya se lo decían a nuestros abuelos, cabría preguntarse pero….
¿para cuando?
Juan luis Franco – Miércoles Día 9 de Septiembre del 2015
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