Se nos va, vaciando sus últimos granos de arena en el reloj del Tiempo, el 2009. No ha sido precisamente un año con muchos elementos positivos recordables, tanto en lo social como en lo económico. En lo personal cada uno/a tendrá su propia historia. La suya, que será única e intransferible. Unos/as, habrán estrenado su paternidad. Otros, han conocido el sabor amargo de las lágrimas de la orfandad. Nacer y morir estan atados de manera inseparables en el péndulo del reloj de la vida y la existencia. Habremos bebido en la fuente del amor y el desamor nos habrá rondado por las esquinas del desconsuelo. Empezamos el año con sanos y nobles proyectos para cambiar nuestra vida y la de los demás. ¿Cuántos se cumplieron y cuántos no?. No importa. Lo importante es caminar en la buena senda y siempre con la esperanza de llegar a mejores puertos.
Decía Antonio Machado:
Caminante son tus huellase
el camino nada más;
Caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas en la mar.
Año nuevo vida nueva es un tópico que necesitamos creer para intentar mejorarnos y por ende mejorar el entorno afectivo que nos rodea. Lo triste es que los cambios son en las formas y casi nunca en el fondo. Nos `prometeremos -una vez más- aprender inglés de una puñetera vez. Ir al gimnasio para paliar esa barriguita cervecera que tan lejos nos deja de George Clooney. Dejar de fumar para cortar esa pesada y persistente tos mañanera. Beber con moderación. Le plantaremos de una vez cara al estrés. Todo posiblemente quede, como siempre, en buenos y vanos propositos. Balas de fogueo que ni tan siquiera llegaron a reposar en la recámara. Es nuestra condición y sin estas falsas ilusiones no podríamos vivir. Pero, ¿porque no intentamos de verdad cambiar en el fondo y no sólo en las formas?. Por ejemplo bajar el listón de nuestra soberbia y vanidad y ser mejores personas. Más humanos en definitiva. Aprender que dialogar es antes que nada saber escuchar, que es como realmente se aprende. No tener de manera permanente el "yo" en los labios y cambiarlo por el "nosotros". No vivir en un continuo lamento por cosas que dejamos de hacer cuando aún estamos a tiempo de hacerlas. . Mejor tarde que nunca. Engancharnos a la bandera de la solidaridad, la decencia, el esfuerzo y la bondad para intentar mejorar la especie a la que pertenecemos. ¿Que hay mucha tarea por hacer?. Da igual. Tenemos mil formas de mejorar esta Sociedad que nos ha tocado vivir. Bien sea en el seno de la familia. En el trabajo. La vecindad. Los amigos. Y por supuesto con aquellos que nos son afines en sentires sociales, políticos o religiosos. ¿Pura utopía?. ¿Apología del "buen rollito"?. ¿Sermón navideño?. Posiblemente, pero no nos queda otra que intentarlo.
Quién pone su empeño en conseguir nobles ideales y no los consigue nunca fracasa. La victoria está en el camino recorrido y los/as que siembran con pasión y cariño, tarde o temprano, recogen el fruto deseado. No intentemos alcanzar la santidad ni ser mártires de ninguna causa. No es eso. Simplemente basta con no hacernos cómplices y participes de una Sociedad que todo lo basa en lo material y lo superficial. Somos humanos y afortunadamente imperfectos. Pero nunca debemos ser aves de rapiña al servicio de siniestros intereses, y que consiguen que vendamos por treinta monedas (o un chalet con piscina) nuestra alma al diablo.
Despidamos a este 2009, al que le quedan pocas horas de vida, sin resintimiento y con alegría. Estamos vivos y dipuestos a enfrentarnos al 2010 que nos llega lleno de negros nubarrones y malos presagios. No importa. Saldremos reforzado de esta batalla si sabemos afrontarla en corto y por derecho. Ahora más que nunca debemos ser solidarios. Puede que sea una de las últimas oportunidades para nuestro rearme social, cultural y espiritual. Siempre con la tolerancia por bandera. Hasta hace muy poco solo eramos un número de una cuenta corriente. Un sin fin de tarjetas de créditos. Un Rey Mago para nuestros hijos durante todo el año (aunque hablábamos muy poco con ellos, ¡estábamos tan atareados!). Nos creíamos el ombligo del mundo. Unos ojos llenos de números y cifras y ciegos de puestas de sol. Un alma perdida a la sensibilidad y la belleza, la misma que dejamos olvidada un día atada a la cuerda de un trompo de nuestra niñez. Un marido cansado. Un amigo siempre sin tiempo y con prisas. Un compañero o vecino ajeno a los problemas de los demás. Un hombre o una mujer en suma que no tenía tiempo para nada (excepto para sus ocupaciones laborales/profesionales). Lo importante era nuestra "realización personal". Pues ahora o nunca toca intentar recuperar al que un día fuímos -y por el que seremos recordado-. Aquel que necesitaba muy poco para ser feliz. Nos convencieron que quien más tiene más vale y ahora toca despertar de tan falso y vano sueño. Pintan bastos.
Sed felices y brindad por los buenos sentimientos. Este "Toma de Horas" se despide de vosotros hasta el año que viene. Espero que muy pronto vuelva a sonar en nuestros corazones ese tic-tac que ya anuncia ansioso …"otra llegada de la Primavera".
Un sentido abrazo.