jueves, 27 de marzo de 2025

La eterna Expiración


Navega entre la vida y la muerte. No termina de soltarse de la vida ni tampoco se agarra del todo a la muerte. A eso se le llama Expiración. Es una latente contradicción que se humaniza y diviniza a partes iguales. Mira al Cielo suplicando que termine su agonía pero sin querer dejar de pertenecer al arrabal donde sabe que tanto lo quieren y veneran. Elegir entre el Cielo y Triana nunca puede ser una fácil elección. Cuentan que un sevillano en su última agonía (mi padrino) le dijo a su compadre: “Compadre no se donde me mandarán cuando me muera pero seguro que no es mejor que Sevilla”. Es verdad, dejar para siempre Sevilla (no digamos Triana) nunca puede ser una buena opción. Cuando el sufrimiento a través de enfermedades graves convierten la existencia humana en un calvario es legitimo y humano que la muerte suponga una liberación. La Expiración definitiva libera el dolor y produce la paz de poder entregarse definitivamente en los brazos del sueño eterno. Este Crucificado que cruza cada año el Puente de todos los puentes camino de Sevilla rompe toda la filosofía redentora que tiene como meta a la Buena Muerte. Quiere dejar de sufrir pero, a su vez, no quiere morirse. Su muerte no se nos presenta plácida (quién se muere plácidamente clavado en una madero) y sus ojos se nublan con las tinieblas de la Muerte. La seguiriya de los Cagancho se hace verdad en su trágico y rotundo rostro. En sus manos clavadas por soles y lunas lleva estampada la bala sufriente que acabó con la vida del Pasmo de Triana. En la expresividad de su dramatismo estético se hace verdad la ética de la muerte por llegar. Ni Él termina de querer morirse ni Triana está dispuesta a dejarlo morir. Sacando fuerza de flaquezas dentro de un par de meses piensa darse una vuelta por Roma. Los trianeros lo pasarán mal con su ausencia pero comprenden que si “todos los caminos conducen a Roma” nadie mejor que Él para recorrerlo. En la oficialidad cofrade lo llaman Cristo de la Expiración pero aquí, en Triana, siempre lo han conocido por El Cachorro. Sabe, sabemos, que su Expiración es eterna.

lunes, 24 de marzo de 2025

El argentino que conquistó el mundo desde Roma



El pasado domingo le dieron el alta hospitalaria a un ciudadano argentino llamado Jorge Mario Bergoglio.  Ha dejado el Hospital donde ha estado ingresado durante algo más de un mes  el Papa Francisco.  Tiene 88 años de edad y nació en Buenos Aires un 17 de Diciembre de 1936.  Antes de entrar en el seminario estuvo trabajando como técnico químico cuidando de la correcta higiene de los alimentos.  Primero se cuidó de higienizar los alimentos del cuerpo para, posteriormente, preocuparse de cuidar los alimentos del alma.  De joven le extirparon un trozo de pulmón que no le imposibilitó el poder desarrollar su vida con toda normalidad.  Evidentemente esto siempre le iba a suponer un riesgo añadido ante cualquier  problema  de origen respiratorio.  Jesuita de formación y también de profundas convicciones  siempre fundamentó su apostolado en dos direcciones.  El posicionamiento nítido y rotundo a favor de los más desfavorecidos y abrir siempre vías de diálogo con otras tendencias religiosas, políticas y sociales.  Un hombre de su tiempo comprometido con los pendulares avatares de su tiempo.  Mucho se ha escrito (sobre todo especulado) sobre su papel sacerdotal durante la feroz dictadura argentina.  Se llegó a decir (sin pruebas) que había denunciado a dos sacerdotes jesuitas.  Lo que se ha demostrado de manera fidedigna es que se implicó sin fisuras en ayudar a escapar de las garras de la dictadura militar a muchas personas (algunas de ellas de tendencia comunista).  Fue elegido Sumo Pontífice de Roma y Jefe de la Cristiandad un 13 de Marzo de 2013.  Lo hizo tras la renuncia por los serios problemas de salud de Benedicto XVI.  Un pontificado de 12 años de duración en tiempos extremadamente convulsos.  El Papa de las primeras veces. La primera vez que un jesuita salía elegido Papa.  La primera vez que un Papa procedía del Hemisferio Sur y también la primera vez en tener un Papa procedente de América.  Su papado no pasará desapercibido dada sus continuas implicaciones en temas donde los seres humanos estaban siendo vilmente atropellados.  Está parte de su papado la izquierda de nuevo cuño lo valoraba en positivo o negativo en función de las valoraciones que hacia sobre determinados temas.   La Derecha política y económica nunca le tuvo ningún aprecio y siempre lo consideraron un papa “demasiado atrevido”.  El atrevimiento consistía en postularse claramente a favor de los pobres y en denunciar las tropelías que se cometían en el mundo. Muchas de estas valoraciones siempre son subjetivas pues las contextualizamos en función de nuestras distintas ideologías.  Este seguidor del San Lorenzo de Almagro ejerce su difícil tarea para que la senda de la Cristiandad no se pierda por los  turbios y falsos senderos de la mentira y los espurios comportamientos. Tiene una asignatura pendiente que ya se nos antoja algo complicada de realizarse: visitar Sevilla.  Siempre nos quedará en el baúl de las cosas imposibles una foto del papa argentino rezándole a La Macarena.  Parece ser que ahora le van a “programar” dos meses de convalecencia  para poder recuperarlo para la actividad papal (¿).  Estamos ante una persona mayor con graves problemas de salud  fundamentalmente respiratorias.  El audio que nos ofrecieron  y su salida al balcón no son más que intentos de la cúpula jerárquica para demostrarnos que  el Papa progresa adecuadamente.  ¿Misericordia?  ¿Humanidad¿  Parece ser que estos conceptos no son los adecuados para los tiempos que corren.  Creo que lo sensato es que pueda dimitir y lo dejen en paz en su ultimo tramo existencial.  Primero la persona y después el Papa.


martes, 18 de marzo de 2025

Ocurrió hace cinco años



El pasado viernes día 14 de marzo se cumplieron cinco años desde que empezó el confinamiento para prevenir males mayores e irreversibles por parte del COVID. Las secuelas en perdidas de vidas humanas provocadas por esta Pandemia fueron demoledoras. El personal sanitario en primera línea consiguieron salvar muchas vidas y muchos pagaron con las suyas la titánica lucha que mantuvieron contra el COVID. Lucharon sin los medios necesarios e ignorando los caminos que emprendería este mortífero virus. Las iniciales bolsas de basuras para protegerse eran un signo inequívoco de la desigual lucha que tuvieron que librar. Hoy, por la pésima gestión política de la Sanidad Pública, siguen sufriendo incluso con menosprecio y agresiones las difíciles condiciones en las que se ven obligados a desarrollar su trabajo. La Sanidad es un mastodonte que mueve cientos y cientos de millones y la posibilidad de privatizarla (introducirla de lleno en la Economía de Mercado) es algo a lo que no se resisten algunos políticos. Si como muestra vale un botón citemos dos botones fundamentales: la Comunidad de Madrid y la de Andalucía.
Fueron días, muchos días, de incertidumbre donde el horizonte se nos mostraba lleno de nubarrones y donde algunos en un ejercicio de supina avaricia se llenaron los bolsillos. El negocio que se creó con las compras de mascarillas y sus secuelas comisionistas hablan por si solo. Es verdad que en situaciones extremas es cuando sale a relucir lo mejor y lo peor de los seres humanos. Escoria dispuesta a hacer negocios con el dolor ajeno y personas bondadosas y solidarias que lucharon denodadamente por que tuviéramos un halo de Esperanza. Los especialistas del comportamiento humano (psiquiatras, psicólogos, sociólogos, filósofos, politólogos…..) mantenían un cierto margen de duda sobre el compartimiento, nuestro comportamiento, en la etapa posterior a la superación de la Pandemia. Que cada cuál saque sus propias conclusiones si en verdad hemos aprendido algo de aquella durísima experiencia. El compartimiento de la ciudadanía durante el confinamiento fue absolutamente ejemplar. Así lo reconocieron distintas organizaciones internacionales incluyendo a la OMS (Organización Mundial de la Salud). Situaron a España como ejemplo de solidaridad y disciplina durante el aislamiento contra el COVID. Otra cosa bien distinta fue el comportamiento de algunos políticos.
 El singular humor sevillano supo crear a través de los memes una especie de cortafuegos que funcionó perfectamente contra la pesadumbre reinante. En una época donde las series de televisión eran algo más que morbo, asesinatos, violaciones, policías y políticos corruptos, narcotraficantes, fenómenos paranormales y niñas asesinadas aparecidas en bosques cubiertos por la nieve existía una magnifica serie llamada “Hombre rico, hombre pobre”. Fue una miniserie de los años setenta que en su día se hizo muy popular y que narraba las peripecias de dos hermanos con trayectorias muy diferentes. El hombre rico (interpretado por Peter Strauss) era un triunfador nato tanto en el mundo empresarial como en el del laberíntico de la política. El hombre pobre (con el gran Nick Nolte) era un perdedor en todos los frentes en los que se implicaba. A pesar de las distancias sociales los hermanos nunca dejaron de quererse y a la postre fue el hermano rico quien más necesitaba la ayuda del hermano pobre.
 Salvando las distancias la Pandemia también determinó de manera rotunda las grandes diferencias entre viejos ricos y viejos pobres. Los primeros fueron derivados hacia los hospitales donde muchos consiguieron salvar sus vidas. Los segundos fallecieron de una manera miserable en la tremenda soledad de sus habitaciones en las Residencias de Mayores. La pobreza es un mal endémico y si encima le sumas las cotas añadidas de la ancianidad suele llover sobre mojado. ¿Para que necesita esta Sociedad a personas que ya no producen, apenas consumen y encima con el cobro de sus pensiones le suponen un alto coste al Estado? ¿Los Derechos Humanos? Preguntarle al del rotulador de la Sala Oval por los Derechos Humanos.
Ya sin ningún tipo de disimulo estamos inmersos en una Sociedad donde manda el dinero y, de manera fundamental, aquellos que lo poseen. La Pandemia, independiente de la edad que tuviera cada cual durante su desarrollo, ya ha quedado impregnada en nuestra memoria sentimental como una de las etapas más duras de nuestras vidas. Basta con abrir cualquier cajón y darnos de bruces con una mascarilla celeste para conseguir emocionarnos. Fueron días y meses de una dureza extrema. Han pasado cinco años y parece que fue ayer. ¿En verdad hemos aprendido algo de esta dura experiencia?