“Lo cierto es siempre lo
penúltimo
y lo último es siempre incierto”
- Pedro Laín Entralgo -
Como el que no quiere la cosa este complejo y políticamente casquivano
año 2016 está apurando sus últimos
días. Hacer balance a estas alturas es una tarea bastante compleja y siempre
estará sujeta a las circunstancias personales de cada uno. Solo, eso si, constatar que a ciertas edades
el paso del tiempo se produce a una velocidad de vértigo. Mis semanas que siempre empiezan con La Candelaria
y terminan con el Señor de Sevilla
más que correr vuelan y cualquier intento de ralentizar el paso de los días se
presenta como una tarea tan imposible como inútil. Mis nietos siguen creciendo más que adecuadamente
y, por fortuna, mi círculo afectivo más
íntimo aguanta impertérrito los vaivenes de la vida y sus circunstancias. Soy,
que no es poco, moderamente feliz dentro de lo que cabe. Seguimos disfrutando y
padeciendo una Ciudad que siempre
será el epicentro de nuestras emociones más nobles. Se va un año donde el Mundo del Flamenco ha experimentado
sensibles pérdidas. Gloria eterna a aquellos que con su Arte consiguieron que nuestras vidas fueran más placenteras y que supieron
arañarnos las paredes del alma. Estamos
dentro del Tiempo de Adviento y siempre será una ocasión
especial para sacar a pasear al niño que todos llevamos dentro. Ponerse sentimental una vez al año no hace
daño. Esta fecha es propicia para ello y nunca debemos reprimir los
sentimientos que nos atan eternamente a nuestros mayores. Dentro de pocos días
empezará en Sevilla un nuevo año y lo
hará como pasó siempre con el Quinario
del Señor de Sevilla. Luego vendrá la Novena del Señor de Pasión para anunciarnos,
una vez más, que de nuevo el círculo mágico de la Ciudad
se ha puesto en movimiento. La moviola de Sevilla
que recuperará a los queridos ausentes y nos hará tocar una vez más el cielo
con la palma de la mano. Felicidad y salud para todos/as y que el Niño-Dios reparta suerte. Decíamos ayer……
Juan Luis Franco – Viernes Día 23 de Diciembre del 2016