lunes, 30 de abril de 2012

Las tres P: Pep, Paro y Punto (Final)


Cuando escribo estas líneas estamos dentro de lo que se conoce por “Sábado de Feria”. Parece ser que este día “los feriantes” abandonan –ellos- trajes, corbatas rosas, catavinos y claveles para buscar el necesario descanso playero y, ellas, cuelgan sus trajes de faralaes y depositan complementos y abalorios en las cajas de los zapatos. Todo pasó como pasan las cosas en Sevilla: enmarcado en la fugacidad de la belleza efímera. Punto y final que en la Ciudad siempre significa punto y seguido. Ahora queda la invasión foránea que tomará pacíficamente el fin de semana la Feria como un Benidorm sin playa pero, eso si, con arena mojada. Llueve sobre los cristales de mi “guarida” y en el ordenador recién encendido suena la canción, “Tenderly”. Ella (Fizgerald) y Louis (Armstrong) como esplendorosos ejemplos del Jazz mejor elaborado. Música del alma para las almas sensibles a la belleza. Introduce Él un solo de trompeta verdaderamente sublime y lo continua Ella con su prodigiosa voz. Solo por esto ya merece la pena levantarse y continuar respirando. Ayer nos anunció Pep Guardiola que deja el Barça pues se encuentra literalmente agotado (razones no le faltan). Se va dejando repletas de “Copas” las vitrinas del Barça y nutriendo gozosamente nuestros corazones de buenos aficionados al Fútbol. Nunca en la Historia del Balompié nadie manejó un grupo de mayor calidad y nunca, el buen fútbol, alcanzó cotas más altas de belleza, eficacia y dignificación. Suerte, mucha suerte, en lo personal y profesional para este joven genio de los banquillo futboleros. Ayer, se hizo pública los últimos resultados de la EPA (Encuesta de Población Activa). Se confirmaron los peores pronósticos y el Paro camina imparable hacia los 6.000.000 de desempleados. Andalucía y Sevilla –para no perder la perversa costumbre- a la cabeza del desempleo nacional. Se nos ofrece una cifra aterradora: 1.700.000 de familias tienen a todos sus miembros parados. EL PP ha hecho lo que todos los Partidos: prometer en campaña todo lo contrario de lo que luego hacen cuando gobiernan (con nuestros serviles votos). Criticar o extrañarse de estas cosas no deja de ser un ejercicio de supremo infantilismo. Esto tiene muy mala pinta y perpetuar la miseria a través del conformismo nunca dio resultado. Los próximos meses van a ser vibrantes y, o se abre razonablemente el “cepo alemán”, o lo terminan abriendo la gente. La Segunda vuelta de las Elecciones francesas va a ser crucial para un cambio de rumbo. Tiempo al tiempo. Nos están literalmente machacando y auguramos tiempos tremendamente compulsivos. A las tres P que le dan título a este “Toma de Horas”, Pep, Paro y Punto (final), podemos añadirle otra: Puteados (pero nunca hundidos). Quieren que “el Personal” (otra P) pague el resultado del saqueo a que han sometido a las arcas públicas y, que encima lo hagan dando las gracias y con una sonrisa en los labios. Se desmontaron los circos y las casetas y ahora es cuando de verdad empieza el espectáculo.

domingo, 29 de abril de 2012

Toca Paco y Abril se resiste a marcharse


Toca Paco de Lucía la “Rondeña” de don Ramón Montoya y abril, aguas mil, se nos marcha a su pesar. Se lleva con él nuestras Fiestas Mayores y también nuestros gozos más esperados y soñados. Todo ha transcurrido –como los amores presentidos- envuelto en una conjunción (solamente posible por estos lares) de temple, vértigo y fugacidad. Mañana será otro día y nuestro contador sentimental ya habrá sumado una nueva primavera. Siempre contada –y cantada- en abriles floridos y luminosos. Los gorriones sueñan con una Ciudad con menos palomas y las palomas, embuchadas y sucias, ya no pueden soñar ni tampoco volar (son tiempos, malos tiempos, proclives para buitres y cuervos). Pronto las sandias en el Palenque de Los Palacios nos mostrarán sus corazones rojos en los labios carmín de las muchachas enamoradas. Caen en la campiña palaciega las lágrimas vertidas por las dolorosas sevillanas reverdecidas en uvas de moscatel. Desde los cielos que perdimos, Isabelita Galán cose amorosamente sus albardones para que las bestias (de cuatro patas) lleven su carga sin dolor. Nos devuelve a Sevilla un tramo de carretera de trazado rectilíneo, donde la gente –en no pocas ocasiones- muere victimas de las prisas que nos llevan a ninguna parte. Atrás quedaron tertulias, pregones, nervioseras, pavías de bacalaos, torrijas, “coroneles de mollatosos”, saetas caracoleras y, Ellos y Ellas, como máximos exponentes de nuestro caudal de emociones. Manolo Henares cubre su honda y sevillana melancolía “enjaretando” declaraciones del IRPF. José Luis Tirado se acuerda de Manolo Caracol cantando “Carcelero” por lo bajini entre aromas de café mañanero. Fali Fernández compra 3 en 1 en la Ferretería de la Plaza del Pan para ir engrasando su carriola rociera. Emilio Romero afila cuchillos y tijeras para saciar nuestro apetito y poder adecentar –exteriormente- nuestras atribuladas cabezas. Abril se pierde –y nos pierde a nosotros- entre largos atardeceres a los sones de la sonanta del “Maestro de Algeciras”. Todavía retumban por las calles y plazuelas de la Ciudad los ecos de cornetas y tambores. Se sigue escuchando como un rumor lejano el rachear de alpargatas costaleras. El “Fantasma que recorría Europa” terminó sus días llorando en el Archipiélago Gulag. El que recorre Sevilla permanece siempre soñando nuevas primaveras por los jardines del Alcázar. Los cuerpos, definitivamente, se despojaron de ropas exquisitas, túnicas, trajes de faralaes y abalorios. “Oh, la saeta el cantar, al Cristo de los Gitanos…” se entrelazó, sin solución de continuidad, con “Mírala cara a cara que es la primera”. Así se escribe Sevilla: con S de Saeta pero también con S de Sevillanas. Marzo nos entra siempre por la cornisa del Aljarafe. Abril lo hace por los laberintos urbanos y sentimentales de la Ciudad. Siempre floreciendo entre las enredaderas de nuestras emociones más nobles. El invierno nos secuestra para dejar que la primavera tenga la oportunidad de liberarnos. Cada Ciudad es como es y la nuestra es abrileña por los cuatro costados. Uno, enmarañada en los pregoreniles “Preámbulos del gozo”. Dos, con la culminación del gozo en toda su plenitud uniendo tradición, pasión, arte y fe. Tres, con gotas de sangre brava derramada en el albero maestrante, siempre al compás de palmas y olés, embriagados con el aroma de los puros de don Fidel. Cuatro, con la belleza efímera majestuosamente dispuesta en una Ciudad no menos efímera (pero nunca artificial). Hoy convertida en reducto de pijos caducos, politiquillos de tres al cuarto y puretas con sofocones menopausicos. 
Los sentidos y los sentires prestos a ser secuestrados por la magia del momento. Toca Paco de Lucía y Abril le abre las puertas, de par en par, a los preámbulos cegadores de la luz. Viene Mayo y esto, por estos lares, siempre fueron palabras mayores. 

Tiempo de leer a los Machados, Cernuda, Chaves Nogales, Montesinos, Laffón, Izquierdo, Romero Murube, Núñez de Herrera, Sierra, Caro Romero….Tiempo, en definitiva, de una Ciudad sin tiempo.

Los Otros


 Me honro de pertenecer a un tipo de sevillano encuadrado en el “selecto” grupo de los “raros”. Los Otros en definitiva. Conozco a unos cuantos de mi misma “cuerda” y a todos nos mueve un denominador común: el anonimato y el disfrute-padecimiento de la Ciudad. No es de extrañar que tengamos a Machado, don Antonio, y a Cernuda, don Luis, como santo y seña de nuestras devociones literarias. Tenemos un espacio urbano sentimental para el trasiego de cuerpo y espíritu: el Centro de la Ciudad. Son ya muchos años de coincidencia urbana como para no conocernos al menos superficialmente. Paseantes solitarios en busca de la musa perdida en los años de adolescencia. Los hay ateos, agnósticos y creyentes. Votantes “peperos”; socialistas o activos abstencionistas. Muchos vivimos desterrados en la periferia de la Ciudad, y acudimos cada día –la mayoría ya no estamos laboralmente en activo- a cortejar en nuestros paseos mañaneros a la Vieja y Hermosa Dama. Si acaso, al cruzarnos en nuestro deambular callejero, intercambiamos un afectuoso saludo. Un “Me alegro de verte…” como contraseña de complicidades compartidas (“de verte” y sobre todo de verme reflejado en los cristales de los escaparates). Se que a todos nos aburre esta cansina legión de “Depositarios de las Esencias” que consideran a la Ciudad como su patrimonio personal. Inquisidores al dictado de la “Voz de su Amo”, disfrazados con el manido ropaje del falso costumbrismo. Se empecinan en repartir carnés de buenos o malos sevillanos acorde con sus espurios intereses personales. Viven instalados en un continuo prologo del “hoy por ti y mañana por mí” en una Tierra donde siempre terminan triunfando los epílogos. Encantados de haberse conocidos y siempre proclives a “arrimarse al sol” que más caliente. No dejan títere con cabeza, sobre todo si el títere no está encuadrado dentro de sus postulados ideológicos. La decadencia del hombre se inicia cuando en su interior empieza a considerarse importante e imprescindible. Han cambiado el sensato “Solo se que no se nada” por el pomposo, “En verdad yo lo se todo. ¡Lo que a mí se me escape!”. Mientras, los “Otros” seguimos a lo nuestro: amar a la Ciudad aunque vivamos en tiempos revueltos. Ellos, se mueven agrupados y bajo la cómoda y placentera bandera del corporativismo. Nosotros en solitario y, sintiéndonos huérfanos amparados tan solo por el halo misterioso de la Vieja Híspalis. Entramos en las arterias de la Ciudad para preservarla de los trombos mediáticos que tanto dañan su salud. Asumimos, sin complejos, que se nos denomine “raro” como animal de compañía. Si al final todo está determinado por diferenciarnos de ellos: los “Ilustres sevillanos”. Pues bien está que así sea. Al final solo pretendemos que la ilustre sea Sevilla y no nosotros. En la “Fundación Cruz Campo” nacen y mueren sus veleidades de grandeza, las nuestras se nutren respirando los aires de la verdadera Libertad. Como siempre, en el poemario flamenco está dicho todo: Me tienen señalaito Que soy pieza de mal paño A los hombres no se marcan Como ovejas de rebaño

viernes, 27 de abril de 2012

No la llames Dolores, llámala Lola


El próximo –y cada vez más cercano- mes de junio con permiso de la autoridad celestial y si el tiempo –de embarazo- lo permite, seré abuelo por segunda vez. Por una feliz iniciativa de mi yerno se llamará Lola. Será inscrita en el Registro Civil de la Ciudad de Sevilla como Dolores Muñoz Franco, pero a nosotros –la gente que vamos a quererla y cuidarla con esmero- nos bastará decir Lola para que su nombre nos devuelva el eco del cariño verdadero. No Loly que tiene nombre de barquito. Ni tampoco Lolichi que tiene resonancias pijas de chiguagua. Tampoco Lolita con claras connotaciones literarias rusas en clave de Vladimir Nabokov. Simple y llanamente Lola. Por razones obvias dejemos solamente para los documentos oficiales lo de Dolores (Caracol canta por Siguiriyas aquello de: “Por los siete dolores que pasó mi Dios”). Las Sagradas Escrituras le marcaron la ruta a todas las Lolas a través de Eva: “Polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3:19), y pasó lo inevitable: “Parirás a tus hijos con dolor” (Génesis 3:16). Todo incardinado por la sabiduría divina: Polvo (en fin…); Dolor (parto) y Dolores (resultado y consecuencia). Lola, espejo diáfano, claro y reluciente. Como la Lola de los Hermanos Machado que se va a los Puertos dejando a la Isla sola. Tan artista y andaluza como aquella que formó una inmortal pareja con Manolo Caracol. No como la Carmen de Prosper Mérimée, cigarrera de armas tomar y con faca reluciente en el liguero. Dejar a los “franchutes” que nos reinventen y nos busquen por los senderos del costumbrismo (cuando nos visitaron fue para reinventarnos o expoliar nuestro Patrimonio). Mi niña se llamará Lola con ecos de antigua judería envuelta en los flecos del mantón de Manila de Lola Montes. Alejada de la pena flamenca que dice: ¡Por Dios no le llames Lola / llámala mejor Dolores / que se ha quedao pa ella sola / la pena del mal de amores! Esto de ser abuelo y por partida doble resulta algo inenarrable. Son sensaciones difícilmente extrapolables. La vida –o mejor el ejercicio de vivir- consiste, simple y llanamente, en ir creando y rellenando nuevos espacios sentimentales. Pasamos por las distintas etapas existenciales siempre programando la siguiente, obviando lo único que de verdad poseemos: el momento presente. Vamos como decía Miguel Hernández…”de mi corazón a mis asuntos”. Besar la cabecita de tu nieto con aromas infantiles a Nenuco, o que te deslumbre con la inocencia de su sonrisa, es fundamental para entender el sentido de la vida. Pronto, Dios así lo quiera, Lola, mi Lola, será una nueva inquilina nacida y residente en la Ciudad del Paro. Un día se despertará siendo ya una mujer y a mí me despertarán, y me ayudarán a levantarme, para recordarme que ya soy un viejo. La vida no tiene misterios: tiene momentos envueltos en gozos y penas. Lo misterioso es lo que nos aguarde cuando alguien en un tanatorio encienda, con nuestro nombre, el ordenador de “El Ocaso”. La fe, siempre la fe, como el último asidero para que todo esto -la vida- tenga un cierto sentido postrero. Mientras, démosle su sitio a la Soleá: “Al que está en San Nicolás / se lo pedí esta mañana / que cuando nazca mi Lola / toque a Gloria sus campanas”.

miércoles, 25 de abril de 2012

Barras y Estrellas (y III)


Si tienes la mala suerte de caerte a la calle desde una habitación de la planta 42 del “Hotel Hilton” de Nueva York, te ocurrirán dos cosas: un norteamericano –buen samaritano- te preguntará si te encuentras bien y una norteamericana te ofrecerá –para aliviarte el “porrazo”- una taza de café y un trozo de tarta de manzana casera. Evidentemente, si no te has caído bajo los efectos del “Four Roses Bourbon”, y has sido empujado por algún miembro de la Mafia, te dejarán morirte tranquilamente en el suelo. Complicaciones con la “Cosa Nostra” las justas, se dirán. Posiblemente, para los “viajeros” de sofá, cine y lectura (como quien esto escribe), todo quede influenciado por la magia de películas y novelas. Todos los países -y las ciudades no digamos- se mueven entre la magia y la realidad. Ninguno –ninguna- escapa al mágico universo de los Ritos y las Leyendas. Tengo un amigo que ha visitado Nueva York en no menos de veinte ocasiones y me cuenta que en cada viaje le descubre nuevas peculiaridades. Inclusive visitando los mismos lugares de la Gran Manzana encuentra sustanciales diferencias. Emplea una parte sustancial de su tiempo y dinero en visitar periódicamente NY admitiendo, eso si, que allí no viviría bajo ningún concepto. Siempre turista pero nunca habitante. Norteamérica se nos presenta como un país singular, variopinto y complejo como pocos sitios de la Tierra. Su funcionamiento político es modélico por darles a los ciudadanos la oportunidad de serlos (aparte de votantes). Spiderman, ingresado con Alzheimer en una Residencia de Boston, no pudo impedir el atentado terrorista a las Torres Gemelas. El doctor House ha terminado pasando consulta en el Centro de Salud de las Candelarias. El Despacho Oval, donde se toman las decisiones que nos afectan a todos, fue el escenario de una felación de una becaria a un presidente. Otis Redding canta “Sentado en el muelle de la bahía”. Nancy Reagan alcanzó la cima de su felicidad viendo bailar en una recepción de la Casa Blanca a John Travolta con Diana de Gales. Hechos cotidianos que ocurren en EEUU pueden dejar de serlos –y convertirse en singulares- para el resto de los mortales. En pocos lugares de la Tierra puede nacer un movimiento ultra-conservador como el Tea Party, y tener una influencia decisiva en el devenir político y/o social como el que tiene en Norteamérica. Si a un condenado a muerte, con aplicación de sentencia inmediata, le detectan unas décimas de fiebre, no será ajusticiado hasta que le desaparezcan las mismas. Temen siempre la furia de Dios si su comportamiento no fuera el “políticamente correcto” (esa es la gran diferencia: allí temen a Dios y por estos lares es Dios quien nos teme a nosotros). A mí, que queréis que os diga, siempre me ha parecido –y me parece- un país fascinante y lleno de posibilidades para la gente con talento y perseverancia. A diferencia de la Vieja Europa que, después de convertirse en un “Mercado Persa”, ya nadie sabe a cuantas velocidades funciona. País de Barras y Estrellas. País de nuevas oportunidades. País tan ensalzado como vilipendiado. País imprescindible para nutrir nuestro acervo cultural y sentimental. País de países en definitiva que nos enseña, en el día a día, como se puede racionalizar la barbarie y reciclar en positivo la sinrazón. España es ya también un país de Barras (de pan) y de Estrellas (errantes).

lunes, 23 de abril de 2012

Soledad de soledades


¡Que triste vas Soledad
 sin que nadie te consuele 
 aunque sea por caridad ¡ 



 La Semana Santa sevillana –ya en el tiempo tan cercana y tan distante a la vez- se nos representa como una magna escenificación urbana. Quedan entrelazados de manera sugerente una serie de conceptos fundamentales para comprender, si ello fuera posible, el alma tradicional y sentimental de esta Ciudad. Es una inmortal Obra de Teatro representada al sevillano modo. Esta tragedia con final feliz (Pasión, Muerte y Resurrección) tiene –como no podía ser menos- prologo, desarrollo, desenlace y epílogo. Nace un radiante Domingo en la rampa de la Colegial del Salvador y muere, un triste Sábado, cuando la puerta de San Lorenzo se cierra tras recogerse Ella. Se aleja, adentrándose en su Templo, mostrando al fondo su ascua de luz de candelería y dejándonos las almas en duermevela. Posiblemente pocas vírgenes sean más profundamente sevillanas que la Soledad de San Lorenzo. Esta sola, terriblemente sola, sin poder caminar por las calles de la Ciudad tras las huellas redentoras de su Hijo y, sin ni siquiera un San Juan que llevarse a…los ojos. La única música que suena para Ella nace del corazón de los sevillanos, palpitando de nostalgia por los días soñados y perdidos. Entre la Soledad y el Cielo no existe ni siquiera la hermosa techumbre de un palio que la libere del fulgor lastimero de los astros. Está, como la Ciudad, despojada de falsos abalorios y viendo cada día como los huérfanos depositan sus coronas al pie de su azulejo en el Cementerio del Rey Santo. Alguien enmarcó en su reja, orillada en un hermoso rincón de la Iglesia de San Lorenzo, un texto de como quiere Ella que se hagan las cosas: “Si puedes Mucho, Mucho. Si puedes Poco, Poco. Si no puedes Nada, Nada”. No hay más, pero tampoco menos. Es como si te dijera: “Date a los demás de corazón y así podré decir que mi pena es aliviada”. Nada simboliza mejor el dolor de una madre que esta Soledad de soledades. Pasea su desconsuelo sin estridencia y se retira lenta, pero inexorablemente, a su camarín de pena amarga. Siempre he pensado que las vírgenes sevillanas tienen un “palo” del Flamenco para definirlas en toda su grandeza. Macarena por Tangos; Esperanza por Solea Alfarera; Angustias por Bulerías; Dolores por Fandangos (del Bizco Amate); Trinidad por Alboreá; Amargura por Siguiriyas; Estrella por Tientos; Refugio por Mirabrás; Candelaria por Romera y, Ella, la Soledad de San Lorenzo, por Peteneras. Cante de profunda melancolía existencial y que “Naranjito de Triana” bordaba cantando aquello de: “¿Dónde vas bella judía tan triste y tan a deshora? –Voy en busca de Rebeco que estará en la Sinagoga”. Ella es tan profundamente sevillana que, como ocurre con los mejores hijos de la Ciudad, también muchas veces es ignorada. Está, como nadie, muy cerca de Él, pero padeciendo siempre su muerte sin que nadie le anuncie la buena nueva. No le han dicho siquiera el desenlace final de la Historia más grande jamás contada: la Resurrección. Por eso un azulejo con su imagen preside la entrada del Cementerio y así puede paliar, con su pena eterna y solitaria, la orfandad más inmisericorde: la que produce la pérdida de los seres queridos. Está sola, tremendamente sola, en una Ciudad que también lo está más cada día. Soledad de soledades.

domingo, 22 de abril de 2012

Juventud en pausa

Hace algunos domingos se publicaba una “Carta al Director” en el Diario “El País” firmada por Alejandro Muñoz Sánchez. De su titulo he copiado el del Toma de Horas que aquí suscribo. Sinceramente, cuando los problemas que están padeciendo un sector de la juventud (los que quieren, pueden y saben, pero no les dan oportunidad de demostrarlo) se plantean de manera tan rotunda y certera, poco más podemos añadir. Los saqueadores de lo ajeno, sentados en sus despachos financieros y/o dormitando placidamente en sus escaños parlamentarios, se han cargado literalmente los justos anhelos de este segmento de nuestra juventud actual (la más preparada, sin duda, de toda nuestra Historia). Paso a transcribiros literalmente lo que de manera tan atinada escribía este frustrado joven español. Decía lo siguiente: (El 46,4 % de paro juvenil en España no me preocupa, me aterra. Con licenciatura y máster dilapidado mis horas buscando trabajo, no lo hay: bueno si que lo hay estando dispuesto a gastar 10 horas diarias de becario por 500 euros (o gratis) en trabajos que no se renuevan. Y vuelta a empezar. Nos hacemos viejos, señor director, los años pasan y esto no avanza. Echo la vista atrás y añoro ese día de hace siete años cuando con mi aprobado de selectividad en mano digo: “no” a todas mis otras alternativas y elijo la de ser universitario. Tras dos años infructuosos estoy cansado. No he podido trabajar –no hay trabajo-, no he podido emprender –no hay crédito-, no he podido opositar –no hay plazas- . El panorama es desolador. ¿Y ahora qué? Ahora toca anhelar tiempos mejores y “volar”, abandonar mi querida España violada por el ladrillo y el despilfarro. Marcharse allende los mares, donde esta incertidumbre sea tan solo un peaje momentáneo para poder empezar a vivir nuestra vida de una vez. – Alejandro Muñoz Alonso –) Poco o nada que añadir. Sentir vergüenza ajena ante el expolio social y generacional al que han sometido a tantos jóvenes estos “ladrones de guante blanco” (y sobre todo azul y rojo). Suerte, mucha suerte Alejandro, y perdón en la parte que pueda corresponderme como miembro y componente pasivo de esta “manada”. Un solidario y fraternal abrazo.

viernes, 20 de abril de 2012

El canto de la cigarra


Sigo con bastante interés la “Carrera artística” (ya un autentico “carrerón”) de Miguel Poveda. A pesar de su juventud, y de todo el camino que le queda aún por recorrer, nadie pone ya en duda que pasará con letras de oro a la Historia del mejor Flamenco. Es un grandísimo cantaor; un excelente artista (no siempre ambos conceptos caminan cogidos de la mano) y un hombre de su tiempo en el mejor sentido del término: culto, coherente y solidario. En algunas entrevistas se ha quejado con razón, y con un dejillo de amargura, del infamante trato recibido por algunos “compañeros” de profesión. Después de “arrasar” en el Festival de las Minas de la Unión en 1993 (“Lámpara Minera” y primeros premios por Cartagenera, Malagueña y Soleá) los promotores de los Festivales de Verano empezaron a interesarse por él y lo fueron, poco a poco, contratando. El “recibimiento” dispensado por algunos de los “pesos pesados” (sobre todo pesados y reiterativos en fondo y forma) del Flamenco fue ciertamente injusto e indignante. ¿Un Cantaor payo y de Badalona? ¡Hasta ahí podíamos llegar! Lo ningunearon de todas las formas posibles y pretendieron –sin conseguirlo- que se fuera por donde había venido. Pero al final solo puede cambiar el duro quien lo posee y él, Miguel Poveda, lleva en sus alforjas la Fábrica de Moneda y Timbre. Es, al día de hoy, el único Cantaor capaz de llenar el Maestranza tres días consecutivos, y encima dejar todavía a muchos aficionados sin posibilidad de ir a verlo y escucharlo. ¿Qué es el mejor en la actualidad¿ Esto ya forma parte del intimo, personal e intransferible universo estético de cada uno. Pero, lo mismo que en sus tiempos mandaba en el Flamenco, don José Tejada Martín “Niño de Marchena”, hoy lo hace don Miguel Ángel Poveda León “Niño de Badalona” (repasar los premios que ha cosechado en sus pocos años de profesional producen una cierta sensación de vértigo). El “Talón de Aquiles” del Flamenco siempre ha sido –y lo sigue siendo- un falso mundillo de inquisidores rencorosos que quieren, por interesarles, tenerlo encerrado dentro de las cuatro paredes de la “Aldea Local”. Un “Catetismo ilustrado” siempre predispuesto a ir derramando inquina por las esquinas de los pueblos andaluces. En su día no pudieron con Antonio Ruiz Soler; Antonio Gades; “La Argentinita”; Pilar López; Paco de Lucía; Vicente Escudero o el Maestro Sabicas. Aquellos que en definitiva situaron al Flamenco, en su contexto internacional, como una de las expresiones musicales más importantes de la Tierra (mucho antes de que administrativa y políticamente fuera declarado “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”). Quede tranquilo Miguel Poveda que si arrecian los “ataques” será un síntoma inequívoco del aumento de su fama cantaora. Nada nuevo bajo el sol y nada que consiga alterar a la luna en sus noches de plenilunio. Viven enmarañados en sus batallitas personales, y se consideran imprescindibles porque no les dejan pagar en algunas Peñas Flamencas. Si a estas alturas todavía no conocen el verdadero significado de la palabra Cultura, pocas esperanzas abrigamos de que algún día lo consigan.

miércoles, 18 de abril de 2012

El despertar de Pastori


Queda sobradamente demostrado que “los Caminos del Señor son inescrutables”. Lo que nos iba a deparar el destino en cualquiera de sus variantes era algo difícilmente predecible. Cuando aún contábamos los días por momentos juveniles, ninguno de nosotros podía imaginar siquiera que nos reservaba el porvenir escondido tras las esquinas de los años. Todo quedaba enmarcado, eso si, en el hermoso campo de las ilusiones juveniles. Vivíamos soñando con un futuro que colmara, al menos en una buena parte, nuestras legítimas aspiraciones. Que, en no pocas ocasiones, los sueños se convirtieran en pesadillas era algo que no entraba en nuestros planes. En definitiva, todas las batallas se libran para ganarlas y, las derrotas cuando has peleado sin denuedo, muchas veces tienen un cierto regusto victorioso. Perder o ganar no es lo verdaderamente importante en la vida (al final, al perderla a ella, perdemos siempre nosotros), lo que importa es tener la sensación de haber vivido con plenitud tu cuota de existencia terrenal. Al día de hoy comparto mi ámbito domestico con mi tortuga Pastori (de mis tres últimas “mascotas”, pájaro, perra y tortuga, ella es la única que todavía “aguanta el tirón”) Ya ha sobrepasado con creces los veinte años de edad. Parece que fue ayer cuando se la compré un domingo en la Alfalfa a una de mis hijas (no recuerdo a cual). Era un galapaguillo verde esmeralda que movía las patitas de una manera frenética. En la actualidad es una señora tortuga que escucha impasible mis monólogos de majareta sentimental sevillano. Formamos una pareja de hecho ideal: una tortuga y un bético. El pasado 16 de noviembre comprobó que los fríos se acercaban y decidió comenzar anárquicamente su periodo de hibernación. Se escoró en su rincón preferido del salón y escondió cabeza y patas hasta la llegada de tiempos más calidos. La cubrí con una recia alfombrilla y solo la saco al sol de la terraza en días puntuales. Pasaba de todo incluyendo a su compañero de morada. Fue el pasado 12 de marzo cuando decidió interrumpir su largo letargo. Apareció de improviso arrastrando sobre su caparazón la alfombra que la cubría, y empezó a deambular por el piso con su arrastre cansino y monocorde. Preparado le tengo ya su barreño con agua y le dispuse algunos camarones secos salteados. Todavía no se los come. Los huele y picotea, pero necesita algo más de calor para mostrar su primitivo instinto devorador. Han sido muchos los acontecimientos acaecidos durante su ausencia como para intentar contárselos de un tirón. Se los iré desgranando poco a poco. Más que nada por evitar que asustada vuelva a esconderse en su refugio invernal. La verdad es que no se por donde empezar. Esperaré que se vaya aclimatando a su nuevo resurgimiento, y posiblemente sean los informativos quienes terminen por situarla en la cruda realidad. Pastori, mi tortuga Pastori con su presencia, fue la que me anunció, de manera irrevocable, otra llegada de la Primavera.

martes, 17 de abril de 2012

Safari real


Dice una conocidísima letra por Alegrías: “Yo pegué un tiro al aire / cayó en la arena / confianza en el hombre no hay quien la tenga”. Pues de eso se trata en definitiva: de tiros y de confianza (real). La Monarquía española (tan necesaria como, hasta ahora, positivamente valorada) está pasando últimamente por una serie de acontecimientos concatenados que la están poniendo, literalmente, a los “pies de los caballos” (republicanos). Primero fue “lo de Urdangarin” y su conducta poco acorde con su condición de “yernísimo”. Se aprovechó de su cercanía con los Reyes para mandar su “Carta” sin que interviniera el Cartero Real. Luego fue Felipe Luis Froilán de Todos los Santos quien accidentalmente se pegó un tiro en el pie mientras manipulaba, a sus trece años de edad, una escopeta de caza. Su Alteza Real, la Reina Doña Sofía, ejerciendo de complaciente abuela manifestó a su salida del Hospital que, en definitiva, “Eran cosas de niños” (rezo para que mi yerno no ponga un arma en manos de mi “Chico”). Quedaba la mayor y llegó en forma de safari en Botswana. El Rey Juan Carlos se fracturó una cadera cuando se había desplazado (parece ser que de absoluto incógnito) a cazar elefantes a esta localidad africana. Leo en Internet que por cada elefante abatido hay que pagar la friolera cantidad de 30.000 euros. Esto lo entiendo menos: con el volumen de estos animales y su lentitud de desplazamiento, ¿Qué mérito tiene el abatirlos? ¿Cómo se puede fallar un tiro a un elefante? Cuando el Príncipe Felipe salía, en compañía de su estilizada esposa, de visitar a su augusto Padre comentó que lo había encontrado, como siempre, “Imparable” (no estaría de más por el bien del país que se pare un poco más). Esto es serio y preocupante pero, evidentemente, no irreversible. La Monarquía “juancarlista” ha resultado providencial en todo el proceso de la complicada Transición Española hacia la Democracia. Sin ella –la Monarquía- muchos españoles estamos convencidos que las cosas hubieran naufragado una vez más en nuestra Piel de Toro. Dada mi condición de socialista democrático pocas dudas tengo de cual sería mi elección entre Monarquía y República. Pero, no nos engañemos, aquí la III (como las Sevillanas) nos llevaría inevitablemente hasta la IV. No podemos, a través de estos serios deslices, cuestionar a la Monarquía Española como Institución al servicio de todos los españoles. Un servidor al menos no lo hará. Me precio de conocer la Historia de este país como para “jugar con fuego”. Pero bien hará nuestra Monarquía en cubrirse las espaldas con una buena manta de sensatez y cordura. Corren malos, malísimos tiempos, para muchas familias españolas. Para un padre de familia que no puede alimentar a su “prole”, o un joven que no encuentra la salida a su insostenible situación socio-económica, la “Cacería” le termina “pegando un tiro” en el epicentro de sus sentimientos. Columnistas de prestigio argumentan que depende de la Monarquía española –solo de ella- reconducir por vía de urgencia esta situación. A lo largo de mi vida –dada mi poca inclinación al fetichismo- solo me he preocupado de coleccionar dos cosas: amigos y elefantes en miniatura. En fin, para que seguir. Vuelvo al principio de este Toma de Horas “real”: “Yo pegué un tiro / cayó en la arena / confianza en el hombre / no hay quien la tenga”. ¡Que difícil es imaginar este país sin que siempre salgan a relucir las escopetas!

lunes, 16 de abril de 2012

Rebelión en la granja


La luna se negaba a tener que morirse cada mañana para darle al sol su radiante vida de esplendorosa luz. Los pájaros enmudecieron camuflados entre los olivos del Aljarafe. “Que canten otros”, dice que dijeron. Las torrenteras se secaron negándose a transportar el agua de la lluvia. Las guitarras se durmieron en sus confortables fundas dejando al Cante huérfano de acompañamiento. Barcos, trenes y aviones tomaron parada y fonda en puertos, estaciones y hangares. Las mocitas casaderas guardaron con llave su ajuar en las cómodas de sus abuelas. Los recién nacidos se quedaron dormidos enganchados a los pechos de sus madres. Los catorce o quince caños de Carmona se quedaron sin agua y sin letrero que diga...”Viva el Polo de Tobalo”. Las barcas del Puente se fueron a Sanlúcar por Manzanilla dejando a sevillanos y a trianeros pegándose voces desde las dos orillas del Río Grande. Las mujeres del “Servicio Domestico” se sentaron a tomar el té de las cinco servido por nobles y augustas damas. Los toros en los encierros de Pamplona se negaron a salir de los corrales a golpe de cohetazo. “Que corran ellos solos”, dice que comentaron entre campestres mugidos de dehesas. Los corderos se quitaron definitivamente las pieles y se enfrentaron a los lobos. Dios puso el dedo índice de su mano derecha sobre la Tierra para que esta dejase de girar. Las vírgenes sevillanas se secaron las lágrimas y se fueron con los Sanjuanes a los juzgados a denunciar el asesinato de Jesús. San Joaquín cogió su báculo y se fue con el abuelo de Marta del Castillo a buscar su cuerpo. Un Cirineo en paro ayuda a bajar a los crucificados sevillanos del Monte Calvario. Los hombres dejan de darle brillo a sus cadenas y se niegan a remar en las galeras de los poderosos. San Lorenzo apaga a soplidos la parrilla que eternamente lo quemaba. Las tortugas corren detrás de las liebres y las liebres detrás de los galgos. El Betis gana la Liga y el Sevilla juega la Final de la “Champions League” (¿la ganará?). La pobreza y la riqueza se encuentran, frente a frente, por los senderos de la rebeldía. La RAE quita del Diccionario de la Lengua Española (Vigésima segunda edición) la palabra “Resignación”. Dios levanta su dedo para que la Tierra siga girando, y nos da a los “Indios” una nueva oportunidad para que ganemos la Batalla. La tarde barrunta agua y los equinos se muestran inquietos en las cuadras. Las campanas tocan a rebato y los poderosos se tapan temerosos los oídos. Bertolucci filma “Novecento” y, en los salones burgueses, las copas de cristal de bohemia se empañan con el aliento de los campesinos. Jesús anda sobre las aguas y los dueños de las embarcaciones en Puerto Vaticano dejan de “hacer caja”. Pancho Villa, armado hasta los dientes, espera el autobús en una parada de Guanajuato. Rebelión en la granja.

domingo, 15 de abril de 2012

Conjura de los Listos


Intelectuales europeos de incuestionable prestigio, y que todavía respiran los aires de la libertad y la decencia, coinciden en que la Crisis (y su posterior “solución”) es el resultado de una programada “Operación de Acoso y Derribo”. Con la clara tendencia de liquidar la pomposamente llamada Sociedad del Bienestar y, de paso, llevarse por delante las conquistas sociales tan duramente conseguidas en los últimos años. Cuando se padece –o te hacen padecer- frío, nadie cuestiona ni el color ni el grosor de la manta que te ofrecen. Por ahí andamos en los duros tiempos que nos han tocado vivir y padecer. El saqueo a que los políticos (de todo signo y condición) y/o financieros (con el beneplácito de quienes ustedes y yo sabemos) han sometido a las arcas públicas (los dineros de la gente en definitiva) ha sido verdaderamente espeluznante. Después para sacarnos (los mismos que nos han metido) del atolladero han marcado su particular “Hoja de Ruta”: 1) Propiciar una clara psicosis individualista donde el hombre libre su propia batalla por la supervivencia. 2) Justificación de drásticos recortes sociales bajo el manto protector del sacrosanto e imprevisible futuro garantista para “todos”. 3) Abaratar los gastos salariales propiciando despidos muy baratos y contratando a posteriori a precios de saldo (la teoría sabia y popular de despedir a los padres a bajo costo para contratar mucho más barato a los hijos). 4) “Entrar a saco” en los recortes de Educación y Sanidad eliminando a golpes de decretos cuanto de justo y bueno les aportó el “Estado de Bienestar” (versus socialdemocracia europea). 5)….Aquí me quedo y que cada uno aporte cuanto estime oportuno. Toda una estrategia elaborada milimétricamente, a medio y largo plazo, para desactivar los avances y conquistas sociales. Primero, metieron de lleno a los Partidos de Izquierda en la incuestionable “Economía de Mercado”. La sacrosanta Ley de la Oferta y la Demanda que ha desembocado en los brazos del capitalismo salvaje. Llevándose de paso los orígenes de clase y los fines solidarios de las Partidos de Izquierda (“Arriba gambas de la Tierra en pie famélica langosta…”) Después, reciclaron a los sindicalistas en fieles y dóciles funcionarios a las órdenes de “La Voz de su Amo” (desclasando y fragmentando el complejo mundo de los trabajadores). Seguidamente, desmontaron los legítimos ardores revolucionarios juveniles mostrándoles el falso paraíso de la Sociedad de Consumo (¡Consumidores de lo fatuo uníos!). Nos convencieron que, a través de las tarjetas, todos formábamos parte de una amplia clase media sin límites consumistas. El desenlace de esta Historia todavía está por escribirse y los años venideros serán cualquier cosa menos tranquilos. España está política y democráticamente en manos del PP y esto ha sido motivado por una nefasta gestión socialista. No nos engañemos: Rajoy y Arenas, por si solos, son incapaces de ganarles a nadie. Son política, social y culturalmente “planos” y de perfiles muy bajos. Si en las pasadas Generales el PP hubiera presentado como candidato a “Chiquito de la Calzá” también hubiera vencido ampliamente. La fatal herencia de ZP era absolutamente demoledora (posiblemente estemos ante el peor político de los últimos años en la Vieja Europa). España, Andalucía (a medias: mandan en los Ayuntamientos pero no en la Junta) y Sevilla están en manos de los “Populares” pero, ¿y nosotros, sabemos de verdad en manos de quien estamos? Posiblemente el día que nos sintamos solidarios unos con otros (guardando las banderas en el Patio de Armas) empezaremos a ver la luz de este largo túnel. ¿Veremos amanecer ese día? Tiempo al tiempo.

viernes, 13 de abril de 2012

Las varas de medir


Todo aquello que se considera de especial relevancia social y/o política en nuestro país –y posiblemente en los demás- es susceptible de ser medido con distintas varas (cuando hay solo una la sostiene y emplea de manera inmisericorde alguien con medallas en el pecho o con el “Manifiesto Comunista” en el cajón). Hoy, Internet, te ofrece la impagable oportunidad de “ojear” -al menos los titulares- las distintas ediciones digitales de la prensa nacional. Como ya los años nos van dejando un sedimento de sabiduría y escepticismo (¿o quizás sea lo mismo?), sabemos con antelación el tratamiento que se le dará a una noticia en función del periódico. Las líneas editoriales marcan la “Hoja de Ruta” de los columnistas y prima la autocensura como mejor condicionante de continuidad. No hacen falta indicaciones “desde arriba” para saber a quien hay que “crucificar” en función de donde se escriba. O calculas bien la vara con la que mides o te terminan pegando a ti un varazo en el lomo. Dejo meridianamente claro que yo no critico que se den estas situaciones que son ajenas, en no pocas ocasiones, al espacio interior del “plumífero” (dicho con todo respeto) de turno. Hay que comer; pagar hipoteca; criar a los hijos, y si te contratan para desarrollar lo que más te gusta y mejor sabes hacer que es escribir, pues adelante que son pocos y están durmiendo. Hice recientemente un seguimiento en la prensa local de algunos articulistas a los que tengo en gran estima y consideración, y la media de contenidos era la siguiente: de cada diez artículos, siete eran para darle caña al PSOE, y los tres restante de tipo costumbrista (algunos memorables por cierto). De vez en cuando se deslizaba alguno suelto para enmendarle en algo “la plana” al PP. ¿Son justos, en mi opinión, la mayoría de los artículos “cañeros? Pues la verdad es que de todo hay en la “Viña de los Editores”. Posiblemente yo los analice con mi particular “vara de medir”, entrando de lleno en el terreno de la subjetividad. Otra cosa es cuando se utiliza la descalificación personal para criticar una deficiente gestión política. Entonces se suele cambiar la “vara” por un rifle de repetición. Recuerdo la “Guerra de guerrillas” que se originó cuando el –los- juicios al Juez -ya ex- Baltasar Garzón. ¡Las barbaridades que se escribieron y dijeron desde todos los frentes mediáticos! Intentar situarse en aquel lamentable asunto en el fiel de la balanza –nunca mejor dicho- resultaba prácticamente imposible. Para algunos era un héroe y para otros un villano. Tachado de juez prevaricador o de mártir numantino de las Galias. O bien decían que era un iluminado cegado por los fulgores de su estrella mediática, o un paladín defensor de las causas perdidas e injustamente archivadas. Posiblemente hubiera de todo un poco y algunos “colegas” aprovecharon sus deslices –que haberlos hubo- para tirársele a la yugular. Estamos en España y aquí el “Deporte Nacional” no es la siesta sino el rencor (las cuentas pendientes y el inapelable ajuste de las mismas). Con demasiada frecuencia utilizamos las varas de medir para atizarnos unos a otros. Así pasó siempre -lo demuestra fehacientemente nuestra Historia- y así, lamentablemente, seguirá pasando. ¿O no?

jueves, 12 de abril de 2012

Viene la calma: Contigo siempre llega la calma


Te contemplé; notaste mi presencia y continúa esta Historia interminable de amor y secretos compartidos entre nosotros dos. Fue el lunes siguiente a un Jueves Santo fallido por las inmisericordes inclemencias del tiempo. Entré a verte después de demostrar en la puerta de tu Casa que soy nacido y residente en la Ciudad. Había muy poca gente en el interior y la mayoría eran restos del todavía presente “forasterío”. Estabas en las andas junto a quien más llora por Ti y más cerca esta siempre de tu honda pena: tu Madre de la Merced. Esa misma tarde os portarían al altar donde pasáis consulta todos los días del año a las almas afligidas. Me acerqué cuanto me permitió un cordón de seguridad que te salvaguardaba de la reinante sinrazón. Te contemplé; notaste mi presencia y continúa esta Historia nuestra. El sol se filtraba a través de un ventanuco de cristal multicolor propiciando una especie de sublime arco iris en tu vencido, pero nunca derrotado, cuerpo. Se oía de fondo la dulce caricia sonora de un Canto Gregoriano. Al lado, tu trono ambulante de plata recuperaba su perfil museístico huérfano de tu Divina presencia. Las calles también se quedaron este año huérfanas de tu lento y firme caminar hacia la gloria catedralicia. Triste época esta donde los cambios siempre son a peor: cambiamos túnicas por gabardinas y cirios por paraguas. Te contemplé; notaste mi presencia y continua esta Historia que tiene ya muchos años a nuestras espaldas. La empecé siendo un niño de pantalón corto que iba a tu Casa a recoger a una tía-abuela, Maestra Bordadora sevillana, que dejó eterno testimonio de su buen hacer en el manto y el palio de la Virgen del Socorro. Posiblemente no exista un lugar en la Ciudad más proclive al recogimiento y a la oración que nace del alma que tu Capilla Sacramental. Suelo visitarla cada día con la esperanza, la firme esperanza, de que a mi tramo existencial le quede aún un largo recorrido. Ahora, cuando la melancolía se apodera de nosotros por la triste sensación del gozo hurtado, es cuando más te necesitamos. Después de la tempestad siempre viene la calma. Tú eres la calma, contigo siempre viene la calma, pues la llevas adherida a tu Divino rostro. Pasarán los días, unas veces con una lentitud desesperante y otras a una velocidad de vértigo. Volveremos –o volverán- a verte discurrir en tu trono de plata por calle Francos buscando de vuelta la paz de tu morada. Era un lunes, un mágico lunes, sin estar aún repuesto de los estragos de los porcentajes de posibilidad de precipitaciones. Te contemplé; notaste mi presencia y continúa esta Historia interminable de amor y secretos compartidos. La empezamos yo siendo nieto y Tú siendo Rey. La remataremos, yo de abuelo con fecha de caducidad y Tú instalado en la eternidad de lo profundamente sevillano. Viene la calma: Contigo siempre llega la calma.

miércoles, 11 de abril de 2012

Los jueves al sol


 (A mi amigos Javier y Joaquín, vendedores de “cosas” en el Jueves y regaladores de amistad y honda sevillanía). 
Curiosamente, los jueves quedan configurados en mi cada vez menos apretada agenda como los más importantes de la semana. Liberado -¡al fin!- de responsabilidades laborales y profesionales puedo disponer de mi tiempo a mi libre albedrío. Mis tareas radiofónicas flamencas concluyeron hace tiempo con el cierre definitivo de la Emisora (Radio Giralda). Mis funciones como Productor discográfico también están ya finiquitadas. Quedaron arrastradas por el desplome de las discográficas en el vilipendiado y ninguneado mundo de los sonidos sonoros que alegran cuerpos y almas. Mi tiempo laboral pasó a peor vida (y yo a mejor). Dedico pues íntegramente mi tiempo a leer, estudiar, escribir, escuchar música, ver cine, pasear por Sevilla y, prioritariamente, a compartir momentos de gozos y zozobras con quienes me quieren y quiero. Nunca he fumado (ni inclusive los “cigarritos de la risa”). Como sano y sin grandes excesos. Bebo con moderación y me encuentro alejado, transitoriamente, del mercado de los amores pasionales. Ando empeñado en seguir intentando buscarme en mi interior y, si alguna vez me encuentro, veremos si procede buscar a alguien para compartir lo encontrado. Me parece que aun admitiendo la teoría del agua que termina por beberte a ti, estoy bastante cómodo instalado en este islote donde pululan los Robinsones Crusoes sevillanos. El jueves, los jueves, se me representa como el día más esperado de la semana. Por la mañana acudo al Mercadillo de la calla Feria para contemplar de cerca los restos del naufragio. Cada semana aumentan los montones de ropas usadas, y los poseedores ayer del dudoso titulo de “clase media” probándoselas sin pudor. Todo se vende y todo a unos precios irrisorios. Puedes comprar un par de libros excelentes en perfecto estado por dos “leuros”. Una bicicleta semi-nueva por treinta. Un abrigo usado de “Massimo Dutti” por diez, o un juego de tazas de “La Cartuja” por lo que consigas en el regateo. Todo está expuesto como nuestras vidas actuales: por los suelos. Herramientas; juguetes; ropas; cuadros; gorras; pilas; fotos enmarcadas; libros; material fotográfico; cromos: “tebeos”; revistas antiguas……Todo lo exprimido del jugo de la vida a disposición del que se estire el bolsillo. La resaca de la existencia humana orillada en las arenas playeras de los mares del olvido. La tarde de los jueves la destino a visitar a mi nieto. El pasado 31 de enero cumplió los dos años. Cada semana que lo visito observo como crecen, de manera paralela, sus inquietudes, sus curiosidades, mis canas y el vientre de mi hija. Una palabra nueva, un gesto, una morisqueta y ya está el abuelo tirando de babero. Cuando llego corre a abrazarme sin perder de vista la inevitable bolsa que porto (con su inevitable regalo). Recuerdo gozoso un jueves del pasado febrero con un frío soriano (¿o es que solo hace mucho frío en Siberia?) del ca…. como se quedó sorprendido al verme. Llegué provisto de sombrero (vulgo mascota), abrigo, guantes y bufanda. Se diría para sus adentros: ¿Este es mi abuelo o el del anuncio de “Sandeman? Cuando me vuelvo para mi “cueva” traigo la sensación de haber aumentado mi nivel de felicidad. Al final, es posible, que todas las coincidencias tengan un marcado carácter providencial. Puede que no sea casualidad que, para mí, el día más importante del año sea un jueves. Concretamente uno que nos dice el almanaque de la Ciudad que se llama: Jueves Santo.

lunes, 9 de abril de 2012

El llanto de los mares


Canta Camarón por Siguiriya y el mundo se detiene a escuchar su Cante de pena amarga. Lorca se acuerda de Andalucía en su Romance de sangre derramada: “El 25 de junio le dijeron al “Amargo”, ya puedes cortar si quieres las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta y pon tu nombre debajo porque cicutas y ortigas nacerán en tu costado, y agujas de cal mojada te morderán los zapatos”. Las madres mecen las cunas vacías cantando nanas que se lleva el aire de la tarde. Los hombres construyen dianas donde disparar certeramente los tiros de gracia. Los músicos y los poetas buscan la inspiración perdidos y desorientados en el Jardín de las Delicias. Los inquisidores no dan abasto, y apuntan nombres y apellidos en sus intolerantes libretas de sangre y venganza. Los obispos y cardenales viven instalados en una permanente disculpa ante la Historia. Los misioneros de cuerpos y almas harinan el pan nuestro de cada día. Políticos y banqueros recuentan –una y mil veces- el fruto de su rapiña. Desde los balcones las enamoradas tiran besos al aire sin encontrar destinatarios. Los niños ya no quieren ser hombres. Los hombres ya no saben ni lo que quieren ser: si hombres-niños o niños-hombres. Las vírgenes sevillanas lloran su pena sumidas en la orfandad de sus camarines. Los Cristos sevillanos sueñan (con Machado) que, alguna vez, alguien los desenclave. Los ordenadores del INEM llenan la Ciudad con el humo de la ignominia y la vergüenza. Los EREmitas cambian los montes por los puertos deportivos. Los viejos, pertrechados de gorras y bastones, se sientan en los andenes de la estaciones para ver pasar la vida. Se nos muere la gente sin darnos tiempo siquiera a secar los pañuelos. El optimismo ni está ni se le espera. La juventud en flor busca obligada picotear en mieles foráneas. Ni siquiera el sol caliente ni la luna brilla. Vivimos adormecidos por los cuentos de León Felipe….”que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre lo ahogan con cuentos, y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos”. “Todo es relativo” nos dicen, y buscamos la relatividad ante las cajeras de los supermercados. Mientras, como diría Serrat…”Y con la resaca a cuesta vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal la zorra pobre al portal la zorra rica al rosal y el avaro a sus divisas”. Todavía la cera derretida nos muestra su decadente presencia por las calles de la Ciudad. Quedan los hermosos rescoldos de la “batalla” en los aún ensamblados pasos. Los saeteros hacen gárgaras con miel y limón que alivien sus castigadas gargantas. Empieza la cuenta atrás de los necesarios paraísos artificiales de la gracia impostada: “Arenal de Sevilla y Olé, Torre del Oro”. Abajo el telón y siempre, irremediablemente siempre, predispuestos a que la función continúe. No nos queda otra. Canta Camarón por Siguiriya y el mundo se detiene para escuchar su pena amarga. La Soledad en San Lorenzo nos muestra su cara amoratada por el llanto eterno de las madres afligidas. Dice un sabio cartel en sus barrotes: “Si puedes Mucho, Mucho. Si puedes Poco, Poco y, si no puedes Nada, Nada”. Los océanos lloran su amarga pena de siglos sin más presencia que la luna. Los científicos afirman que los “marcianos” nunca existieron. Pero, ¿y nosotros, existimos alguna vez? Un niño nace a la vida y su primer llanto reconcilia a Dios con los hombres. Pasó la “Semana” y nos dejó el alma en duermevela y el cuerpo lleno de sensaciones. Lo dicho: canta Camarón por Siguiriya y el mundo se detiene a escuchar su Cante de pena amarga.

martes, 3 de abril de 2012

Toma de aguas



El reloj de mi ordenador marca en este momento las 20:23. A mi espalda escucho en una televisión local que la Hermandad del Dulce Nombre –la última en el orden de salida del Martes Santo- tampoco hará su Estación de Penitencia. La triste experiencia del año pasado creo que habrá sido determinante. ¡Se jodió un año más el tercer día de la Semana Santa! Nos ha tocado vivir de nuevo un triste, lluvioso y aciago Martes Santo. Ayer estuve en el emotivo traslado del Señor de Pasión a su esplendido trono de plata ambulante. A la vuelta para mi “cueva” cogí una “mojá” de las que, inevitablemente, terminas buscando paracetamol en la Farmacia de Cristóbal. Esta mañana me pasé por San Nicolás con el triste –y posteriormente confirmado- presentimiento de que este año tampoco los vería deambular por la Alfalfa. Mi hija no pudo este año vestir y lucir su túnica blanca debido a su avanzado estado de gestación (¡gestación, que bonita palabra para que nadie osara interrumpirla!). Tenía previsto no reanudar los “Toma de Horas” hasta que transcurriera esta esperada y soñada Semana. Esto es un breve paréntesis para intentar darle un regate emocional a la lluvia. Lo que ahora procede –quienes todavía podemos- es tomar amorosamente la calle. No se lo que nos deparará el resto de los días semanasanteros y más concretamente mi Jueves Santo pasional. Me entero por Internet que ha fallecido Antonio Mingote, un verdadero genio de la ilustración gráfica. Dicen que estuvo dibujando sus magnificas viñetas en el Diario “ABC” hasta sus últimos días terrenales. Grande, muy grande, este Antonio de tertulias madrileñas y amores patrios de hondas raíces culturales. Andrés Iniesta -¡qué lujo de jugador!- le acaba de marcar el tercer gol al Milan. No me apetece, ni procede, seguir hoy “tomándole las horas” a esta Ciudad cuando la desesperanza –una vez mas- ha tomado forma disfrazada de nubarrones y lluvia. Corren malos tiempos para casi todo y encima se nos sustrae la posibilidad de tomar amorosamente calles y plazuelas. No pasa nada. Al final, el tiempo se encarga de subsanarla todo. Lo dice una letra del Flamenco: “Nadie hable mal del día / hasta que la noche llegue / yo he visto mañanas tristes / tener las tardes alegres”. No desesperemos que esta mágica Historia –nuestra Semana Mayor- tiene ya varios siglos sobre sus espaldas. Nada nuevo bajo un sol ausente que –desgraciadamente- ahora se resiste a asomarse por la cornisa del Aljarafe.