“Me ahogué en fin amigos;
Ahora duermo donde nunca despierto.
No saber más de mi mismo es algo triste;
Dame la guitarra para guardar las lágrimas”
--Luis Cernuda –
Estar o no estar he ahí la eterna
cuestión. Ser o no ser siempre ha resultado el gran dilema existencial. Vivimos
casi de prestado sabiendo que, aparte de ser verdad que los años no perdonan,
tampoco obtenemos benevolencia por los posibles errores cometidos. Con la cara
llena de espuma hablas cada mañana con el espejito mágico y este, en un alarde
de crueldad, te remite a un pasado que ya nunca volverá. Vas de tu corazón a
tus asuntos en una Ciudad donde ya
casi nadie reconoce a nadie. Los templos
y capillas son en la actualidad exponenciales museos donde el rezo y la
reflexión se confunden con el ajetreo de móviles capta-imágenes. El “Mediterráneo”
de Serrat es hoy una enorme tumba
abierta al cielo de los pobres. Consumidores compulsivos portando ufanos
bolsas con prendas que pronto serán desechadas por inútiles y/o obsoletas. ¡El
alma ha muerto viva el cuerpo! Vives casi de prestado sabiendo que en la Esperanza
siempre encontrarás un cierto sentido para no desfallecer. Sevilla es a Andalucía lo
que Andalucía es a España: un hermoso y clarividente poema
que no sabe si encajará en un poemario tan difuso. Buscas consuelo al desosiego
de una sociedad compulsiva y tele-dirigida en la Soleá de Alcalá
de Antonio Mairena; el saxo de Charlie Parker; los cantos gregorianos o
el cine de Woody Allen. A pesar de tu
inútil resistencia ya eres la clave de una tarjeta; un código de barras; el pin
de un móvil; los dígitos de una escuálida cuenta corriente bancaria y un número
de la Seguridad Social. Tu rebeldía
juvenil se difumina cada día un poco más y te consuelas con el gozoso rescate
de las risas de tus nietos, la lectura, la música del alma y un encuentro
diario con el que habita en San Lorenzo. Ser o no ser he ahí la cuestión. La incertidumbre marcando sus implacables
pautas.
Juan Luis Franco – Viernes Día
31 de Marzo del 2017