viernes, 31 de marzo de 2017

Incertidumbre


 
Me ahogué en fin amigos;
Ahora duermo donde nunca despierto.
No saber más de mi mismo es algo triste;
Dame la guitarra para guardar las lágrimas”
--Luis Cernuda –

 

Estar o no estar he ahí la eterna cuestión. Ser o no ser siempre ha resultado el gran dilema existencial. Vivimos casi de prestado sabiendo que, aparte de ser verdad que los años no perdonan, tampoco obtenemos benevolencia por los posibles errores cometidos. Con la cara llena de espuma hablas cada mañana con el espejito mágico y este, en un alarde de crueldad, te remite a un pasado que ya nunca volverá. Vas de tu corazón a tus asuntos en una Ciudad donde ya casi nadie reconoce a nadie.  Los templos y capillas son en la actualidad exponenciales museos donde el rezo y la reflexión se confunden con el ajetreo de móviles capta-imágenes.  El “Mediterráneo” de Serrat es hoy una enorme tumba abierta al cielo de los pobres.  Consumidores compulsivos portando ufanos bolsas con prendas que pronto serán desechadas por inútiles y/o obsoletas. ¡El alma ha muerto viva el cuerpo! Vives casi de prestado sabiendo que en la Esperanza siempre encontrarás un cierto sentido para no desfallecer. Sevilla es a Andalucía lo que Andalucía es a España: un hermoso y clarividente poema que no sabe si encajará en un poemario tan difuso. Buscas consuelo al desosiego de una sociedad compulsiva y tele-dirigida en la Soleá de Alcalá de Antonio Mairena; el saxo de Charlie Parker; los cantos gregorianos o el cine de Woody Allen. A pesar de tu inútil resistencia ya eres la clave de una tarjeta; un código de barras; el pin de un móvil; los dígitos de una escuálida cuenta corriente bancaria y un número de la Seguridad Social. Tu rebeldía juvenil se difumina cada día un poco más y te consuelas con el gozoso rescate de las risas de tus nietos, la lectura, la música del alma y un encuentro diario con el que habita en San Lorenzo.  Ser o no ser he ahí la cuestión.  La incertidumbre marcando sus implacables pautas.

 

 

Juan Luis Franco – Viernes Día 31 de Marzo del 2017

 

miércoles, 29 de marzo de 2017

Canciones de juventud



Aunque sea  través de la ensoñación siempre se suele volver al espacio sentimental donde realmente fuimos felices. La juventud se nos representa como el paraíso soñado donde todo estaba por estrenarse y todavía no conocíamos el paso y los estragos de los años.  Lo hacemos siempre volviendo a la banda sonora de nuestras vidas: las canciones.  Son ellas, nuestras canciones, las que al volver a escucharlas nos recuerdan un tiempo pasado al que nunca debemos mostrarle el rostro amargo de la nostalgia. Al escucharlas volvemos a experimentar unas sensaciones nunca enterradas del todo y que nos muestran el camino de la esperanza.  Los guateques, nuestros guateques (también llamados “Picús”), eran un espacio sentimental donde la tribu juvenil se liberaba de ataduras y prejuicios. Se dividían estos bailes juveniles en dos partes claramente diferenciadas. La primera era saltarina, grupal, compulsiva y rocanrolera con temas como “El Rock de la cárcel” de Elvis o “Popotitos” de Enrique Guzmán. Después venia lo mejor de la noche que era lo que se conocía como el baile lento o “agarrao”. Ahí escogías (o mejor te escogían a ti) con quien bailar y al compás de la música y el roce de los cuerpos juveniles tocabas la gloria con la palma de la mano.  Lo mismo sonaba el “Venecia sin ti” de Charles Aznavour que los “Años jóvenes” de Cliff Richard.  El lento movimiento danzón era en semicírculo con dos pasos con el pie izquierdo y uno con el derecho. Ahora, cuando ya te levantas a evacuar liquido dos veces por la noche, escuchar estas canciones de días de vino y rosas son la manera más certera de sentirnos vivos. Algunas canciones son eternas por atarnos amorosamente a los árboles de los paraísos perdidos. Cada canción de tu vida te transporta a un encuentro o una ocasión especial. Son nuestras eternas canciones de juventud. Las ilusiones transportadas por los sonidos de las estrellas y la vida esperándonos con sus luces y sombras por las esquinas. Lo que, con el paso de los años, nos tuviera guardado Dios o el destino carecía de importancia. Que nos quiten lo “bailao”.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 29 de Marzo del 2017

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lunes, 27 de marzo de 2017

Federico


 

Fue en plena adolescencia cuando descubrí a Federico García Lorca.  Llegó a mis manos, sin ser ya capaz de recordar el cuando y la forma, un libro que contenía una selección de sus mejores poemas. Lo leí con la agradable sensación y la certeza de que después de su lectura mi vida ya no sería la misma. Desde entonces quedaría anclado para siempre un amor inquebrantable por esta bendita tierra llamada Andalucía.  García Lorca, el inmortal Federico de luna llena, pena amarga y risa de niño, se nos configura como una de las cimas de la Literatura universal.  Poeta de poetas y dramaturgo excepcional que desde la raíz andaluza proclama a los cuatro vientos las penas y alegrías de los seres humanos. Lo asesinaron vilmente en Granada la ciudad más bonita del mundo (su ciudad) cuando tan solo tenía 38 años de edad.  Durante muchos años quisieron además silenciar su nombre y su obra como si fuera posible encerrar las olas del mar en una jaula de cobre o frenar con una cortina negra el aire que pasa entre los olivos.  Buscan –buscamos- con denuedo sus restos para que los millones de lorquianos del mundo tengan –tengamos- un sitio donde depositar una rosa o musitar una oración.  Pero el misterio del sitio donde están desparramados sus huesos sigue siendo una de las grandes incógnitas del mundo mundial. ¿Dónde está nuestro Federico que no apareció vivo y ahora tampoco aparece muerto? Tenemos para siempre su alma de andaluz errante pero también necesitamos lo que haya quedado de su cuerpo. Queremos que salga del reino de los ausente para que pueda escuchar su “Romance del Amargo” en boca de Camarón.  Nos gustaría decirle allá donde se encuentre que salga sin miedo que ya se han ido para siempre los buitres de correajes y mosquetones al hombro. También que hace muy poco nos dejó un lorquiano de pro como fue Leonard Cohen. Pero Federico, nuestro Federico, no aparece. La tierra se niega a devolverlo y la palabra de la tierra siempre ha sido algo solemnemente seria.  La voz de los campos con su soniquete de siglos sonando por la vega granadina.  Federico de limones amargos y de dulces naranjas.  

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 27 de Marzo del 2017

 
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viernes, 24 de marzo de 2017

Suena John Coltrane


Suena en la madrugada John Coltrane
y la noche cubre su llanto de siglos
con un manto de estrellas blancas.
La música amansa las fieras
 
y las fieras duermen confiadas
en que ya todo les pertenece.
La luna lunera se muestra esquiva
ante los amores de ida y vuelta
que empapan los pañuelos de encajes
con lágrimas de sal y purpurina.
Oímos a lo lejos la sirena de un barco
y nos arropamos soñando Penélopes
en tierras lejanas y misteriosas
donde solo llegan los sueños juveniles.
Los tic-tac de los relojes enmudecen
y aparecen los soniquetes del alma:
suena, está sonando John Coltrane.

 

Juan Luis Franco – Viernes Día 24 de Marzo del 2017
 
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miércoles, 22 de marzo de 2017

El ciclo de la vida



Resulta curioso como cuando ya estás dentro de eso que antes llamaban vejez y ahora Tercera Edad tengas una perspectiva sentimental y nostálgica tan cercana de tus ancestros más mayores. Repasas la edad en que fallecieron tus abuelos y nunca como ahora te sientes tan próximo a ellos. Mi abuela Teresa murió cuando contaba ochenta y siete años de edad. Fue una luchadora impresionante que se quedó viuda cuando contaba cuarenta y tres años de edad. La herencia que recibió fue la de tener que sacar adelante a seis hijos (el que hubiera sido el séptimo se murió a los tres meses de nacer).  No era tan solo bondadosa sino más bien podría decirse que la bondad tomó forma en su pequeño cuerpo de mujer siempre enlutada.  Cuando falleció ya solo le vivían tres de sus hijos (mi tío Víctor, mi tía Carmela y mi padre) habiendo tenido que enterrar a las edades más dispares a cuatro descendientes.  Era una mujer con un temple extraordinario y siempre proclive a buscar la luz entre las tinieblas.  La Virgen de la Candelaria era su principal soporte vivencial y junto con el Gran Poder sus máximos referentes devocionales. Era una pertinaz lectora que el poco tiempo que le dejaba libre sus múltiples tareas lo dedicaba a la gran pasión de su vida: la lectura.  Cuando murió yo tenía dieciséis años de edad y recuerdo su entierro como uno de los días más tristes de mi vida. Ahora, cuando ya he rebasado los setenta años de existencia, me siento con una cercanía hacia su persona como antes nunca sentí. La memoria siempre es selectiva y tiende a recordar personas queridas y situaciones gozosas.  No tengo muy claro si  son como las recordamos o el paso del tiempo y los años han hecho que las idealicemos. Tampoco esto tiene mayor importancia. El ciclo de la vida siempre está en permanente movimiento. Si las recordamos con cariño será por dejar en nosotros una huella sentimental imborrable. Viven y vivirán eternamente en nuestras vidas. 
 
 
Juan Luis Franco – Miércoles Día 22 de Marzo del 2017
 

lunes, 20 de marzo de 2017

Chato de Utrera


 

Utrera representa en el Cante flamenco lo que Nueva Orleans en el Jazz: pura química existencial.  Cinco pueblos tiene la provincia de Sevilla que configuran una parte emocional y sustancial de mi inveterada afición al Flamenco.  Me refiero, claro está, a Mairena del Alcor, La Puebla de Cazalla, Marchena, Lebrija y.... ¡Utrera!  En todas estas hermosas localidades andaluzas he sentido como el Cante flamenco me arañaba las paredes del alma en noches donde hasta la luna bailaba por Bulerías.  Hoy, cuando la primavera asoma su verde esplendor para que por nuestras callejuelas y plazoletas el azahar pase de ser un tópico a convertirse en una fragante realidad, me llega la triste noticia del fallecimiento del cantaor utrerano “Chato de Utrera”. Me lo anuncia por wasap, cuando volvía para la “cueva”, mi entrañable amigo Salva Gavira.   Se llamaba, para los registros civiles de los humanos, Ramón Benítez Mira y ha fallecido a la edad de 72 años en su localidad natal.  Era uno de los últimos cantaores fraguados en fiestas y reuniones que, posteriormente, pasaron a una vida más placentera en tablaos y compañías itinerantes. Su vida, la vida de este gran señor del Cante flamenco, es digna de estudiarse.  Llegó a Barcelona con lo puesto cuando contaba tan solo con 17 años de edad llegando a dormir en la boca del metro.  Después,  cuando lo contrata Antonio Gades para su Compañía, su arte se abriría paso y ya todo fue un imparable avance.  “El Chato de Utrera” llegó a actuar con Camarón, Paco de Lucía e incluso con.... ¡Bob Dylan”!  Su cante por Solea, Fandangos y Bulerías se nos antoja de una belleza verdaderamente deslumbrante.  Descanse en paz.

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 20 de Marzo del 2017

 


 

 

 

 

Cerrando el círculo



Marzo avanza en uno de sus atardeceres más luminosos enredados entre luces cercanas y sombras lejanas. Las luces de la tarde todavía se resisten a dejar paso a la penumbra de la noche. La calle está tranquila y los pocos paseantes se mueven al compás de los deberes cumplidos. Al fondo del salón suena en el ordenador  “Someday” cantada a dúo por Michael Bublé y Meghan Trainor y musito una oración por la pronta recuperación de Noah, el hijo mayor del cantante canadiense.  La vida cuando asoma su parte más negativa entre los niños nos deja  a los adultos  el alma sin resuello y con la fe palpitando dudosa por las esquinas.  Desde mi terraza veo a niños ejerciendo de niños en un cercano parque infantil.  Dios sabe que cuando un niño enferma tiemblan los cimientos del templo de Jerusalén (Salomón).  Un pajarillo pardo y con el pico gris se posa en la barandilla de mi terraza desafiándome a mí y a la gravedad.   No es la primera vez que lo veo revolotear por estos contornos y quisiera creer que se sabe seguro ante mi presencia. Dado que las palomas ya se encuentras completamente desacreditadas (ratas del aire les llaman por Italia) nos quedan por fortuna estos pajarillos que antes de desaparecer con la noche nos visitan al atardecer. Ayer domingo celebramos el Día de San José cuando ya poseo los títulos de nieto, hijo, padre y abuelo. Marzo entra en su recta final y sabiendo lo que está por llegarnos siempre avanza henchido de ilusiones nuevas. La magia de estar vivo en un círculo mágico que, al final, otros siempre terminan cerrando.  


Juan Luis Franco – Lunes Día 20 de Marzo del 2017


viernes, 17 de marzo de 2017

Estar informados



Resulta más que evidente que para poder opinar con una cierta garantía de credibilidad es imprescindible estar bien informados. Hoy, asimilar la información, se nos presenta como una tarea ciertamente compleja.  Dejando al margen la radio, que afortunadamente todavía goza de una excelente salud democrática, fundamentalmente nos informamos a través de los informativos de las distintas televisiones. Los informativos televisivos coinciden con las horas en que nos sentamos a la mesa para matar el gusanillo del hambre. Con la mesa puesta y a punto de mover la cuchara o el tenedor vemos las terribles consecuencias de un bombardeo en Alepo sacando niños de entre los escombros. Tienen el miedo más atroz reflejado en sus rostros y sus cuerpos están embadurnados de un polvo blanco con sabor a muerte.  Después nos dan como segundo plato la noticia el que un “hombre” ha asesinado a su esposa y a sus dos hijos pequeños descuartizándolos después. Para el postre contemplamos una sala donde se enjuicia a gente que han desvalijado las arcas públicas y los observamos tranquilos, relajados y en perfecto estado de revista. “Presuntos” ladrones impasibles ante el Estado de Derecho luciendo en sus muñecas lujosos relojes y que se han llevado lo que tantas familias necesitan para sobrevivir. Los políticos salen en televisión para mostrarnos una sociedad que en nada se parece a la que tenemos y padecemos. Todas las noticias que se nos facilitan son casi siempre interesadamente manipuladas a conciencia. En el apartado deportivo y a pesar de tratarse de televisiones estatales solo tienen tiempo para dedicárselo al Madrid o al Barcelona (últimamente y en menor medida también al Atlético de Madrid).  Los demás Equipos (o deportes ajenos al fútbol) tienen una escasa cobertura. ¿Con este bagaje podemos asegurar de que estamos bien informados? Las noticias siempre son tamizadas en función de la ideología o intereses de cada Cadena. Tenemos, a que dudarlo, grandes periodistas pero siempre están sujetos a las directrices del medio que les da su sustento. Una noticia, referente a una manifestación callejera, dirá  en un Canal que la asistencia ha sido de treinta mil personas y en otro Canal dirá que ha sobrepasado el medio millón. Todo en aras de fobias y filias partidistas. Al final la información siempre dependerá de nuestra capacidad de analizar con objetividad los datos que se nos ofrecen. Estamos permanentemente manipulados y nunca como ahora hemos sido más permeables a la realidad (mentira) virtual.  Más que estar informados estamos intoxicados hasta más no poder.  Piensan por nosotros y, lo que es peor, también deciden en nuestro nombre.



Juan Luis Franco – Viernes Día 17 de Marzo del 2017


miércoles, 15 de marzo de 2017

La vida por los suelos



Sin obviar que dentro de la mendicidad que pulula por nuestra Ciudad exista una “mafia” de perfil bajo no es menos cierto la precaria vida de muchas de estas personas. No pocas veces y aparte de unas monedillas también precisan una sonrisa o una palabra amable para sentirse parte del mundo donde malviven.  Son vidas llevadas al limite de la desesperanza y en ellas queda meridianamente demostrado que nadie está a salvo de las naufragios de la existencia humana. Cada uno –como todos- tendrá su propia historia donde la derrota aparece en toda su crudeza.  Algunos están sentados en el suelo junto a sus fieles caninos, sus pocas pertenencias, un cartón que da testimonio de su pobreza, un vaso de plástico y, en algunos casos, algún libro suelto.  Ya nada esperan salvo que la solidaridad no sea tan solo un verso disperso en el poemario de la vida. Como afortunadamente cada día necesito menos cosas materiales para vivir siempre llevo encima algunas monedillas y las reparto entre algunos de ellos.  Me paro un momento y les comento cosas tan triviales como el tiempo y la cantidad de turistas que tenemos en el Centro de la Ciudad.  Convencido estoy que agradecen estas pequeñas charlas que los atan a la cotidianidad de las cosas.  Piden para comer y comen para poder seguir viviendo.  Algunos ya son habituales en mi recorrido mañanero y sus sitios son respetados por los demás indigentes.  Justificarnos con el latiguillo de que piden para alcohol y drogas o comentar, de manera miserable e inmisericorde, que se vayan a pedir en sus países de orígenes es remacharle los clavos al Cristo de nuestros mayores. Es lógico suponer que cada una de estas personas tendrá una historia a sus espaldas y, visto lo visto, el balance no puede ser más desolador. Son el último eslabón de una cadena que nuestros políticos consiguen agrandar cada día: la de la pobreza extrema.  La vida por los suelos.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 15 de Marzo del 2017


lunes, 13 de marzo de 2017

Bibliotecas Públicas



En mi juventud y dada mi precoz afición por la lectura era un firme usuario de las Bibliotecas Públicas. Cuando mis obligaciones laborales me lo permitían solía acudir a la que estaba situada en la calle Alfonso XII y, con más frecuencia, a una que pertenecía a  la Caja de Ahorros San Fernando y que se encontraba junto al Cine Florida. Leer en mi casa era prácticamente imposible pues tan solo disponíamos de una habitación para cuatro personas en un Corral de Vecinos.  Fundamentalmente la afición a la lectura me la inculcó mi abuelo Félix que era Maestro de Escuela.  Un republicano de ideas moderadas y católico practicante al que nunca dejaron que ejerciera su labor docente en ningún Centro Público. Se iba por los cortijos y enseñaba las cuatro reglas (leer, escribir, sumar y restar) a los chiquillos del campo que al ayudar a sus mayores en las tareas agrícolas no podían ir al colegio.  Me acuerdo que en las Bibliotecas Públicas siempre había una persona que te asesoraba de cuales eran las lecturas más convenientes acorde con tu edad y formación. Añoro esa época lectora donde coincidías con personas de distintas edades y circunstancias pero coparticipes de una verdadera afición por el placer de la lectura. Allí descubrí cuantos mundos se pueden vivir y disfrutar navegando por entre las palpitantes páginas de los libros.  Descubrí la poesía de Juan Ramón Jiménez junto a las novelas de aventura de Emilio Salgari. Solía pasarme allí algunas horas (fundamentalmente las tardes de los sábados que no trabajaba) y siempre me avisaban que tenían que cerrar.  Curiosamente nunca logré convencer a ningún amigo para que me acompañara en esa aventura lectora pero, en contrapartida, hice allí nuevas amistades en los placeres lectores compartidos.  Eran tiempos donde las carencias humanas y formativas había que cubrirlas a golpe de imaginación. Ahora, fundamentalmente, las Bibliotecas Públicas se utilizan por los estudiantes para poder estudiar lejos del bullicio doméstico. Son otros tiempos y otras demandas las que en la actualidad les dan sentido a estas Entidades donde manda –o debe mandar- siempre el silencio y el recogimiento necesario para “empaparse” de cultura y conocimiento. 


Juan Luis Franco – Lunes Día 13 de Marzo del 2017


viernes, 10 de marzo de 2017

Paisanaje



El viento silba entre los olivos del Aljarafe para anunciarnos que la vida sigue su curso de días consumidos y, lo más importante, de días por consumir. Las campanas de la Giralda repican en los atardeceres para que la luz –esta luz única en el mundo- se vaya difuminando lentamente por entre Alemanes y Mateos Gago. Esta Ciudad nuestra está hecha por y para la melancolía. Siempre vivimos añorando a algo o a alguien. No busquen un lugar en el mundo donde los muertos estén más presentes y los vivos más ausentes. Todos, con los años, tenemos la sensación de que la vida sevillana siempre se debate entre el ayer y el mañana.  Los gozos por esta tierra siempre fueron  hermosos paréntesis que dan sentido a nuestra existencia. En el carácter del sevillano está impresa el alma de la Andalucía más profunda. Ejercer de sevillano lleva implícito un cierto desdén a los “graciosillos” y trepas de turno que tanto daño hacen a nuestra idiosincrasia.  Sevilla es solemne y táctil a la vez: se siente y puede tocarse. Una Ciudad nacida para la poesía y el amor donde este mágico circulo lo cerraron para la eternidad Bécquer, Luis Cernuda, Antonio Machado, Vicente Aleixandre y Rafael Montesinos. Vamos de nuestro corazón a nuestros asuntos dejando por callejuelas y plazoletas aromas romanos, moriscos y judíos. Nunca fuimos cristianos de manual sino más bien un manual para el cristianismo.  Habita entre nosotros un Rey de reyes y una Reina, Guapa entre las guapas, que dan sentido a lo que se entiende en estos lares por religiosidad popular. Somos distintos pero nunca distantes y siempre alteramos el orden de pecados y penitencias.  Nos sentimos solos en las multitudes salvo que exista por medio un clavel en la solapa, el canto de un ¡Gol! o un cirio que llore lágrimas de cera.  La Saeta se creó para que el mundo sepa como se puede llorar y rezar cantando. Hablamos bien de los muertos y mal de los vivos. Somos contradictorios por nuestra propia naturaleza. Toreamos a la pena con un capote de grana y oro. Somos coparticipes vivenciales de una Ciudad que se nutre del Arte y la Belleza  y que ondea en su Torre Mayor la bandera de la Amistad.  Paisanos de una aventura compleja pero maravillosa. Sevillanos añorando y buscando los paraísos perdidos.  Buena gente empeñada en parecer lo contrario.


Juan Luis Franco – Viernes Día 10 de Marzo del 2017


miércoles, 8 de marzo de 2017

Segundas oportunidades



La Filosofía busca la razón
que relativiza la Literatura
- Juan Villoro -

Demostrado queda por activa y por pasiva que la vida, en no pocas ocasiones, te ofrece una segunda oportunidad.  Unas veces para deshacer o rehacer cosas que o bien no supiste gestionar con acierto o lo hiciste de manera desordenada y otras para poder abrir una puerta que no atendía a tus llamadas.  Creo que no es la primera vez que comento en este Blog que tengo al escritor vallisoletano Miguel Delibes como uno de mis máximos referentes literarios. Leerlo y releerlo forma parte de mis inquietudes lectoras. Un Maestro en el más amplio y noble sentido del término.  Una novela suya y que tenía pendiente de lectura era “El hereje”.  A los pocos días de comprarla tuve la infausta idea de préstasela a un “amigo” de los que no devuelven ni libros ni amistades. Pasó el tiempo y los intentos que hice para conseguirla en algunas librerías de ocasión fueron inútiles.  Pero la semana pasada la encontré casi por casualidad en el “Mercadillo del Jueves”. Allí estaba “El hereje” olvidadado entre utensilios y cacharros de todo tipo y condición. Novela, dicho sea de paso, que estaba llamada a encontrarme. Fue tanta mi alegría al verla en un sabana en el suelo que a pesar de pedirme el vendedor un solo euro por ella me pareció muy poco y le dí tres. Me miró extrañado y seguro que en su interior pensaría que “o este tío está majará o anda largo de dinero”. De esta forma y a la vez que mi condición humana también reivindicaba la novela de Miguel Delibes. La empecé a leer hace un par de días con la misma ilusión que abría los libros en mi juventud. Es de las novelas que a pesar de pegar, victima del cansancio, cabezadas somnolientas te cuesta trabajo cerrar sus páginas.  Un novelón donde la magia de la Literatura queda plasmada en toda su plenitud. Son de esas segundas oportunidades que la vida te depara de tarde en tarde y que, los humanos, casi nunca sabemos apreciar. Esperando impaciente ya tengo en la mesa la novela “Falcó” del gran Arturo Pérez Reverte.  Esta, eso si, en la primera oportunidad.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 8 de Marzo del 2017


martes, 7 de marzo de 2017

Con acento andaluz




Ya viene siendo una costumbre perniciosa, estúpida y reiterativa que cuando los expertos en “tirar balones fuera” están aburridos (o descubiertos) se dedican a despreciar nuestra forma de hablar (nuestro “acento andaluz”).  Nada nuevo bajo un sol que, ya mismo, empezará a calentar de lo lindo. Sinceramente no me gustaría estar en el pellejo de aquellos que se consideran superiores en función del sitio donde nacieron o por su manera de manejar el castellano.  Cada día que pasa me siento más orgulloso de ser sevillano, andaluz y español (lo de europeo, aunque solo fuera por Mozart y The Beatles, también me cuadra).  Aclarando, eso si, que estas señas de identidad que llevo con orgullo no me hacen superiores (ni tampoco inferiores) a nadie. En Sevilla, esta amada y denostada tierra andaluza, nacieron tres emperadores para la Roma imperial (Adriano, Trajano y Teodosio). Entre los grandes poetas de la Literatura universal en Andalucía nacieron ¡seis! Cuatro en Sevilla, como fueron Bécquer, Luis Cernuda, Antonio Machado y Vicente Aleixandre (Premio Nobel de Literatura-1977). Los dos restantes y no de menor importancia son uno nacido en Fuente Vaqueros-Granada llamado Federico García Lorca (¿verdad que les suena?) y otro que nació en Moguer-Huelva al que los tiempos conocen y conocerán como Juan Ramón Jiménez (creo que  también les sonará).   En la pintura universal hay dos referentes fundamentales. Uno, llamado Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, nació en Sevilla y el otro, nacido para el Arte y la vida en Málaga, se llamaba Pablo Ruiz Picasso. Todos lo hicieron con “acento andaluz”. Podíamos seguir con otros muchos ejemplos que nos situarían en la región más importante del mundo mundial pero no merece la pena. Parece ser que lo único que cuenta es que hablamos “mal” el castellano. ¿Para qué seguir y para quienes nos justificamos?  Pero, no nos engañemos, nuestros verdaderos enemigos los hemos tenido –y los tenemos- dentro de nuestras propias filas andaluzas.  Aquí, entre los “nuestros”, están los que desprestigian a Andalucía con su servil comportamiento y cargado de falsos tópicos. Siempre hemos buscado en la estupidez foránea los males que endémicamente nos aquejan.  Somos nosotros, tan solamente nosotros, andaluces de soles y lunas los que tenemos la obligación de cuidar y mimar a esta tierra llamada Andalucía y, a ser posible, siempre con “acento andaluz”.

 

 

Juan Luis Franco – Martes Día 7 de Marzo del 2017

 


 

lunes, 6 de marzo de 2017

El vuelo de la cometa



Un día, un ya lejano día,
se te escapó una cometa;
volaba  libre como el viento
haciendo piruetas en el aire.
Tardaste en darte cuenta
que junto a la cometa
se escapaba tu infancia
entre algodones de azúcar
y besos con piel de manzana.
Ahora, en contadas ocasiones,
miras al cielo por si apareciera,
entre juegos y risas, tu cometa.
Te parece que fue ayer
cuando tirabas del hilo
y lo triste es que, efectivamente,
todo forma ya parte del ayer.


Juan Luis Franco – Lunes Día 6 de Marzo del 2017


viernes, 3 de marzo de 2017

El vértigo de los días



En algunas ocasiones, cuando todavía tenías las ilusiones de la juventud a flor de piel, personas mayores te decían que a partir de cumplir el medio siglo de edad el tiempo vuela. Por lo menos en mi caso particular he podido constatar que efectivamente a ciertas edades los días, semanas, meses y años se producen  a una velocidad de vértigo. El barómetro de esta ola que cada día nos acerca más a la orilla del tiempo consumido lo pone fundamentalmente el crecimiento de los nietos.  Los vemos crecer a la par que nosotros decrecemos. Esto forma parte del ejercicio de vivir y en ellos siempre encontraremos las respuestas al significado postrero de nuestra existencia. La vida es un cúmulo de emociones, sentimientos y percepciones donde cada etapa vivida te va configurando tu siempre inacabada personalidad.  Puedes vivir cien años y siempre dejarás muchas cosas por hacer y muchos caminos por recorrer.  Toca mentalizarse de que ya estás en los epílogos de tu existencia y el mayor tesoro es el nuevo día que se te regala.  Cuando la salud todavía te mantiene activo y las ilusiones siguen formando parte de tu presente toca congratularse. Últimamente noto como se me van amontonando por todas partes muchos libros pendientes de lectura y esto no deja de provocarme un cierto desosiego. Antes leía mucho más rápido y, a que negarlo, de manera algo compulsiva. Ahora me gusta detenerme en cada página pues la capacidad intelectual disminuye (aunque también aumenta la templanza).  Afortunadamente en mi círculo afectivo más cercano todo funciona correctamente y esto te proporciona un imprescindible plus de tranquilidad.  Asumir esta franja de tu vida con absoluta normalidad es el mejor camino para que la “señora depresión” no te coja de la mano.  Pasan los días y nos vamos desgastando entre sonrisas y lágrimas.


Juan Luis Franco – Viernes Día 3 de Marzo del 2017


miércoles, 1 de marzo de 2017

Las olas del mar bravío


“¿Por qué tienes ojeras esta tarde?                                                   
¿Dónde estabas, amor, de madrugada,
cuando busque tu palidez cobarde
en la nieve sin sol de la almohada?
- Rafael de León -

La Copla fue un antídoto que nuestras abuelas y madres supieron utilizar para paliar la orfandad sentimental de una larga y dura posguerra. Artistas inconmensurables que llenaron de profundos sentimientos el día a día de nuestra infancia y juventud.  Era muy frecuente escuchar a una mujer mientras lavaba en el patio de un corral de vecinos cantar las coplas del alma. Pasar por una calle (callejuela es más coplera) y, desde la ventana de un taller de costuras, escuchar cantar a coro la inmortal “Madrina” de, la no menos inmortal, Juanita Reina era atrapar la vida más profundamente sevillana. Tiempos aquellos donde el Arte o era popular o no era nada. Fueron dejándonos, por imperativos de eso que llaman “Ley de vida”, todas las grandes artistas que tenían a la Copla como su mejor forma de expresarse. Nos quedan entre nosotros tres artistas realmente fundamentales y a las que bien haremos -cuando aún estamos a tiempo- rendirles en vida toda la pleitesía que se merecen. Estas tres reinas de la copla son Paquita Rico, Antoñita Moreno y Gracia Montes. Ellas, junto a otras, fueron fundamentales para formar el armazón de nuestro andamiaje sentimental. Mi madre gran amante de la copla y que además se cantiñeaba  de bien para arriba siempre fue una gran admiradora de Gracia Montes. Decía mi padre que esta gran artista de Lora del Río representaba en la copla lo que Manuel Vallejo en el Cante: la dulzura musical de nuestra tierra. Paquita Rico que eternamente se pregunta “¿Donde vas, Alfonso XII”? y a la que Dios, o la Madre Naturaleza, dotó de una belleza realmente embriagadora. Antoñita Morena que desde su Puebla del Río natal llegó para cantarle saetas sublimes a las imágenes sevillanas mientras bordada con hilo de oro la jota aragonesa. Y Gracia, nuestra Gracia Montes de sueños loreños, que mientras le canta a “Cariá la Sanluqueña” nos aclara que.... “Soy  una Feria”.  Olas sonoras del mar bravío de Andalucía que el tiempo y nuestra capacidad de soñar han situado en el olimpo de la eternidad.  El Arte hecho pueblo y el pueblo hecho Arte. 


Juan Luis Franco – Miércoles Día 1 de Marzo del 2017