Enciendo el ordenador esta tarde
de Navidad y fruto de mi imaginación me suenan a lo lejos los “Campanilleros” de Manuel Torre…”A la puerta de
un rico avariento / llegó Jesucristo y limosna pidió / en lugar de darle limosna
/ los perros que había se los achuchó”. Pura ensoñación producto del
hartazgo de felicidad impostada y del empacho de polvorones de anís y los
turrones de chocolate. En este mundo banal, profano y comercializado ya nada es
como antaño: ni la Navidad
ni tampoco nosotros. Está empezando a
oscurecer y observo desde mi terraza una calle vacía y sin más presencia que un
par de cansados dueños que son paseados por sus perros y el ancestral tonto de
los cohetes de todos los años (¡nunca se les acaban!). Abro la ventana de un periódico
digital y me entero de la triste noticia del fallecimiento de Manuel de los
Santos Pastor “Agujetas de Jerez”.
Tenía 76 años de edad y por mediación de un amigo jerezano ya sabía que
arrastraba desde hacia tiempo una grave enfermedad. Era hijo de “Agujetas Viejo” y en la jondura
de su garganta gitana se reflejaba el cante más puro y genuino de la tierra
jerezana. Por no existir Partida de su
Nacimiento no estaba claro si en realidad había nacido en 1939 e incluso si lo
había hecho en Rota o Jerez. Defensor a
ultranza de un cante genuino, añejo y ancestral era un firme partidario de la
trasmisión a través de la tradición oral.
Por mediación de su padre se consideró heredero de los cantes de Manuel
Torre o Tío José de Paula. Agujetas era
cuando cantaba un hombre herido por la vida y por la rebeldía de la sangre
gitana que corría por sus venas. Agujetas se nos presentaba como un cantaor
insobornable tanto en la estética como en la ética de su cante. Su discografía,
quizás menos numerosa de lo que debiera, refleja con bastante exactitud la
grandeza de su cante. Representa –o representaba- un mundo del Flamenco que ya,
para lo bueno y lo malo, está perdido para siempre y solo recuperado en la
memoria sentimental de los aficionados cabales. Descansa en paz Agujetas y
hazlo por ti y por nosotros al compás
del Martinete.
Juan Luis Franco – Viernes Día
25 de Diciembre del 2015