viernes, 22 de diciembre de 2023

El pequeño tamborilero



Esta Ciudad, de nuestros amores y desvelos, siempre supo celebrar de manera gozosa y placentera las llamadas vísperas. Aun asumiendo que todo tiene un antes y un después es en los preámbulos donde Sevilla se manifiesta con un mayor grado de autenticidad. En pocas horas aparecerá en nuestros hogares una nueva Nochebuena. Tiempo donde conviven (o al menos debían convivir) el gozo de lo que celebramos (el Nacimiento del Mesías) y un acogedor entorno donde la familia siempre ocupó un lugar preferente. Puede que sea verdad que el gran problema de esta época es que, a la par que se han llenado los frigoríficos, se han vaciado los corazones. Decía y dice el villancico que “la Nochebuena se viene, la Nochebuena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más”. Una incuestionable verdad ligada al ciclo de la existencia humana. Las Navidades son un recuento anual de bajas y altas. Por imperativos de la vida se van los abuelos y su sitio lo ocupan los nietos. Estas Fiestas Navideñas siempre se nos han mostrado en el mundo del Arte y la Cultura de una manera subliminal. El Cine, la Literatura, la Música (en cualquiera de sus variantes) y las Artes Plásticas han dado y nos siguen dando un catalogo de obras supremas. La Navidad se pinta, se esculpe, se escribe, se compone, se interpreta, se rueda y, fundamentalmente, se siente. Todo gira y toma forma en torno al repique del tambor de ”El pequeño tamborilero”. Cruza el valle que la nieve cubrió para adorar a Jesús recién nacido. Es muy pobre y solo puede ofrecerle el redoble de su viejo tambor. El Niño Dios sonríe complacido pues sabe que en ese tambor esta la esencia de la verdadera generosidad. La de dar cuanto se tiene sin esperar nada a cambio. La recompensa está en sentir sobre nosotros la caricia del fulgor de las estrellas. Todo mientras caminamos en busca del espíritu de la Navidad. Vivir por los que ya no están es nuestro mejor homenaje navideño. 

jueves, 21 de diciembre de 2023

Antonio Burgos



Ayer, 20 de Diciembre de 2023, fue un día triste, muy triste, para la Ciudad de Sevilla. Falleció el periodista y escritor Antonio Burgos. El mismo día que la Guitarra flamenca se vistió de luto en Lebrija con el fallecimiento de Pedro Peña. Un enorme guitarrista que se nos configura como el eslabón fundamental de la guitarra gitana. Hijo de “La Perrata”; hermano de Juan Peña “El Lebrijano” y padre del gran pianista “Dorantes”. Es verdad que la muerte nunca viaja sola y ayer se lleva con ella a Pedro Peña y a Antonio Burgos. El Flamenco y la Ciudad compartiendo luto. Antonio Burgos tenia 80 años de edad y su fallecimientos fue debido a graves problemas respiratorios. Su dimensión literaria y periodística se bifurca en dos dimensiones: la de articulista político y la de cronista cultural-sentimental de la Ciudad. Sinceramente mi valoración de la primera me deja en el terreno de la indiferencia sin dejar de asumir que, en aras de la libertad de expresión, todos tenemos derecho a expresarnos libremente. Los artículos “políticos” de Antonio Burgos eran influenciados por una cúpula empresarial y política que, de manera interesada, marcan falsos senderos a grandes escritores (tanto de izquierda como de derecha). Son celdas doradas donde se hipoteca nuestra escritura. El Antonio Burgos que me interesa de una forma excepcional es el que se nos configura como el gran cronista cultural-sentimental de la Sevilla contemporánea. El que compuso ese monumento de canción que se llama “Habaneras de Cádiz”. El que nos descubría en sus escritos los profundos laberintos sentimentales de esta tierra. El que escribió  “Andalucía, ¿Tercer Mundo?”; “Folklore de las cofradías de Sevilla” y “El contrabandista de pájaros”. El que tenia la Tacita de Plata como su segunda vocación existencial. El indesmayable bético y currista que teñía de verde y blanco y de romero el tintero donde mojaba su sevillana pluma. Quien nos ponía el alma en cuarentena cuando escribía de nuestra Semana Santa. Su cariño por esta Ciudad (la nuestra y la suya) fue indesmayable. Siempre lo recordaremos por su ejemplo de profunda sevillanía y su legado de profundo sevillano amante de la Ciudad. Descanse en paz y que el Señor del Gran Poder le de cobijo en el Reino de los cielos azules. La Pura y Limpia del Postigo lo espera en el mágico Arco de la Eternidad.

lunes, 18 de diciembre de 2023

El alimento del cuerpo



Que difícil es comer despacito cuando se tiene hambre”  (Curro Romero)


Pocas dudas existen de que el comer es uno de los grandes placeres que tenemos los humanos. Un buena comida con un buen vino (creo que ahora a esto le llaman maridaje) y una buena compañía es tocar el cielo con la punta de los dedos. Disfrazar las buenas comidas con apellidos como “Comidas de Empresa” o “Comidas de Trabajo” es desnaturalizar el buen yantar.  Las comidas siempre son patrimonio de sus comensales y el disfrute, cuando existe buena armonía entre los mismos, siempre estará garantizado. El circulo se cierra con buenas viandas, buen vino y buena gente sentada en la mesa. Todo lo demás es ganas de alterar el sentido racional de las cosas. A veces olvidamos que la razón primera que tienen los alimentos es facilitar que ningún ser humano se quede sin ellos. Son millones los pobladores de este planeta llamado Tierra (con muchos niños a la cabeza) que pasan hambre. España tiene el triste record de ser uno de los países europeos que más comida tira a la basura. Compramos por comprar (consumismo compulsivo) y después nos deshacemos sin remordimiento de todo aquello que no nos apetece consumir. ¿Qué cada uno es muy libre de gastar su dinero en lo que estime oportuno? Sin duda, pero lo que no podemos pretender es que nosotros nos creamos ajenos al grado de hambruna que padece una parte considerable de este mundo. En la actualidad no existe cadena televisiva (pública o privada) que no dedique una parte de su programación al tema del “papeo”. Brillantes cocineros  enseñándonos como utilizar el nitrógeno en nuestras cocinas. Concursos televisivos donde se compite abiertamente (con discusiones programadas para subir la audiencia) y así poder juzgar quien es el mejor dotado para darle prestancia a los alimentos. Rutas gastronómicas donde se nos indica donde comer y que alimentos son los más preciados del lugar. Existen ya cocineros mediáticos que son mas conocidos que algunos futbolistas o estrellas del celuloide. Cada año se reparten las “Estrellas Michelin” como una especie de Oscar de los fogones. La cocina mas que una forma de poder alimentarnos ya ha pasado a la consideración de Arte. Contra menos cosas tengan los platos mas fuerte será la “estocada” en la cuenta. Se trata de que si vas a un restaurante de moda salgas con hambre y con la cartera tiritando. La clave consiste en no comer para vivir sino en vivir para comer. Mi abuela y mi madre (como la inmensa mayoría de aquella sufrida generación) cocinaban con elementos alimentarios muy pobres y escasos. Sin embargo nunca podremos olvidar aquellos olores y aquellos sabores. Platos que cumplían sobradamente dos funciones: paliar el hambre reinante y dejarnos un sello indeleble en nuestras papilas gustativas. No deja de ser un falso e interesado dilema el que se establece entre la cocina-tradicional y la cocina-vanguardista. La cuestión fundamental consiste en la calidad de los platos que se preparan. En una Sociedad donde reina el postureo la cocina no podía ser una excepción. Todos por la pasta (preferentemente italiana).

jueves, 14 de diciembre de 2023

Lo identitario



En lo identitario se puede ser muchas cosas. Las señas de identidad de una persona contiene distintos apartados y todos son complementarios. Si eres sevillano por extensión eres andaluz. Por ese mismo camino de prolongación también serás español y europeo (lo de ciudadano del mundo siempre me sonó como un ejercicio de pedantería). Todos tenemos un mágico enclave geográfico donde tu alma y tu cuerpo sintieron que la vida le abrazaba. Un abrazo protector que propicia que tus temores se disipen en el aire. Un lugar en el mundo donde no de forma necesaria tienes que haber nacido para considerarlo tuyo. Una tierra (grande o pequeña) que a pesar de darte quebraderos de cabeza siempre supondrá un refugio donde guarecerse de las lagrimas que caen del Cielo. Allí donde los locos recitan poemas de amor en las noches de luna llena y los cuerdos riegan las flores de plástico de sus ventanas. Un sitio donde los agnósticos rezan y los creyentes siempre andan buscando las llaves del Arca Perdida. Donde se atan tus recuerdos sentimentales a la cariñosa caricia de una madre; el sabio consejo de un abuelo; la necesaria reprimenda de un padre; el secreto compartido con una hermana; una aficion que heredaste de un hermano y el primer beso juvenil dado a los efluvios de la Dama de Noche en un Cine de Verano. Las ciudades crecen y se ennoblecen con la buena gestión de los buenos políticos. Se envilecen y retroceden con los que solo vienen a “llenarse el saco”. En lo espiritual (donde vive el alma de las ciudades) se hacen eternas en las plumas de sus grandes escritores. James Joyce y Dublín; Mario Benedetti y Montevideo; Franz Kafka y Praga; Luis Cernuda y Sevilla; Jorge Luis Borges y Buenos Aires; Fernando Quiñones y Cádiz; Javier Marías y Madrid; Donna Leon y Venecia…… Enormes escritores que nos dejaron su huella profundizando y desentrañando los vericuetos culturales-sentimentales de las ciudades (las suyas). Nos hacen visible aquello que no admite más lectura que la reinante en el alma. Hoy ha desaparecido drásticamente la figura del viajero romántico que ha sido sustituida por la del turista al que le programan cada paso de su viaje. En los bosques de la vida hoy se mira más en un árbol la belleza efímera de sus ramas que la fortaleza de sus raíces. En la toquilla de lana de tu abuela; el tabaco de picadura de tu padre; la moña de jazmines de tu madre; las zapatos de charol que tu hermana estrenó un Domingo de Ramos; la bicicleta Orbea -siempre pinchada- de tu hermano y en el beticismo de tu tío siempre reposarán para siempre tus verdaderas señas de identidad. Lo identitario como una fuente de vida donde poder volver a beber el agua de los recuerdos. Recordar tus orígenes, cuando estos te llenan de alegría, es una forma de recuperar los paraísos perdidos que tienen por epicentro a la niñez y la juventud. Un viejo mapa de España colgado en una desconchada pared en la clase de una vieja escuela. La talega del pan colgada en una alcayata tras una puerta. Una bolita de cristal rodando por el suelo soñando con chocar con la que tiene enfrente. Un nosotros y un nosotras a la hora suprema de defender nuestras señas identitarias. La puerta de una morada sacristía donde al pasarla ya tendrás para siempre a tu tierra por aliada. Un sitio donde si cierras los ojos y extiendes tu mano siempre notarás que la sujeta otra mano amiga. Unas señas de identidad que siempre te atrapan amorosamente y que, como escribió Pablo Neruda, te harán decir: Confieso que he vivido. Una cancela siempre abierta hacia la luz y hacia la vida.


lunes, 11 de diciembre de 2023

La Navidad o como soñar caminos en los mares



“Este que insulta a Dios en los altares, 
no más atento al ceño del destino,
también soñó caminos en los mares
 y dijo: es Dios sobre la mar camino”
 (Antonio Machado)

Vivimos atrapados por la incertidumbre y montados en un corcel consumista que no sabemos cuando parará en su frenética galopada. En estos días prenavideños todo alcanza una dimensión absolutamente desproporcionada. Los pragmáticos nos dirán que es bueno que el dinero circule y propicie que muchas personas puedan vivir de este trasiego comercial. Los dogmáticos argumentarán que todo aquello que desvirtúe el verdadero sentido de estas Fiestas (el Nacimiento del Mesías) es, aparte de nocivo, fácilmente prescindible. Posiblemente en una mezcla racional encontraríamos el termino medio de estas entrañables Fiestas. En nuestra Ciudad existen infinidad de establecimientos donde poder practicar el habito contemporáneo de comprar regalos. También entrañables lugares donde contemplar Belenes (Nacimientos) pletóricos de belleza y buen gusto. Dentro del espíritu competitivo que otros programan para nosotros hoy existe una pugna “encarnizada” para ver que Ciudad tiene más y mejores luces navideñas. Desgraciadamente en los alumbrados navideños ya apenas aparece nada relacionado con el Nacimiento de Jesús. Todo son elementos híbridos-laicos y donde lo importante es la altura y la luminosidad antes que expresar sentimientos cristianos. Durante la tarde-noche de la inauguración lumínica en Sevilla y dada la enorme multitud asistente se estuvo a punto de rozar una tragedia. Estos días sacamos del armario nuestro espíritu solidario. Nos acordamos de algunas personas mayores (sangre de nuestra sangre) que viven solas para ponernos a su disposición. Volviéndolas a relegar a la soledad cuando depositamos en la basura las cajas y envoltorios de los regalos de Reyes. Ahora caemos en la cuenta que son muchísimos los niños y niñas de esta Ciudad que pasan necesidades extremas. Hay que procurar que en días tan señalados no carezcan de nada y para el resto del año que se apañen como puedan. Afortunadamente Sevilla se nos configura como una de las ciudades mas solidarias del mundo y existen muchas entidades (tanto civiles como religiosas) que practican el espíritu navideño los 365 días del año. Personas que dedican una buena parte de su tiempo libre en aliviar las penurias de los más desfavorecidos. Vivir estas Fiestas con alegría se nos antoja como una necesidad existencial. Para los cristianos es el comienzo de todo y el preámbulo de lo bueno y malo que estará por venir. Días señalados para rendirle homenaje a los que se fueron y abrir nuestros corazones a los que llegan. Con la familia, hoy tan denostada y ninguneada, siempre como núcleo fundamental. El Covid, la Covid, no hizo mas que mostrarnos sin paliativos nuestro enorme grado de vulnerabilidad. Remar contracorriente cuando arrecia la tormenta y parar la barca plácidamente cuando, por los cielos, aparezca el Arco-Iris. Brindar con los presentes por los ausentes que ya atracaron sus barcas en el Puerto de la Esperanza. Como escribió don Antonio Machado: soñar caminos en los mares.

martes, 5 de diciembre de 2023

90 años con aroma a romero

“En un pueblo de Sevilla
 Ha nacío Curro Romero 
Condición noble y sencilla
De Camas es este torero” 
 (Camarón por Bulerías)

El pasado 1 de Diciembre cumplió 90 años de edad un ciudadano nacido en el sevillano pueblo de Camas. En el Registro Civil quedó inscrito como Francisco Romero López. En la Historia de la Tauromaquia siempre quedará, en la cima de este Arte, con el nombre de Curro Romero. Un torero único, singular, majestuoso e irrepetible. Curro es un personaje sevillano que fue capaz de parar el tiempo con su toreo. Tan referente de la Ciudad como el Gran Poder (perdón por la irreverencia), el escudo de su Betis o el Giraldillo. Curro mas que torear cimbreaba el aire de la tarde sevillana a golpes de Soleá. Ha conseguido ganarle la batalla al tiempo sevillano rodeado de su inseparable compañera Carmen, su hija Concha y sus numerosos y grandes amigos (entre los que los artistas del Flamenco son legión). Un referente ineludible de los buenos aficionados taurinos del ayer, el hoy y el mañana. El Faraón de Camas ha conseguido que cualquiera que sienta sobre su piel la mágica caricia de la Ciudad sepa que cuando se habla de Curro (así sin más aditamentos) siempre se estará hablando de Curro Romero. Persona humilde como pocas y Artista como ninguno. La vida le golpeó con dureza con la perdida de su hija Coral. Supo buscar consuelo soñando con el albero maestrante, el cariño de su gente y el quejío que desprende el Arte Jondo. Ya son 90 años los que contemplan su existencia sevillana y su fama no hace mas que acrecentarse con el paso del tiempo. Vive plácidamente con su compañera del alma soñando tardes de gloria y dando un ejemplo de que la templanza nunca tiene fecha de caducidad. Lo cantaba Camarón, su amigo de mágicas noches de gozo y Cante: “Curro Romero, tu eres la esencia de los toreros”. La Puerta del Príncipe añora sus tardes de Gloria y Sevilla sigue soñando con él. 90 años, ya son 90 años con aroma a romero.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Una muchachita de Valladolid



El pasado sábado será por siempre una fecha luctuosa en la Historia Sentimental de nuestro país. Falleció en Madrid a la edad de 84 años Concha Velasco. Una actriz inconmensurable que supo representar con su inmenso talento la más exquisita contemporaneidad interpretativa española. Ningún medio le resultó extraño y tanto en Cine, Teatro o Televisión dejó sobradas muestras de sus grandes dotes de interpretación. Ella representa en España lo que Sophia Loren en Italia o Catherine Deneuve en Francia. Símbolos y emblemas nacionales que hacen mucho mejores a los países y a los habitantes que configuramos los mismos. Concha Velasco, en un alarde interpretativo, podía pasar de ser una deslumbrante chica de la Cruz Roja madrileña  a una eterna e inolvidable Santa Teresa de Jesús. Pasaba de ser una dinámica “Chica Yeyé” a una aristócrata que se rebuscaba en sus adentro en “Mas allá del jardín” de Antonio Gala. Nada se le resistía a esta vallisoletana que siempre se confesó socialista, cristiana y española. Grande, muy grande esta Conchita del ayer hoy reconvertida -gracia a su talento- para  siempre en doña Concha Velasco. Murió acompañada de sus hijos a los que siempre consideró su gran tesoro existencial. Una muerte que llena de luto todos los rincones de nuestra Piel de Toro. Una muchachita de Valladolid que un lejano día le dijo a su madre: “Mamá quiero ser artista”. Lo fue con creces y está entre las mas grandes. Dios le guarde señora y gracias eternas por el regalo de su gran carisma y su inmenso talento. Olvidarte se nos antoja una tarea imposible.