martes, 27 de febrero de 2024

Sobre fastos y medallas


“Los aires del desencanto terminaron por retirar las banderas blanca y verde de ventanas y balcones. Lo popular quedó secuestrado por lo oficial y, al final, los fastos ganaron la batalla”

Mañana, día 28 de Febrero, se celebra (lo de celebramos es mucho decir) el Día de Andalucía. Día para poner en perspectiva los fastos heredados de la Roma Imperial con su correspondiente carrusel de medallas. Serán 17 las medallas a repartir (con el añadido de dos nuevos Hijos Predilectos de Andalucía). Parecen muchas medallas pero como nunca llueve a gusto de todos la provincia hermana de Jaén se ha quejado por quedarse fuera del reparto. La pertinaz escasez de mujeres en el reparto de estas Medallas resulta absolutamente escandaloso. Pocas dudas albergo de que las entidades y personas premiadas reunirán méritos de sobras para ser beneficiadas en este carrusel medallero. Tampoco merece ya la pena resaltar el enorme agravio de que andaluces tan profundos como José Menese se fueran de este mundo sin recibirla. Las Medallas son políticas y los políticos siempre barren para casa. Demostrado queda que las  medallas suponen más un lucimiento para los que las conceden antes que para quienes  las reciben. Los Maestros de ceremonia siempre terminan mandando sobre los escenarios. Lo cierto es que tras los fastos de este día subyace una Andalucía que sigue registrando unos parámetros sociales, culturales y económicos absolutamente paupérrimos. Una tierra con el  mayor paro de España; con infinidad de niños (andaluces) con necesidades extremas; con unas intenciones políticas (ya no disimuladas) de desmontar lo público en aras de la privatización; con una juventud abandonada a su suerte y una huida masiva (por falta de futuro) de nuestros mejores talentos. Una Andalucía donde en pleno invierno se les corta la luz a personas (andaluzas como las demás) que tienen sus pagos al día. Una especie de palimpsesto donde si escarbas las capas de lo superficial siempre termina saliendo una Andalucía de injustos contrastes sociales. Ya hasta nos han quitado la charanga y la pandereta. Con un Presidente andaluz que es un claro ejemplo de político de gestos mas que de gestas. Enciende con un decreto un fuego (Parque Nacional de Doñana) para luego llegar disfrazado de bombero y así poder presumir de apagarlo. Alguien que dejó muy claro que él no estaría más de dos legislaturas en el Poder  (suenan risas enlatadas). Con una oposición que duerme plácidamente su dulce letargo en los cuarteles de invierno  a la espera de tiempos mejores. Un Partido Socialista Andaluz  (hoy irreconocible) que ya  por perder pierde hasta la Caseta de Feria en Sevilla. Este es un Día para los discursos grandilocuentes, la entonación del Himno y el despliegue de la Bandera. Los fastos andaluces como terapia para camuflar la dura realidad. Lo que no pueden evitar es que tras el día 28 llegará el día 29 con su carga de problemas (sin soluciones) sobre las espaldas. Seguiremos ocupando el puesto de cola en este amado y sufrido país al que todavía llamamos España. A pesar de todo es hora de recordar el lema que hizo popular el Mago de las Ondas: siéntase orgulloso de ser andaluz. En ello estuvimos, estamos y siempre estaremos. Orgullosos de nuestra Historia, nuestras Tradiciones, nuestra Cultura y nuestro Acento.  ¡Viva Andalucía libre!

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