lunes, 17 de junio de 2024

El ingeniero alemán del Fútbol



Cuanto termine el Campeonato de Europa de Selecciones Toni Kroos ya dejará definitivamente los terrenos de juego. Cuelga las botas y esto se traduce en una pésima noticia para los buenos aficionados al Fútbol. Con el centrocampista alemán este deporte adquiere grandes dimensiones de exquisitez donde siempre manda, de manera innegociable, el buen trato con el balón. Desarrolla su juego con una técnica envidiable y tiene una matemática clarividencia de cuanto ocurre en el transcurso de un partido. Kroos no participa en el juego: Kroos es en sí mismo el juego. El césped se convierte en un tablero de ajedrez donde Toni Kroos se transforma en el Kaspárov de los eficaces movimientos de la partida (partido). La pide, recibe y controla de una manera pausada. La juega con enorme precisión al pie del compañero. Siempre a la espera de que se de una buena ocasión de desacople en el bando contrario. Sabe que ese momento llegará y entonces filtra un pase entre líneas que, en no pocas ocasiones, terminará en el fondo de la red. Su toque de balón en corto y en largo (sublime en los lanzamientos de faltas y saques de esquina ) siempre lleva la voz cantante en el escenario de un partido. Es un Director de Orquesta que conoce a la perfección a todos sus músicos. Sabe que la correcta aplicación de una partitura es el camino más corto hacia el éxito. Su palmarés deportivo produce una cierta sensación de vértigo . Lo ha ganado todo y siempre ha sido decisiva su aportación individual en los triunfos colectivos. Cuando con 34 años de edad le queda todavía fútbol para rato ha decidido que ha llegado el momento de su retirada. Prefiere retirarse en la cresta de la ola antes que navegar por los productivos pero inocuos mares del dinero con olor a petróleo. En el partido inaugural del presente Campeonato de Europa (Alemania-Escocia) Toni Kroos completó 112 pases. De ellos 111 fueron certeros y tan solo falló en una ocasión. Fue un pase matemático entre líneas que dejaba solo ante el portero a un compañero y que un defensor escocés desvío con la punta de la bota. Toni Kroos ejerce de alemán en el sentido más noble del término. Los que lo conocen bien dicen que en su vida privada se desenvuelve igual que en los terrenos de juego. Hombre pacífico, pleno de virtudes cívicas, clarividente, culto, amante de los suyos, amigo de la verdad de las cosas y siempre pendiente de cada tuerca en la sala de máquina. Se va, se nos va el ingeniero del fútbol alemán y esto en los buenos aficionados al Fútbol siempre debe generarnos un motivo de eterno agradecimiento. Todavía nos queda este último resquicio competitivo europeo para disfrutarlo. Aprovechémoslo pues jugadores como Toni Kroos solo nacen muy de tarde en tarde. Los dos elementos que convierten al Fútbol en Arte y Ciencia son la magia y la precisión. Considerar siempre al balón tu mayor aliado y no un enemigo que siempre conviene tener lejos a golpes de patadones. En este caso se da un afecto mutuo: Toni Kroos ama el balón y el balón ama a Toni Kroos. Todo, dicho sea de paso, siempre en clave de ingeniería alemana. Bailando con el balón oyendo la música de Mozart de fondo. La precisión de las matemáticas al servicio del Fútbol.

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