viernes, 27 de mayo de 2022

Pansequito del Puerto

 
José Cortés Jiménez “Pansequito” (La Línea de la Concepción-1946) está considerado como uno de los cantaores activos más interesantes de la Historia del Flamenco. Puro compás y con una peculiar voz que le hace ser un gran referente para las nuevas generaciones cantaoras. Confeso caracolero está casado con la genial Aurora Vargas y en los últimos años se han prodigado en actuaciones conjuntas. Se dio a conocer de manera impactante en el mundo de los tablaos flamencos (fundamentalmente en el madrileño “Los Canasteros” de Manolo Caracol) y recorrió diversos países con la Compañía de Antonio Gades. La forma de cantar de Pansequito es de una singularidad extraordinaria donde los tercios parecen romperse aunque esto nunca suceda. Su cante es puro barroquismo y atesora una personalidad única e irrepetible. Su manera de cantar por Bulerías y Soleá es de una excelsa peculiaridad y donde el de La Línea demuestra el motivo existencial  de un arte llamado Cante Jondo. Poseedor de numerosos premios ha desarrollado, afortunadamente, una extensa y rica discografia que le garantizan la inmortalidad flamenca. Bien haremos en cuidar y reverenciar a estos grandes artistas en vías de extinción y que representaron una segunda Edad de Oro del Flamenco. La nómina de esa generación de  cantaores es de una importancia fundamental en la Historia de este Arte parido y amamantado en Andalucía. Ahí están grabados para la Gloria flamenca los nombres de Camarón, Menese, Lebrijano, Morente, Rancapino, Luis de Córdoba, José de la Tomasa, Juanito Villar, El Pele, Pansequito o Gabriel Moreno. ¿Hay quien de más? Va ser difícil, muy difícil, que se repita una hornada de cantaores de tantísima calidad y con un aporte tan fundamental en la Historia del Flamenco. Este Arte que siempre se movió entre la ojana y lo sustancial  es de una continua ligazón generacional y la actual, de mucha enjundia, deja  a los buenos aficionados motivos para la esperanza. Hoy, que tanto en el Flamenco como en el Toreo, se utiliza de manera tan reiterativa como superficial la palabra Maestro coincidimos, tanto en el fondo como en la forma, que este concepto (Maestro) le viene como anillo al dedo al gran Pansequito. Cuidemos con esmero a este tipo de cantaores que llevaron al Cante a sus más altas cotas de expresividad. Vivimos apresados en una época (el Flamenco no podía ser una  excepción) donde la inmediatez le ha ganado la batalla a lo verdaderamente sustancial. Así nos va.


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