sábado, 27 de agosto de 2022

Manolo Sanlúcar



Si escribimos que ha fallecido un ciudadano andaluz llamado Manuel Muñoz Alcón posiblemente serán muchos los que ignoren de quién se trata. Si escribimos, cautivos del dolor y la pena andaluza, que se nos ha muerto Manolo Sanlúcar la cosa cambia radicalmente. Es imposible, literalmente imposible, reseñar en estas pocas y torpes líneas la enorme grandeza de este sanluqueño universal. La Guitarra flamenca en las manos y la sabiduría del hijo de “Isidro el Panaero” alcanzaron una dimensión  absolutamente extraordinaria. Hombre cabal entre los cabales; andaluz preclaro de soles y lunas; Maestro del Flamenco y aprendiz permanente de todo cuánto le rodeaba. Manolo Sanlúcar es mucho más que un gran guitarrista y se sitúa por derecho propio y sin un atisbo de vanidad en el Olimpo de los andaluces universales. En su sonata están reflejado los bellísimos atardeceres de su Sanlúcar del alma y la magia que despunta cada amanecer el Coto de Doñana. Caballero Bonald con la pluma y Manolo Sanlúcar con la música nos dejaron un legado imperecedero de la Tierra de la Manzanilla. Existen días donde la tristeza nos invade y se apropia de nuestros ya cansados corazones flamencos. Nos queda como antídoto contra el dolor su música flamenca universal y su noble condición de andaluz lucido y bondadoso. Este no es un día para sacar a pasear las bellas palabras y los emocionados recuerdos. Hay que recordarlo vivo y en toda su inmensa grandeza. Sacaré de mi archivo su inmenso caudal sonoro y lo escucharé toda la noche contemplando las fotos de mis nietos (precisamente de ayer) en las mágicas puestas de sol en la Playa de la Jara. Cuando mi alma de andaluz y flamenco ya navegue desde Sanlúcar a Triana cerraré los ojos para oler la manzanilla por la calle de la Plata. Que la Virgen de la Caridad te guarde y agradecidos, eternamente agradecidos, por el inmenso caudal flamenco  y cívico que nos regalaste. Hasta siempre Maestro.

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