martes, 25 de noviembre de 2025
Las Comidas de Empresas
viernes, 21 de noviembre de 2025
Gastar mucho para vivir poco
martes, 18 de noviembre de 2025
Carteles para la discordia
jueves, 13 de noviembre de 2025
El adiós del último Patriarca del Flamenco
miércoles, 12 de noviembre de 2025
La radiante LUX de Rosalía
domingo, 9 de noviembre de 2025
En manos del mercantilismo sanitario
viernes, 7 de noviembre de 2025
La vida imantada a un frigorífico
lunes, 3 de noviembre de 2025
El Genio Gitano del Toreo
Ha fallecido
el torero Rafael de Paula o lo que es lo mismo se ha marchado del Reino de los vivos
el Genio Gitano del Toreo. Precisamente
su muerte se ha producido cuando el almanaque dice que estamos en el Día de los
Fieles Difuntos (2 de Noviembre). No
podía ser de otra manera. Si alguna vez
hay que morirse mejor hacerlo el Día de Todos los Muertos. Rafael Soto Moreno (así se llamaba) era
oriundo del Barrio de Santiago jerezano. Un Barrio donde el Flamenco se hace
vida y la vida se hace Flamenco. Difícilmente
se podía comprender el nacimiento de este Torero único y singular en un sitio que
no fuera el flamenquísimo Barrio de Santiago.
Tenía 85 años de edad y ya su salud estaba seriamente deteriorada. Su vida transcurrió entre las excelencias de
un Toreo donde la Magia y el Duende alcanzaban cotas de una enorme singularidad
y una vida personal turbulenta, irracional y llena de aristas vivenciales. El Torero y la Persona enfrentados en una
lucha desenfrenada donde el Arte se resistía a dejarse vencer por la realidades
de la vida.
Su toreo de
capa era puro embrujo jerezano y solo le bastaban diez o doce muletazos para
provocar el delirio en los tendidos.
Torero de culto mezclaba tardes de puro ensueño con otras donde se
topaba con lo peor de su difícil y controvertida personalidad. Regularidad y Paula siempre fueron caminos
divergentes. Tenía muy claro que él
toreaba para si mismo y lo demás solo
eran consecuencias de su toreo. Las
famosas muñecas de Rafael de Paula eran diamantes que se articulaban formando
un ligazón extraordinario cuando agarraba su capote. La gente enloquecía en las gradas cuando este
gitano de Jerez destapaba el tarro de las esencias. Aquello era un Cante por Bulerías.
Parece ser
que la familia ha declinado el ofrecimiento que les ha hecho la Alcaldesa de
Jerez de colocar su capilla ardiente en el Ayuntamiento jerezano. La misma
suerte ha corrido el ofrecimiento de la Plaza de Toros jerezana. Genio y figura hasta la sepultura. Respetemos
las últimas voluntades de los fallecidos y honremos su memoria por cuanto nos regaló
en tardes de clavel y puro habano. Se
fue la persona y se queda para siempre un torero de leyenda que, a no dudar,
siempre caminará por las sendas andaluzas de la inmortalidad. El eterno dilema entre el artista y la persona
expuesto en un capote de grana y oro. El
Arte como elemento purificador de nuestras andanzas terrenales.
jueves, 30 de octubre de 2025
La Sevilla veneciana
martes, 28 de octubre de 2025
Los hornos conventuales sevillanos
viernes, 24 de octubre de 2025
Las pompas de jabón
lunes, 20 de octubre de 2025
Sandra Peña o la pena infinita
lunes, 13 de octubre de 2025
Crónica de un derrumbe anunciado
jueves, 9 de octubre de 2025
Sinfonía en clave trianera
martes, 7 de octubre de 2025
Paseando por la Ciudad de las prisas
viernes, 3 de octubre de 2025
Manuel Pellegrini
martes, 30 de septiembre de 2025
El Otoño en la memoria
jueves, 25 de septiembre de 2025
Claudia por entre los Jardines del Talento y la Belleza
Cuando los días del almanaque nos recordaba que el verano estaba finiquitado y que el Otoño (cada día más ausente en la Ciudad) estaba presto para ser disfrutado el devenir de las cosas, una vez más, llena de pesar nuestros ya gastados corazones. Falleció para los mortales Claudia Cardinale y en ese mismo instante resucitó para siempre rodeada del halo luminoso de las grandes estrellas del Séptimo Arte. Tenia 87 años de edad y falleció en Nemours (Francia). Asumo (reconociendo mi falta de empatía hacia algunas nuevas perspectivas cinematográficas) que el Cine y sus efectos colaterales tanto en lo sentimental como en lo cultural caminan actualmente por derroteros algo sinuosos y contradictorios. El Cine tiene (o al menos debía tener) una cierta magia envolvente que consiga activar nuestra capacidad de poder soñar despiertos. El Cine, en muchos casos, consigue que al final los malos acaben pagando sus perversiones y que lo justo y lo legal caminen de la mano (cosa que en la vida real casi nunca ocurre).
Dentro de este martirologio de profetas defensores de lo “políticamente correcto” donde alabar la extrema belleza de una actriz o las grandes dotes de apuesto galán de un actor te convierten ipso facto en un retrogrado cavernario. Que actores contemporáneos como Brad Pitt o Leonardo DiCaprio sean poseedores de un gran atractivo los obliga a estar continuamente dejándose perdonar. En El Cine los guapos y guapas son considerados pésimos actores y los poco o nada agraciados/as son unos actores formidables. De todo hay en la Viña del Séptimo Arte. El Cine italiano nos regaló para la vista y los sentidos un ramillete de actores y actrices que aparte de ser grandes interpretes dotaban a la pantalla de unos físicos a los que la cámara adoraba. Valgan como ejemplo Sofía Loren, Silvana Mangano, Gina Lollobrigida, Claudia Cardinale, Marcello Mastroianni, Vittorio De Sica o el mismísimo Vittorio Gassman.
Para el ideario sentimental de nuestra generación Italia se traducía fundamentalmente en sus películas y en sus canciones. Venerábamos sin reservas a Claudia Cardinale y nos dolía profundamente cuando los “carroñeros de la imagen” sacaban fotos de su vejez para regodearse con su belleza perdida. Dentro de su espuria mirada comercial y depredadora no logran entender que la magia del Cine, hace ya muchos años, hizo inmortal la belleza y el talento de Claudia Cardinale. Se nos fue Claudia y nos queda Sofía que a sus 91 años de edad nos sigue recordando que los mejores matrimonios y divorcios siempre son a la italiana. Eternas por su gran belleza y eternas por sus inconmensurables talentos. Mujeres al borde de un ataque estelar.
